El importante Congreso de AAPRESID realizado recientemente en Rosario, como en el Congreso de Maizar celebrando a principio de julio, el tema importante que unifico los paneles y talleres fue la necesidad de un cambio en la comunicación del agro, para poder llegar a todos los ciudadanos con las virtudes y los mayores aportes del sector en el desarrollo del país, si las políticas le permiten a nuestros emprendedores la mayor transformación de producción en energía y en alimentos terminados en sus lugares de producción para ser exportados al mundo.

La principal conclusión que dejaron ambos Congresos, es que el Complejo Agroindustrial debe tener una estrategia de comunicación para llegar al público en general y no solamente al agro, para poder cambiar la imagen del sector en la ciudadanía en general y de esa forma construir el poder político que necesitamos, acorde al poder económico del sector, haciendo docencia en la capacidad que tiene de multiplicarla en pocos años por medio del Complejo Agroindustrial, si trabaja con políticas previsibles y mercados libres en la fijación del precios de los bienes.

A esta altura del debate, nadie puede ignorar –ni oficialismo, ni oposición- el rol estratégico que juega el sector agroindustrial en la consolidación del crecimiento y el desarrollo sustentable de la economía nacional. Claro está, si se respeta la división de poderes y el federalismo fiscal, como determina nuestra Constitución. Lo que puede varía son las formas cómo alcanzarlo. Por lo cual todas las entidades en conjunto deben definir propuesta por mayoría. El desafío es como trabajar para consensuar, hacer las propuestas y gestionar su implementación.

Hemos pasado demasiado tiempo analizando el pasado, elaborando propuestas individuales y coyunturales o realizando conjeturas. No podemos demorar más en explicitar las propuestas agropecuarias y agroindustrial que necesita el sector y el país para el mediano y largo plazo. Debemos aprovechar las condiciones internacionales –mayor demanda en cantidad y calidad de alimentos- para aumentar las exportaciones y de esa forma abastecer mejor el consumo interno.

Esta sería la bese de la propuesta de la mayoría de los productores y es lo que en conjunto debemos hacer llegar a todos los partidos políticos. No debemos preguntarles más a los políticos cuál es su política para el sector. Tenemos que tener nuestras propuestas para discutirlas y consensuarlas, para salir definitivamente de la actual decadencia, por medio del aporte dormido que tiene en sector agroalimentario, si trabaja en igualdad de condiciones con los otros sectores, para consolidar un desarrollo planificado a más de 20 años, que es la demanda principal del interior y del conjunto del país.

Han pasado más de seis años del conflicto que originó la 125. En este tiempo, el sector agropecuario no ha sabido concretar una propuesta que necesita el país para aprovechar todo el potencial del complejo agroindustrial. Sin un amplio acuerdo del sector, la seducción a los partidos políticos fue remota en otras ocasiones.

En un nuevo año electoral adelantado la situación está por repetirse. Los principales responsables son los dirigentes de las entidades que no han sabido o no han querido cambiar, ante el nuevo escenario productivo y de gestión, profesionalizando la gestiones gremiales y la forma de recaudar recursos y los mimos productores que no apoyan formalmente con recurso a las entidades, situación que es una constante desde mi presidencia en CRA que finalizo en 1993.

La mejor alternativa es apoyar los cambios que necesita el país en una nueva gestión de gobierno a partir del 2016, mostrando que el sector está unido y que tenemos propuestas por mayoría como la que propongo, para poder ayudar profesionalmente en la nueva gestión. Es fundamental para el país y el sector que se concretar un sistema de recaudación gremial definitivo que nos permita trabajar profesionalmente para proponer y defender las políticas de estado que necesitamos en todos los ámbito que se discuta – sean generales y sectoriales o internas y externas - para consolidar el desarrollo del interior por medio un efectivo federalismos fiscal

La industrial más grande y competitiva del país no puede estar más fuera de la mesa de negociación. Esto depende principalmente de nuestra dirigencia del agro si está dispuesta a trabajar unida institucionalmente. Al existir propuesta por mayoría de los productores, deberían ser apoyadas por todos los partidos políticos de la oposición, comprometiéndose formalmente a ser tratadas a partir del 1° de marzo del 2016 más allá de quienes sean oficialistas u oposición.

