A medida que van pasando los años, los productores cada vez siembran más soja en detrimento del resto de los cultivos. No tan sólo en las zonas aptas para esta oleaginosa, sino también se está sembrando en las regiones marginales, donde existen muchas posibilidades de que los rindes no sean los mejores, la calidad comercial sea inferior o directamente fracase la cosecha.

No obstante todo esto, el productor “se arriesga” a seguir intentando sembrar EL ORO VERDE. “Con el trigo pierdo, con el maíz cambio la plata, con la soja gano dinero. ¿Qué querés que siembre? decía un productor de la bonaerense ciudad de Bragado. Porque no debemos olvidar que el hombre de campo es un empresario que invierte dinero para intentar ganar plata. Y busca continuamente que es lo que le puede llegar a redituar ganancias sobre su inversión.

Lógicamente ya saldrán los técnicos a enseñarnos que se debe rotar los cultivos para poder mantener la productividad de los terrenos, etc, etc. Pero en definitiva, el chacarero quiere proteger su capital y su inversión haciendo cultivos que sean rentables. Vemos como con el trigo, la Argentina ha perdido competitividad en el mundo, perdiendo mercados que costo años obtenerlos, bajando la calidad de nuestro cereal y principalmente el volumen cosechado. Si vemos las cifras de producción, veremos que hace 15 años producíamos más trigo que lo que hoy producimos. Cuando compramos las producciones trigueras de países que no tienen las bonanzas del clima, suelo, ubicación geográfica que tiene la Argentina, vemos que ellos aumentan continuamente sus producciones. Canadá y Australia por ejemplo con cosechas por encima de las 25 millones de toneladas cada uno. En tanto, nuestro país no puede sobrepasar las 12 millones de toneladas.

Al escuchar los discursos de los políticos de turno, siempre manifiestan que no podemos seguir “sojizando” la producción granaria de nuestro país. Pero todas las medidas que se han tomado en los últimos 13 años, fueron para ir hacia ese rumbo. Soja, sobre soja, y más soja. Al escuchar los discursos de la posible oposición, nos encontramos con que basan la baja de la producción de trigo en que el cereal hoy tributa un 23% de retenciones a las exportaciones. Y no consideran los verdaderos motivos por el cual los productores no siembran trigo. Que son la continua intervención del mercado generando falta de transparencia en los precios, el manejo de los valores por parte de los exportadores y molineros, la imposibilidad de vender al extranjero libremente el saldo exportable. Todo esto es lo que hace que los precios estén deprimidos, no coincidentes con la realidad de los mercados internacionales y genere que la siembra y cosecha del cereal sea un pésimo negocio.

Y lamentablemente de continuar las cosas así, cada año habrá menos trigo y de calidad comercial discutible, y habrá cada vez más soja.

Y atención con el maíz. Estamos llegando a valores internacionales donde el productor argentino debe hacer muy bien los números para intentar que este cultivo deje algo de ganancia. Porque si no, veremos un caso similar al antes mencionado con el trigo. La gente dejará o disminuirá su intención de siembra de maíz, para sembrar lo único “que por el momento” es negocio, LA SOJA.