Sobre el fin del mes pasado, el Instituto Nacional de Semillas (INASE),
aprobó una resolución muy importante, pero que pasó bastante desapercibida.
Se trata de la 187/2015, publicada en el Boletín Oficial, que establece que a
partir de la actual campaña, la 2015/16, todos los productores que tengan una
facturación igual o superior a tres veces la categoría máxima del monotributo
(que hoy está en 400.000 pesos), estén o no inscriptos en esa régimen, deberán
declarar cuál es el origen de la semilla de soja que sembraron y la que puedan
tener guardada para futuras siembras.
La norma es un importante paso adelante para las aspiraciones de la industria
semillera y buena parte de la cadena agroindustrial, que busca reducir la
cantidad de semilla no fiscalizada en el mercado, que en especies autógamas,
como soja y trigo, se ubica en torno al 80% del total.
La declaración para indicar cuál es el origen legal de la semilla se
realizará mediante un aplicativo web al que se ingresará con el usuario y la
clave fiscal de cada productor o empresa en la AFIP.
La resolución del INASE establece que la fecha límite para la presentación de
la información vinculada a la semilla sembrada será el 31 de enero de cada año.
El primer vencimiento operará, entonces, en esa fecha del 2016.
Mientras tanto, la declaración para la semilla que se guarde para futuras
campañas deberá hacerse hasta el 30 de junio de cada año. La primera vencerá el
30 de junio del 2016.
Los datos que deberán brindarse a las autoridades son detallados. Incluyen
ubicación del predio, superficie sembrada, kilos de semilla utilizada, de qué
variedades se trata y la documentación que avale su origen legal (por ejemplo la
factura de compra).
Será responsabilidad del INASE validar la información que brinden los
productores. Si lo considerara necesario, podría corroborarla visitando los
campos o pidiendo muestras.
Quien no cumpliera con la resolución podría tener desde sanciones
administrativas, como baja de los registros o inhabilitaciones para operar,
hasta económicas, según establece la norma.
Los principales semilleros de soja de la Argentina son DonMario y Nidera.
Desde el primero, con base en Chacabuco (Buenos Aires) indicaron que esperan que
“esta normativa contribuya a disminuir la ilegalidad del mercado de semillas y
mejore la situación general de la industria”.
El tiempo dirá.