Lo hemos dicho en anteriores comentarios: el precio de la soja a nivel local se resiste a acompañar las subas registradas en el mercado de Chicago.
Una razón de ello viene de la mega-oferta sudamericana. Obviamente, si se diera un problema en la región de tipo gremial (ahora lo tenemos en las aceiteras de nuestro país, aunque no tan grave, por el momento) o logístico, tal situación actuaría como disparador en los precios locales.
Otra razón se origina en la expectativa de devaluación para nuestro país ubicada por debajo de la tasa de inflación. Con este cuadro, la demanda doméstica no tiene apuro por adquirir mercadería.
Este es el cuadro en el plano doméstico. Ahora bien, si continúa el alza de los precios internacionales, en algún momento acá también se registrarán subas visibles.
¿Es posible que la tendencia a la suba siga acentuándose? Claro que lo es.
Desde que el dólar dejó de apreciarse en términos de las principales divisas, el valor internacional de la soja comenzó a mejorar. No hay duda de ello.
Lo interesante es que tal recorrido a la baja del dólar no se corta.
Veamos el gráfico.
Evolución del dólar contra el euro desde el 7 de abril a la fecha
Si caben muchas dudas, hay que remarcar que, si bien desde el 13 de abril se nota la depreciación del dólar, a partir del 27 de abril la tendencia se acentúa.
Con este cuadro, resulta esperable que, de un momento a otro, los fondos abandonen su siesta y comiencen a operar como fuertes demandantes en los mercados agrícolas; de soja sobre todo. Más aún en este mundo donde la tasa de interés se aproxima a cero.
Tal expectativa estará condicionada por la evolución de la campaña agrícola en EE.UU.
Cualquier problema climático accionará un proceso de mejora en los valores de la soja.