En el mejor de los casos durante el cuarto mes del año, en esta provincia se alcanzó la mitad de la oferta esperada, lo cual se sumaba al atraso que se proyectaba desde marzo. Queda claro que de haberse sostenido este panorama la seca entrerriana estaría instalada como tema principal a dos semanas del comienzo de una nueva campaña de granos finos.
Como se observa en la distribución de lluvias que presenta el mapa, las lluvias de los primeros días de mayo, además de sostenerse en territorio bonaerense se desplegaron sobre el sur santafesino y desde allí se extendieron a toro del territorio entrerriano. En esta provincia se concretaron corredores con acumulados muy generosos, donde se superaron largamente las expectativas previstas para esas fechas. Se reconoce una muy vasta zona con piso en los 80 milímetros, que recorre gran parte del centro de la zona núcleo.
Dentro de esta franja se han ubicado los máximos pluviales puntuales, los cuales por sectores lograron quebrar la barrera de los 150 milímetros, es decir, en un solo evento se completó y superó la lluvia normal de mayo. Algo que resultó infructuoso durante el mes de abril, finalmente se concretó en el comienzo de mayo. El mapa muestra un decrecimiento de la oferta de agua a medida que nos movemos hacia el oeste y hacia el norte. En efecto el NEA, sigue sin recibir lluvias de importancia, al tiempo que CB, como es normal en esta época comienza a salirse del epicentro de la oferta de agua más generosa.
Este tipo de evento pluvial hubiese causado mucho daño si se producía en momentos en que la cosecha estaba en su apogeo y en este sentido puede analizarse como conveniente la seca que se mantuvo durante el mes de abril, apenas interrumpida con un evento entre quincenas. Las condiciones meteorológicas a cosecha durante este año, fueron antagónicas respecto de la campaña pasada, claro está mucho más favorables.
Si puntualizamos el análisis sobre las áreas trigueras principales de la franja central del país, las lluvias de comienzos de mayo han recuperado en forma muy eficiente al sudoeste entrerriano y lo suma al centro sur de SF, al norte de BA y a las áreas trigueras de CB, para definir un vasto sector con potencial hídrico óptimo para las siembras. El núcleo triguero del sur tampoco presenta limitantes, pero está claro que son fechas tempranas para el inicio de la campaña en la región donde la superficie sembrada alcanza casi el 60 por ciento del total del país.
Es muy probable que luego de estas jornadas frías, la circulación del sector norte restablezca una carga de humedad más importante en la atmósfera media y baja. Esto debería jugar a favor del regreso de las precipitaciones en fechas cercanas al cambio de quincena. Un nuevo evento pluvial complicaría temporariamente a las zonas hoy más húmedas, pero permitiría optimizar las reservas en otras que recientemente han salido de la seca. Como sea, la demanda de agua se ha moderado significativamente, no hay apremios en este sentido. Los forzantes para decidir las siembras parecen pasar nuevamente por ámbitos ajenos a la variable climática.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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