Asumir la acción política requiere madurez pero es, también, la única forma de lograr cambios reales que el sector necesita. Coincidir en una propuesta común desde un sector no supone la pérdida de identidad de las distintas entidades. Aceptar las diferencias por mayoría nos permitiría un trabajo de largo plazo, como viene realizando Brasil desde 1964 cuando planifico el rol de la producción agropecuaria y agroindustria en el país y creó por ley la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias (CNA) para trabajar en una acción institucionalizada pública-privada permanente en la defensa de las propuestas, sanción de las mismas y control de la gestión de las políticas públicas. Hoy en día, sus dirigentes tienen un gran protagonismo en el trabajo parlamentario y en la concreciones y seguimientos de la políticas públicas, a nivel nacional e internacional, mostrando a los productores mucho más unidos que al principio del sistema, ante los resultados concretos después de 48 años.

Por la falta de resultados concretos en el trabajo gremial para los productores y el país, y por todos estos argumentos descriptos y otros que se podrían agregar, como dirigentes del sector tenemos la obligación y responsabilidad de cambiar en forma urgente y proponer algo similar a lo de Brasil para concretar las propuestas que necesita el sector y ayudar al país, por medio del potencial dormido que existe en el sector para aumentar la producción y exportarlas transformadas en alimentos con mano de obra argentina en todo el interior del país.

Una entidad similar a la CNA de Brasil tiene que estar integrada por todas las entidades nacionales formada por productores (las cuatro gremiales y AACREA y AAPRESID) en una Fundación o/y Centro de Estudios Estratégicos. Todas las otras entidades por Cadena o Especificas deberán tener un lugar formal para el trabajo, diseño y seguimiento de las política del sector en la entidad supranacional. Esta entidad que recibiría los aportes de todos los productores por un sistema de recaudación obligatoria por ley. No estoy hablando del 2°%, estoy pensando como mínimo un 1%. Es fundamental la inclusión de las seis entidades, porque no se puede pretender recaudar fondos a todos los productores si muchos de ellos no se sienten representados en las cuatro entidades gremiales.

La Fundación o/y Centro de Estudios Estratégicos por medio de un Consejo Directivo, sería el responsable de distribuir los fondos según sean los objetivos y los porcentajes fijados previamente por el estatuto de formación. Entre los cinco objetivos principales puedo mencionar los siguientes:

1- Proponer, elaborar, concretar y hacer su seguimiento de todas las políticas de estado que tienen directa influencia para la producción, transformación y exportación del sector agropecuario y agroindustrial.

2- Ejecutar en forma permanente todo el trabajo de lobby profesionalizado interno y externo a nivel público y privado para mejorar la competividad del sector.

3- Proponer y trabajar en todas las modificaciones necesarias para mejorar la educación, la investigación y formación laboral inclusive en el diseño de las carreras cortas y de oficios.

4- Diagramar y ejecutar en forma permanente la comunicación y marketing que sea necesario para ir cambiando la imagen pública del sector agropecuario y agroindustrial.

5- Distribuir equitativamente el aporte dispuesto por ley para la acción gremial en las entidades nacionales en sus trabajos específicos de apoyo a cada uno de sus asociados.

La institucionalización de las Entidades en una entidad similar a CNA, con estos objetivos específicos a cumplir, es el reaseguro para darle –como ocurrió en Brasil- estabilidad permanente a las Políticas de Estado.

La institucionalidad va a permitir también, la recaudación gremial por ley a los productores para financiar dichas gestiones y de esa forma asegurar que las políticas trasciendan la gestión de los actuales dirigentes y gobierno.

De esa forma permitirá concretar propuestas por mayoría, terminando con los descreídos, que creen que es imposible trabajar unidos sin perder la propia identidad de las entidades de base que forman la entidad supranacional para trabajar e influir en las grandes políticas del país.

Por Arturo Navarro - Consultor
Especial para Agrositio