Si Brasil sigue “verde” (o peor, si devalúa); si el barril de petróleo está a U$S 63 a fines del 2015 y si hay que corregir atrasos cambiarios y tarifarios; hacer cambios institucionales drásticos y reducir la presión del Estado sobre la inversión privada; se requerirán del nuevo gobierno, diagnósticos muy precisos, gran capacidad ejecutiva (“des-colonizar” el Estado), acertada muñeca para lograr acuerdos políticos y un manejo de los tiempos, que no dará demasiado respiro. Por eso, modestamente, se sugiere imitar a México en un Acuerdo que reúna mayorías políticas, capacidad de gestión, suficiente lucidez y, por qué no, movimientos rápidos.
El mundo en 2016
Cuando esté en funciones el próximo gobierno argentino, deberá enfrentar las cuestiones pendientes que le deje la herencia de Cristina, en un marco internacional que estaría –probablemente- un poco mejor que el observado en 2014.
Las últimas Perspectivas Económicas Mundiales, recientemente publicadas por el Banco Mundial, no producen demasiado entusiasmo en cuanto al crecimiento del comercio mundial para los próximos años, ya que se combinan bajos precios de las commodities, “expansión más lenta en las cadenas de suministros mundiales por mejoras en la productividad de diversas cadenas de valor” y desplazamiento de la demanda hacia artículos con menor intensidad de elementos importados.
Las perspectivas son de un crecimiento mundial del 3,3%, con un aporte del 5,3% de los países en desarrollo y 2,4% de aquellos de ingresos altos. Los números, para 2014, fueron 2,6; 4,4 y 1,8%, respectivamente. Se nota claramente un rebrote del optimismo, que parcialmente se funda en la fuerte baja del precio del crudo, que cayó 54,3% entre el 12 de junio de 2014 y el 16 de enero de 2015. Una reciente encuesta de The Wall Street Journal - entre 66 economistas- predice que al cierre de 2015, el barril costará U$S 63,03.
La reciente suba del precio del Dólar (17% de revaluación en algo más de 6 meses con respecto al Euro), que se puede acentuar, no permite dormir en paz, en lo que hace a las restantes commodities. Por supuesto que esto está condicionado, en el caso argentino, a la evolución de las cosechas en los Estados Unidos, Brasil y Argentina, principalmente de soja y maíz, y en el Mar Negro (girasol y trigo).
El Banco Mundial considera que el crecimiento de América Latina y el Caribe se desaceleró hasta el 0,8% en 2014. Particularmente, América del Sur se vio afectada por factores internos (no se aprovechó el boom de commodities- esto es de cosecha propia-), agravados por la desaceleración económica de socios comerciales y, como se dijo, caída mundial en los precios de los productos básicos. Pese a esta mala noticia, mayores exportaciones impulsadas por la mejora de los países de altos ingresos (representan 2/3 de comercio mundial) y flujos de capital, como los anunciados recientemente por parte de China (reunión con la CELAC, donde se añadirían MU$S 250.000, en los próximos años, a la Región) podrían permitir un crecimiento del PBI regional de aproximadamente 2,6% en 2015/17. Io non lo vedo….
La contracara del Dólar fuerte en el mundo es la violenta baja en los rendimientos de los Bonos del Tesoro norteamericano que, al cierre del pasado viernes, ofrecía 1,86% a 10 años, unos 98 puntos básicos menos que lo que pagaba un año atrás (¿seguirán chupando toda la guita, en el `16?).
Finalmente, el nombramiento de un Ministro de Economía “duro” en Brasil, produjo una revaluación, leve, del Real, por el efecto confianza de su anuncio de ajuste fiscal que, lamentablemente para los industriales, incluye retoques impositivos que todavía no se conocen (¿No será Levy a Dilma, lo que López Murphy a De la Rua?). Pese a ello, desde fines de junio, el Real pasó de 2,17 a 2,62 por Dólar, es decir una caída del 20,8%, que significa una devaluación potrilla (muy real) del 17%.
¿Qué pretendemos señalar con esta enumeración?
El futuro gobierno argentino se encontrará con un ajuste en curso en Brasil, un Dólar seguramente fuerte en el mundo (tal vez menos liquidez) y bajos precios de las commodities y del petróleo, (aunque superior al corriente). Es probable que no haya serias modificaciones al alza, en la tasa larga de los Bonos norteamericanos, ya que los recientes anuncios de medidas del Banco Central Europeo, para la Zona del Euro, no aseguran un resultado confiable que permita revertir la fuga que sufrió en los últimos meses, (cayó 9,4% con respecto al Yen -en algo más de un mes- y otro 8,9 % en relación a la Libra -entre mediados de marzo y el cierre del pasado viernes-).
