A pesar de que ambos países tienen un volumen de producción similar de aceite de soja, la Argentina triplica las exportaciones de Brasil y es líder global en este producto, que sobre todo se exporta a China y la India, que es el principal mercado ya que prácticamente no cuenta con complejos para moler y procesar la soja.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destaca que en las plantas argentinas, que se concentran en las terminales portuarias del Gran Rosario, se embarcaron unas 4.090.000 toneladas de aceite de soja de la campaña 2013/14. Brasil, en cambio, exportó unas 1.380.000 toneladas. Entre los dos países concentran más del 60% de las ventas globales de este producto (9,2 millones de toneladas) y la Argentina sola representa el 44%, según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
En los últimos tres años, estos dos grandes jugadores de la agroindustria sojera, que comparten el podio con Estados Unidos, vienen cabeza a cabeza en el volumen de producción de aceite, que oscila alrededor de las 7 millones de toneladas anuales, pero la diferencia es que la Argentina exporta la mayor parte (lo que vuelca al mercado interno se procesa como biodiésel y la mitad también se embarca hacia el exterior) y Brasil, por la cultura alimentaria de su población, destina el mayor volumen a su enorme mercado interno de más de 200 millones de habitantes.
La clase media brasilera utiliza mucho el aceite de soja para sazonar, a diferencia de lo que pasa en la Argentina en donde el paladar está más acostumbrado al aceite de oliva, al de girasol y al de maíz. En el país apenas se usan unas 150.000 toneladas de aceite de soja para cocinar.
En el mercado internacional, India y China son los principales compradores. “En el ciclo 2013/2014, India ocupó el primer lugar en el ranking adquiriendo 1.830.000 toneladas de aceite. La República Popular fue el segundo importador mundial de este bien con compras por 1.353.000 toneladas”, precisa Julio Calzada, jefe de los economistas de la bolsa rosarina.
Lo que pasa en estos dos países es lo que mueve el tablero. “La evolución de las economías de China e India representa una cuestión estratégica para la región, que no debe soslayarse en ningún análisis económico”, recuerda Calzada.
Con una población de más de 1.300 millones de personas, el crecimiento económico de la República Popular aumentó las importaciones de poroto, harina y aceite de soja. Lo mismo sucedió con la India, que ahora cuenta con una población estimada de 1.243 millones de habitantes.
Hasta octubre de este año, la Argentina le vendió a China, que también es un fuerte comprador de poroto sin procesar (que le venden, sobre todo, Brasil y Estados Unidos), unas 374.000 toneladas de aceite, contra 338.000 que exportaron los brasileños hacia este mercado.
A la India viajaron 1,3 millones de toneladas de aceite argentino hasta octubre, una cifra que es récord. Brasil también aceleró sus despachos y trepó a 384.000 toneladas.
El liderazgo que tiene la Argentina se relaciona con la fuerte apuesta a procesar el cultivo, lo que suma empleo y valor agregado, en el cluster de crushing (molienda) que se concentra en el sur de Santa Fe, junto a la hidrovía del río Paraná.
Con una cosecha que supera los 50 millones de toneladas, la agroindustria sojera sólo exportó 7,8 millones de toneladas de poroto sin procesar, según los datos de la BCR. Estados Unidos y Brasil, que tienen cosechas sojeras más grandes (de unas 80 millones de toneladas) embarcaron como grano cerca de 45 millones de toneladas. La mayor parte viajó hacia China.