El principal cultivo de la región transita su periodo crítico en óptimas condiciones y se prevén promedios de rendimiento hasta un 20% superior a los de la campaña precedente. Sin embargo, marzo pretende mantener el patrón húmedo y esto abre incógnitas respecto de la oportunidad en las labores de cosecha.
La campaña pasada se caracterizó por eventos climáticos extremos. El periodo crítico en soja de primera trascurrió su primera parte con un intenso calor y escasas precipitaciones. Esto derivó en la disminución de número de nudos productivos, mayor aborto de flores y vainas determinando así un techo al rinde. Las precipitaciones no sólo llegaron tarde para la oleaginosa sino que presentaron cuantiosos acumulados de lluvias que produjeron excesos y proliferación de enfermedades. El noreste bonaerense, la zona más afectada por este evento, totalizó en siete días 400 mm. En esa zona se agravaron los problemas de escurrimiento y anegamientos en las áreas bajas. Hubo pérdidas de áreas por asfixia y podredumbres. Además, a la hora de cosechar, la falta de piso de los lotes y la intransitabilidad de los caminos provocó el atraso de la labor y la apertura de vainas con dehiscencia de granos. Los rendimientos promedios de la región se estancaron en los 33,5 qq/ha, es decir 2,5 puntos por debajo de la media histórica.
Tomando la campaña 2013/14 como referencia, es interesante analizar el contraste de las condiciones climáticas con la presente campaña 2014/15. Estamos terminando el periodo crítico de soja (R4-R5.5), que, según la zona, el cultivar y la fecha de siembra, varía entre mediados de enero y mediados de febrero. La soja de primera recibió precipitaciones abundantes y adecuadamente distribuidas durante el mes de enero y en lo que va del mes de febrero. Las temperaturas máximas no fueron extremas y hubo temperaturas mínimas menores a los parámetros de la estación pero sin afectar al cultivo. Ante este óptimo escenario climático, las estimaciones de rindes a la fecha se mantienen firmes en los 40 qq/ha.
Respecto de la situación a mediano plazo, sería favorable que los acumulados del mes de marzo se mantengan atados a las marcas normales para que la fluidez de las labores de recolección y el traslado del grano no se vean afectados. No obstante, según los especialistas en climatológica de CCA, este patrón húmedo ganaría persistencia en la transición hacia el mes de marzo. No se descarta, por lo tanto, la posibilidad que las lluvias vuelvan a mostrar el comportamiento del mes de enero.
En la primera foto, el mes de enero 2014 presentó un acumulado de hasta 225 horas con temperaturas por encima de los 30 °C. Junto con la menor carga hídrica del perfil, el estrés termohídrico fue evidente en el cultivo de soja de primera. En enero de la presente campaña el rango de acumulado de horas por encima de los 30 °C fluctuó entre las 50 y 150 horas. Las lluvias recurrentes permitieron un buen desarrollo del cultivo.
En el primer mapa (25/01 al 18/02/14) se observa que las precipitaciones fueron excesivas y generaron podredumbres de plantas e intransitabilidad en los caminos. La isolinea de los 500 mm forma una circunferencia entre Ramallo, Pergamino y Santa Teresa. Los montos de la actual campaña para el mismo periodo son moderados. Se presentaron lluvias frecuentes en el mes de enero y las reservas se mantienen adecuadas.