Así lo indicó Gustavo Martini, coordinador de la Comisión de Agricultura de
Aacrea, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se
está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera
simultánea. “El mejoramiento genético vegetal seguirá siendo uno de los pilares
de la productividad de los próximos años”, añadió.
Martini sostuvo que existen muchas tecnologías asociadas al proceso de
mejoramiento genético, como el uso de marcadores moleculares, que hacen que “el
foco y la eficiencia sea mejor y que la velocidad (de mejora) sea mayor”.
“La fuerte inversión realizada por semilleros en informática y en software
permite procesar multiplicidad de datos que provienen de miles de parcelas
distribuidas por toda Sudamérica. En un lustro se podrán observar aumentos de
rendimientos superiores al uno por ciento anual”, vaticinó.
Con relación a la biotecnología, Martini postuló que seguirá aportando
soluciones para proteger el rendimiento y que se asistirá a varios lanzamientos
de eventos para control de plagas, enfermedades y malezas.
El especialista recordó que la microbiología tuvo una escalada muy grande en
los últimos años y previó una gran oferta de productos con microorganismos, como
inoculantes adaptados a modelos de producción en escala, tratamientos de
semillas en plantas especializadas, inoculantes con bacterias y hongos que
colaboran en la nutrición de las plantas, incorporación simultánea de
inoculantes para generar una risósfera, donde la planta soporte mejor el estrés
abiótico. A mediano plazo lo que viene es el biocontrol, formulaciones con
microorganismos para poder controlar enfermedades o insectos.
En materia de “fierros”, lan maquinarian serán más precisas y veloces. “Hay
una serie de desarrollos, desde dosificadores neumáticos, tubos de caídas que
acompañan la semilla hasta el fondo del surco, control de profundidad de siembra
con sensores que detectan el paso de la sembradora haciendo una lectura de ese
paso y ajustan la presión actualmente por cuerpo y a futuro por modo de siembra,
todo controlado por monitores de siembra integrales que pueden estar conectados
a una aplicación específica, a un dispositivo móvil por el cual se podrá ver
cómo está trabajando la sembradora”, graficó.
Las pulverizaciones se tornarán más precisas, permitiendo un uso eficiente de
los fitosanitarios, lo que reducirá el impacto ambiental. “Ya es una realidad la
posibilidad de aplicar herbicidas sólo donde hay malezas con pulverizadoras
equipadas con sensores específicos que detectan y abren válvulas para efectuar
la aplicación sólo donde es necesario”, sostuvo. Y consideró que en el mediano
plazo será posible pulverizar con productos volcados en tanques diferentes de
modo tal que se puedan inyectar distintos principios activos de acuerdo al tipo
y cantidad de malezas.
Donde Martini no observa demasiados cambios es en los fitosanitarios. “La
estrategia de las empresas químicas es integrar el control con la biotecnología
y hacer nuevas formulaciones que combinarán mezclas para evitar la aparición de
resistencias”, evaluó al tiempo que explicó que bajará el nivel toxicológico, al
punto tal que los próximos lanzamientos serán todos de banda verde o azul.
La tecnología aplicada en la agricultura de precisión permite suponer que
esta técnica sumará superficies y ganará adeptos. El aumento notorio del uso de
vehículos aéreos no tripulados (drones) y satélites para ambientaciones con
cámaras multiespectrales o de alta definición, permite un seguimiento exhaustivo
de los cultivos. Y permite estimar rendimientos, áreas inundadas o avances de
malezas o plagas. “Los precios de estos dispositivos están en caída. Quizás no
falte mucho para que un grupo de productores pueda poner en órbita un satélite
propio para controlar sus producciones”, alentó.
Las nuevas tecnologías también mejorarán la eficiencia en el uso del agua y
la facilidad operativa. La telemetría permitirá desde una computadora o teléfono
celular encender la bomba, poner en marcha el motor, ajustar la lámina y
detectar fallas. También recordó que hay mucho desarrollo en riego por goteo
subterráneo con mayor opción para la agricultura intensiva y como complemento de
la extensiva, “allí donde no entra un pivot o en los vértices de este sistema”.
También la poscosecha será alcanzada por los avances técnicos. Las actuales silobolsas de tres capas serán reemplazadas por otras pentacapas que favorecen los cuidados. “Protegen mejor los almacenados frente a situaciones climáticas adversas y mayor espacio para la ubicación de sensores hacen posible un monitoreo inmediato midiendo niveles de dióxido de carbono, incluso haciéndolo a distancia”, indicó. Por todo esto, “casa uno estos aportes biotecnológicos aportarán valor a la productividad”, concluyó.