Lo que parece no tener en cuenta ninguno de los funcionarios es que, en materia de cuestiones ligadas a los títulos de deuda, cuando se concede una jurisdicción extranjera se renuncia a la oposición de inmunidades soberanas.
Lo hizo Néstor Kirchner cuando emitió bajo legislación extranjera parte de los bonos del canje en 2005, que tienen las mismas condiciones que los emitidos en la segunda ronda del canje, en 2010. Y en los que la Argentina renunció a la oposición de inmunidades soberanas al someterse a jurisdicciones extranjeras.
Es lo que acaba de volver a hacer el país cuando se firmaron, por ejemplo, los acuerdos con China para obtener financiación para construir las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Se decidió que cualquier diferencia sería dirimida en arbitrajes, en inglés, ante la Cámara de Comercio Internacional, en París. Y el Gobierno se comprometió a que ningún área o ministerio de la administración opondrá inmunidades soberanas.
"De eso se trata, de que respeten al país, de que la soberanía del país es innegociable, no se negocia con la bandera, no se negocia con la soberanía, no se negocia? estamos dispuestos a debatir", dijo la Presidenta el pasado martes 30 de septiembre en uno de los saludos a sus adherentes en los patios de la Casa Rosada. Habló también allí de que "a lo que no se puede renunciar es a la dignidad y a la soberanía".
Para los especialistas en convenios y contratos con jurisdicción extranjera, precisamente firmar ese tipo de compromisos hace que se renuncie a la soberanía. "Si alguien quiere mantener plenamente su soberanía y la de sus tribunales y su legislación, simplemente no se somete a otros, que es lo que hace Estados Unidos", ejemplificó un abogado con amplia experiencia en los sistemas judiciales argentino y norteamericano.
En el caso de los bonos de la reestructuración de la deuda, la opción es clara. El prospecto o contrato que se ofreció está disponible en inglés en el sitio web de la Comisión de Valores y Acciones de los Estados Unidos (Securities and Exchange Comission, SEC son sus siglas en inglés), y dice en el parágrafo 17 que el país "está de acuerdo en que la sentencia final no apelable en cualquier procedimiento relacionado será concluyente y vinculante y podrá ser impuesta en cualquier tribunal especificado o en cualquier otro tribunal de la competencia de los que la República está o puede estar sujeta" (N de la R: la traducción no es oficial).
Las limitaciones son las de convenciones internacionales o, en el caso de los Estados Unidos, la propia ley de inmunidades soberanas que rige allí desde 1976. Se la reconoce a todo aquello perteneciente al sector público que tenga uso oficial, pero no comercial. No son embargables las sedes de las embajadas, por ejemplo, o la Fragata Libertad, entre otros bienes.
Tampoco, dicen los especialistas, se pueden oponer inmunidades soberanas superiores a las ya mencionadas cuando se firman tratados o convenciones. "El Estado se autolimita porque obtiene alguna ventaja a cambio; en el caso de la colocación de deuda, se obtiene una tasa de interés menor si se opta por la legislación de los Estados Unidos, del Reino Unido, de Japón, Francia o Alemania, que cuando se ofrecen, sobre todo a los extranjeros, contratos con leyes y jueces argentinos", explica un especialista.
"Lo que no se puede", dicen los especialistas, "es renunciar a la inmunidad soberana y luego reclamar que la devuelvan cuando el fallo de un juicio es adverso, incluso aunque, como el caso de Griesa, sea controvertido".
El kirchnerismo ha tenido desde el principio problemas para reconocer los fallos adversos, en propia jurisdicción o en una delegada. Son frecuentes las quejas por la demora en cumplir con las sentencias que favorecen a jubilados por actualización de haberes por parte de la Anses, por ejemplo.
Néstor Kirchner se fue de la presidencia sin haber encontrado una vía de arreglo para los arbitrajes desfavorables en el tribunal del Banco Mundial, que la Argentina también eligió voluntariamente y sólo fueron aceptados recientemente, tras numerosos reclamos, por ejemplo, del gobierno de Barack Obama.