Los campos tucumanos presentan hoy un panorama poco alentador, ya que es poco lo que se pudo sembrar de trigo y garbanzo, pero supera ampliamente a lo realizado en la campaña invernal pasada, debido a que las lluvias que afectaron la trilla gruesa, beneficiaron a la actual siembra. Se especula que el clima afecte la siembra final de trigo, según informó La Gaceta de Tucumán.

La trilla de los granos gruesos estivales, en lo que a soja se refiere, está finalizada, en poroto casi terminado, y en maíz en pleno proceso. Los resultados dependieron de cómo se comportó el clima durante su ciclo de crecimiento. Este fenómeno natural condicionó los rendimientos generales obtenidos, y no así su calidad y rinde final al momento del ingreso de las trilladoras al campo.

Después, con las lluvias que se registraron durante abril, mayo y junio, los productores de granos de la provincia se enfrentan con dos situaciones totalmente diferentes desde el punto de vista económico y agronómico, pero ambos relacionados.

Por un lado, el agua afectó a los cultivos a trillar y, por otro, benefició a los que se sembrarían como cultivos invernales.

Decimos esto porque esas lluvias complicaron la iniciación de la recolección de soja y de poroto, perjudicó su calidad y en muchos casos determinó pérdidas de rendimiento por pudrición, brotado y pérdida de peso.

En el caso del maíz, se complicó con el no secado adecuado de las mazorcas y en la aparición de fusarium en sus granos y en la tardanza para recolectar el grano.

Todo este combo no hizo más profundizar los problemas financieros que enfrentan los productores debido a que en las dos campañas anteriores las pérdidas por la sequía fueron, en muchos casos, abrumadoras, ya que en esta campaña los números que ingresaron a las arcas de los productores fueron menores a los esperados.
Por otro lado, estas lluvias otoñales permitieron completar de humedad los perfiles de suelo en toda la provincia, algo que faltó durante el ciclo de crecimiento de los granos, lo que beneficiará a quienes sembraron trigo y garbanzo, pero que complicó a los cañeros y a los citricultores de diversas maneras.

Con esta siembra invernal algunos productores tucumanos continúan apostando a un mejor futuro para la provincia, y con la idea de seguir trabajando como corresponde para la próxima siembra de primavera y verano.

Decimos que algunos productores, pudieron realizar una adecuada siembra. Terminaron tarde la trilla gruesa, no disponían de semilla de buena calidad o porque no tenían los fondos necesarios para realizarla.

A ello se sumaron las regulaciones nacionales realizadas en el mercado de grano, principalmente el trigo, lo que hizo que los que sembraran sean pocos, no solo del cereal sino también del garbanzo. Igualmente, algunos realizaron la siembra y los cultivos están hoy en carrera y creciendo.

Lo real es que si recorremos los lotes del Este tucumano y de la región granaría del NOA, son pocos los lotes sembrados en comparación con otras campañas de invierno, por lo que se ven muchos lotes con rastrojo de la gruesa pasada.

En trigo se calcula igualmente una importante siembra ya realizada, que seguramente será mayor a la campaña invernal pasada. Sin embargo, no se llegaría a los valores de superficie sembrada en años normales.

Lo cierto es que algo se sembró, en muchos casos haciendo un trigo muy barato, en otros como cobertura, debido a las condiciones actuales de comercialización de este cereal, referidas al cierre de las exportaciones y las idas y venidas del Gobierno Nacional sobre la no exportación de este cereal.

Para los cultivos de invierno de este año las estimaciones de siembra son inciertas, ya que al no haber el suficiente estímulo oficial o en muchos casos adecuadas condiciones climáticas, el área a implantar de trigo se verá drásticamente afectada, y puede llegar a reducirse en un porcentaje muy importante a nivel país, algo que hoy vivimos en el Noroeste Argentino.