En los últimos días fuimos testigos de cómo los políticos discutían como niños de primaria (pedimos perdón a los niños) sobre quién había hecho que cosa. Sobre las capacidades ejecutivas de cada uno, comparando distritos y jactándose de las cosas que habían realizado. Se lo escuchó al Gobernador de Buenos Aires atacar alegremente a uno de los candidatos de la oposición manifestando que era sencillo administrar un Puerto de Frutos cuando él tenía a cargo 14 puertos. Decía intentando menoscabar lo realizado por el otro candidato que supuestamente tiene chance electorales en el 2015, que las bicisendas son muy bonitas pero que él construyó y construye rutas. Y aquí es donde podemos aplicar otro dicho popular: “El pez por la boca muere”. Porque automáticamente las voces del sector agropecuario se hicieron sentir en relación al paupérrimo estado de las rutas de la provincia de Buenos Aires.

En los últimos 5 años no se realizaron las tareas correspondientes al mantenimiento de las rutas bonaerenses. Con el agravamiento de que cada vez hay más mercadería para transportar, por mayor volumen de cosecha. Debemos considerar que se transportan por carreteras el 84% de lo producido en nuestro país y tan solo un 16% es transportado en trenes.

El pésimo estado de las rutas perjudica no solo a aquellos que deben pagar continuamente las roturas de sus camiones, que deben pagar las demoras y retrasos en las cargas, sino también los fletes son terriblemente onerosos. “Si cargo 40 mil toneladas de granos desde Rosario a Rotterdam en Holanda me sale más barato que el flete que pago de mi campo a Rosario” decía con desánimo un productor sojero de la norteña provincia de Salta.

La Argentina cuenta con 30.000 kilómetros de vía férrea. El ferrocarril Belgrano Cargas es el más extenso del país con 10.000 kilómetros de vías. En los años de la década del 80 transportaba 5 millones de toneladas anuales de mercadería. Por estos días transporta 800 mil toneladas.

La importantísima participación del camión en el transporte de mercaderías en detrimento de un medio más barato como el tren, genera que los consumidores paguemos precios más altos en la mayoría de los artículos que compramos a diario.

Y para colmo, el clima no ayuda, teniendo un año llovedor que ayuda a hacer resaltar la problemática de las rutas y caminos vecinales que se rompen, quiebran, se parte el asfalto y nadie hace nada al respecto.

Por nombrar algunos casos podemos ver en San pedro la Ruta 1001, en Bragado la Ruta 46, en Navarro la ruta 47, en Cañuelas la Ruta 6, en Chascomús la Ruta 20, en Lincoln la Ruta 50, siendo estas tan sólo algunas de las rutas “destruidas” por su excesivo uso y falta total de mantenimiento.

Quizás puede ser verdad lo manifestado por el Gobernador de la provincia que dice que construyó y construye rutas y caminos, pero la pregunta es: ¿Y del mantenimiento no hablamos?