Con este panorama, no cabe esperar un shock inversor, aun cuando los cambios institucionales que se anuncien antes del 10 de diciembre y los que se concreten una vez asumido el nuevo gobierno, sean de tal entidad que generen un estímulo a ingresar o repatriar capitales y/o convencer a inversores locales para que apuesten por nuestro país.
El largo período de hiper liquidez internacional, por lo menos desde el punto de vista de la oferta de dólares, podría atenuarse durante el 2do. semestre de 2015, frente al riesgo de aumentos de precios en los Estados Unidos, por ahora conjurado por la fuerte baja del barril de petróleo.
Las inversiones de YPF y la explotación intensa de Vaca Muerta, como argumentos de cambio de tendencia, no auspician –por ahora- más que inversiones para sustituir importaciones (es algo con gusto a poco), toda vez que continúe (atenuada) la sobreoferta mundial de crudo que, a estar por los pronósticos, no se revertiría en 2015.
Síntesis: Ni-ni en la renta de la Vaca y poca en la del agro.
La Argentina política en 2016
Partamos del supuesto que finalmente habrá un candidato oficial del kirchnerismo, que motivará la gestión del Ejecutivo para “no dejar tierra arrasada”, sino más bien ir solucionando -aunque sea con parches-, los problemas económicos. Supongamos que finalmente se evita la profundización del atraso cambiario y se negocia un arreglo para los hold-outs, que incluya la aceptación de los buitres. Aún en este marco, el crecimiento económico de 2015 sería muy bajo, ya que nada más que por los menores valores internacionales el complejo sojero, se exportarían unos MU$S 4.000 menos, aún con MT 53 de cosecha de poroto. ¿Puede el consumo electoral cebar la máquina? ¿Cuándo comenzarían a posicionares los inversores?. Para no ir a la cola, digo.
Aquellos que observen el nivel de actividad económica (consumo), sólo harán inmovilizaciones marginales. Los que atiendan al “clima de negocios”, esperarán el resultado de octubre (o encuestas inmodificables, para agosto). Los que necesiten un Tipo de Cambio real, por lo menos 30% más alto que el actual (para compensar el precio del dólar al que fugaron y repatriar recursos y/o blanquearlos), difícilmente se vean satisfechos, por lo menos hasta octubre (ya que puede darse que un muy claro resultado en primera vuelta, aceleraría el trámite de devaluar y ajustar tarifas atrasadas, quizás a cargo del “gobierno que se va”, para dejar un poco mejor posicionados los precios relativos al que llega).
Como se ve, no es tan fácil, con el panorama internacional planteado (léase Brasil, petróleo, dólar y menor liquidez, precios de commodities, etc.), que se produzca un aluvión inversor, salvo que durante los primeros 100 días de gestión del nuevo gobierno se acometan reformas institucionales, cambios de precios relativos, recortes de carga tributaria y del peso del Estado (hay que des-colonizarlo) en la economía, etc., que transformen a La Argentina en una analogía de lo que fuera el Pacto por México que, por ahora, está resultando muy favorable, no sabemos si por la profundidad de las medidas tomadas o por el repunte virtuoso de la economía de los Estados Unidos, que creció 5% anual, en el tercer trimestre de 2014 (cifra revisada).
La vocación de acuerdos políticos, entre candidatos de la oposición, se ha visto fortalecida en los últimos días, aunque persiste el intento del macrismo y el massismo, por tomar electorado que espontánamente (in – pectore) apostaría al FAUNEN. Curiosamente (o no tanto), un amigo de Macri, como lo es el Intendente Posse (FR), está proponiendo la unión de ambas fuerzas, para asegurar la derrota de Scioli en primera vuelta.
Esto quiere decir que hay suficiente conciencia (no incluimos en la lista a Cobos y Binner) de que gobernar no será tan sencillo y menos aún si se trata de hacerlo con minorías legislativas, que no se enmarquen en acuerdos básicos, para tomar las medidas que haya que tomar, después del 10 de diciembre, sobre todo en los primeros 3 a 4 meses de gobierno (tienen que estar operativas y ser visualizadas por los inversores, antes de que entre la soja en abril de 2016).