Ricardo Bindi ha sido recientemente elegido para conducir el Consejo Profesional de la Ingeniería Agronómica (Cpia) por el término de dos años. Formado en la Universidad Católica Argentina profesionalmente, se desempeñó en compañías como Cargill y Monsanto, hasta vincularse con los aspectos comunicacionales del mundo rural a través de la conducción de Agrositio.com, empresa de la cual es presidente. Con una fuerte educación de posgrado en materia de negocios y márketing, Ricardo se integró en 2010 a la comisión directiva del Consejo, desempeñándose como vicepresidente. Ahora, al frente de la institución, conversó con Infocampo sobre su proyecto de gestión.
- ¿Cómo llegás a relacionarte con la instancia de representación de los profesionales agrarios?
-Apenas me recibí de Ingeniero en Producción Agropecuaria me matriculé, porque siempre lo tuve como una instancia muy importante. Lo viví en mi casa con la profesión de mi padre, médico, donde el número de matrícula representa el ejercicio mismo de la profesión y es la diferencia entre un diplomado, que tiene el título enmarcado, y el profesional, cuyo ejercicio está respaldado por la matrícula. Por otra parte, cuando uno ve alguna publicidad donde aparece un odontólogo o un médico, siempre su nombre aparece acompañado por el número de matrícula. Y pienso que para un profesional agrónomo tiene que ser lo mismo.
- ¿Y particularmente con el Colegio de Profesionales?
- Simplemente me acerqué y comencé a participar. Dada mi vocación por lo institucional y por el relacionamiento y la construcción de redes, accedí a la vicepresidencia, y de ahí pasé a tener la suerte de ser elegido presidente del Consejo por los próximos dos años.
- ¿Cuál es el resultado esperado para tu gestión al frente del Cpia en estos dos años?
- Uno es el plan federal, más diálogo, más cercanía, más red, y además ampliando el espectro a todas las profesiones relacionadas con la producción de alimentos. Por ejemplo, los ingenieros forestales, para que juntos nos sentemos a ver cómo pasamos de 1,2 a 3 millones de hectáreas plantadas y creamos una gran industria forestal. La otra meta es el Plan Universidades. Visitar casas de estudio, charlar con los estudiantes, explicarles todas estas cosas, con la idea de meter generaciones nuevas que capaz que descreyeron de las instituciones. El tercer punto es capturar, en el buen sentido, más gente al proyecto. Cuando hay contenido y buena gente, la gente se suma. De hecho, en la comisión directiva tenemos dos ex decanos (Fernando Vilella y Marcelo Schang), justamente para fortalecer esta faceta educativa. Y el cuarto punto es jerarquizar la profesión, que sientan que tienen un espacio que los contiene y los protege. Voy a hacer todo el esfuerzo para que la sociedad entienda que el brazo del conocimiento de todo ese conocimiento de la cadena agroalimentaria surge del profesional.
- ¿Cuántos profesionales tiene matriculado el Cpia?
-Más de 20.000 profesionales, lo que es un número bastante grande. Lo innovador es que hace cuatro años empezamos a abarcar lo agroindustrial y lo alimentario. Un biotecnólogo que trabaja en eventos para los cultivos también está en nuestro Consejo, como la gente que está en genética, los ingenieros forestales, los licenciados en mecanización agrícola, que es un gran cluster. Por ejemplo, los economistas agropecuarios también están en el Consejo. De hecho hoy nuestro secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, me refiero a Gabriel Delgado, es un licenciado en Economía Agraria. Lo mismo el ministro de Agro de la provincia de San Luis.
“Con los ingenieros forestales tenemos que ver cómo crecer en área plantada.”
- ¿Cómo es la relación entre el Cpia y los colegios profesionales provinciales?
- Hace algunos años hubo roces entre este Consejo a nivel nacional y algunas provincias, repito lo de algunas. El punto es que los profesionales que se desempeñan en áreas como el Inta, el Senasa, el Ministerio de Agricultura, el Inase, etcétera, tienen la obligación de matricularse en el Consejo Nacional. Entonces, lo que hay es una estructura de reciprocidad con muchas provincias, como Misiones, Santiago del Estero, Río Negro, Mendoza, Chubut, etcétera, con las cuales mantenemos una sinergia, una red de trabajo colaborativo. Entonces el profesional se matricula en un lado o en el otro, y es válido. Por otra parte, esta estructura colaborativa les posibilita a muchos consejos provinciales un acceso más fácil y fluido a instancias como son los organismos nacionales. Es cierto que en algún momento hubo conflictos, incluso legales, o recelos. Pero sabemos que somos una institución de ley, no una asociación, y que lo que hacemos está avalado por esa instancia legal.
“La sociedad debe saber que el conocimiento surge del profesional.”
- Cambiando un poco de tema, hay un debate muy fuerte en la sociedad y a través de los medios, sobre la producción agrícola y el impacto en el ambiente y en la salud. ¿Cuál es el rol que tendrían que tener los colegios profesionales en esto? ¿Se está debatiendo internamente?
- Sí, es un debate que en la cadena agrícola se viene trabajando desde hace mucho tiempo y que toma vuelo a nivel general a partir del desarrollo de la biotecnología y la siembra directa. Pero se viene trabajando mucho en eso. Tenemos una subcomisión específica para atender esta problemática, que se focaliza en las Buenas Prácticas Agrícolas y que a fines de 2013 sacó un documento elaborado en forma de red con 60 instituciones, entre ellas Aapresid, Aacrea, el Ministerio de Agricultura, etcétera. Es un documento muy serio y que me ha tocado presentar en distintas provincias. Por otra parte, cuando alguien salió a decir que los ingenieros agrónomos somos “genocidas”, nuestra respuesta fue instantánea en defensa de la profesión.
Bindi le pone muchas fichas a los jóvenes, como en Aapresid, donde coordinó un panel específico
- Ahora, ¿no tendría que haber una participación más activa de los profesionales en los medios de comunicación llevando adelante el debate?
-Sin duda que sí, lo que pasa es que hay que hacerlo seriamente, no impulsivamente. Es un trabajo que va a llevar tiempo. En mi caso particular, porque además de ser profesional, estoy en las comunicaciones, creo que puedo colaborar en esto de comunicar más y mejor. Sucedió en Aapresid, donde había un pequeño grupo de activistas que quiso boicotear el congreso; lo que hice fue llevar a estos chicos a que se expresaran en la radio y conversar. Había chicos que estudiaban filosofía u otras carreras no conectadas con lo rural, así que hubo un intercambio, les explicamos también muchas cosas de la producción que uno sabe por estar en el campo, y les abrimos el juego. Y el resultado fue positivo.