No son incompatibles un fin de ciclo político, que concluirá con la asunción del nuevo Gobierno y el inicio de un nuevo ciclo económico expansivo, en el segundo semestre de 2014, movido por el endeudamiento, la radicación de capitales externos de riesgo y la salida de la soja de los silos, para transformarse en demanda de consumo e inversiones. Los inversores, en especial los externos, saben que la Señora se va.

Se ha vuelto a hablar, luego de la derrota electoral del kirchnerismo, de fin de ciclo (FC) . No es la primera vez que ello ocurre.

El tradicional FC populista, en La Argentina, era precedido por violentas corridas cambiarias y seguido por cambios de gobierno y el arribo de políticas ortodoxas. Normalmente fue difícil distinguir la parte económica de la parte política, entre los componentes de cada etapa de crisis.

Uno podría decir que De la Rúa termina su ciclo, cuando intenta abandonar el populismo, pero no conjura la corrida cambiaria y termina imponiendo el corralito, que luego será corralón y, ya con un nuevo gobierno, default de la deuda. Un FC total.

También se habló de FC, cuando Néstor perdió las elecciones en la Provincia de Buenos Aires en 2009. Pero este constituyó un caso de FC político, no consumado. La economía no andaba bien, -porque no hubo soja (sequía)- pero como, a la derrota política, no la siguió una corrida o un problema económico serio, el kirchnerismo se recuperó: pudimos comprobar, con el triunfo abrumador de Cristina, en 2011, que no hubo FC..

En 2013, el kirchnerismo perdió las elecciones, dando inicio a un FC político que se confirma, probablemente, con el procesamiento del Vicepresidente Boudou. Cuando la Presidenta cambia el gabinete, a mediados de noviembre pasado, tímidamente inicia el FC económico populista de gasto público incontenible, financiado con emisión monetaria y violento atraso cambiario, que no se logró conjurar con el cepo dispuesto casi dos años antes.

Los días 22 y 23 de enero pasados, inician el ciclo ortodoxo y el del retorno de La Argentina a los mercados internacionales de capitales. ¿Qué otra cosa sino ortodoxia económica, son la devaluación y la violenta suba de la tasa de interés, seguidas de una absorción monetaria inédita en términos nominales y reales?. Sin dudas, los arreglos con el CIADI, con Repsol y con el Club de París constituyen, junto con la publicación del IPCNu, para darle el gusto al Fondo, el regreso a los mercados voluntarios de deuda (y, por ende, el fin de ciclo del des-endeudamiento, que nunca existió) hoy congelado por la negativa de la Corte de los Estados Unidos.

En síntesis, hace nueve meses comenzó el FC político y hace unos seis meses, la reversión de la heterodoxia económica, que todavía no se logra constituir en un FC económico, por la persistencia de la épica o la nueva “construcción de enemigos”, donde los buitres y Griesa desempeñan los peores papeles de la novela de terror en que se convirtió el melancólico fin del relato, desde el pasado 16 de junio.

Cristina no podrá ser candidata y no sabremos hasta, por lo menos, el segundo trimestre del año próximo, cómo se resolverá el FC económico que empezara el 22 de enero.

Los vaivenes del fin de ciclo económico

En la Facultad, estudiábamos los “modelos stop and go” (pare –siga), basados en la restricción externa de la economía. Un país, como La Argentina, que padece un déficit comercial permanente en su sector industrial no agropecuario, regula su ciclo económico, según sepa o no aprovechar las mejoras en los Términos del Intercambio Externo y/o las variaciones en la tasa de interés mundial. Cuando no sabe manejar el ciclo local, incurre en los clásicos vicios populistas que aceleran el “go” y anticipan el futuro “stop”.

Todos sabíamos que la emisión monetaria para financiar el déficit, en el marco del control de cambios, que siguió al cepo cambiario (fines de 2011), conduciría inevitablemente a que se quedaran “sin plata”, no sin antes arruinar a los sectores exportadores, sin beneficiar -más que transitoriamente- al consumo interno. Ya en el último trimestre de 2013, la economía se estaba desacelerando, por la falta absoluta de factores dinámicos y una furibunda salida de capitales, que continuó en el primer trimestre de 2014, a la luz del resultado negativo de Balanza de Pagos (caída de Reservas Internacionales por MU$S 3.733).

Pues bien, las devaluaciones SIEMPRE son recesivas, en el corto. Y en el caso de La Argentina, que exporta lo que come, también son inflacionarias. Para colmo, nuestro sector automotriz, principal rubro de las MOI (Manufacturas de Origen Industrial) también requiere de divisas y, por ende, “baila” con el Tipo de Cambio comercial.

YPF colocó deuda, con Tribunales sede en Nueva York, el 1º de abril, lo cual demuestra que los papeles argentinos, por su rendimiento, son sumamente atractivos (la evolución de los ADRs de la Patria, en la Bolsa de Nueva York, es exitosa hace ya más de un año).

El riesgo país continuó descendiendo, luego de la negativa de la Corte, del lunes 16 de junio, pese a que es evidente que la Presidenta ordenó NO bajar el gasto público en pesos, sino subirlo, y a la incertidumbre creada por un probable default de la deuda.

El marco de incertidumbre que generan ambas políticas, no ayuda a acortar el ciclo de la ortodoxia, para dar lugar a la “transición piola” (normalización en las variables económicas), que desean tanto los políticos del cuasi-oficialismo, como la mayoría de los de la oposición. Todos aspiran a que el trabajo sucio lo haga Cristina, pero nadie quiere que le salga lo suficientemente bien como para poder colocar su “intención de voto” cautiva, que probablemente ronde el 25%, a favor de un candidato propio o adoptivo.

¿Arrancamos?

Puede decirse que el fin de ciclo político, podría superponerse con la inminencia de un nuevo “go”. Veamos las razones:

- La Argentinapuede pagar a hold-outs con Títulos similares a los del primer canje, emplear muy poco cash y conseguir un incremento de Reservas, tan virulento como el que se insinuó en los últimos tres meses. Hay soja a patadas y los muchachos de la industria aceitera se han portado muy bien y seguramente lo seguirán haciendo.

- Los bancos argentinos son socios implícitos de una transición en calma, ya que sus negocios son alentar la valorización de sus Títulos en cartera y sus ADRs, otorgar préstamos en LEBACs y NOBACs al Banco Central (con muy buena tasa de retorno) y el regreso de capitales, tras el arreglo con Repsol, Griesa y el Club de París.

- Las finanzas públicas apenas mejoran, dada la orden de la Presidenta de no bajar el gasto público. Pero el Tesoro no irá a los mercados de deuda voluntaria del exterior (como YPF). Es clara la recuperación de los impuestos que recauda Aduana (anticipos de IVA y Ganancias y Derechos de Exportación e Importación crecieron 45,4% en los primeros seis meses del año), pero persiste el déficit financiero.

- La recesión afecta a los seis impuestos con Base Gravable local, ya que su recaudación interanual, que había crecido el 41,3% en enero, apenas lo hizo al 27% en junio. No obstante ello, la combinación de todas las ventanillas de recaudación, permite un acumulado un 35% superior al del año pasado, para el primer semestre (no está nada mal), que sufrimos los “de a pié”.

- La ANSESse vanagloria de que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad sigue acumulando recursos y ya reúne MU$S 50.000 oficiales (devaluación mediante), pese a que debe usar buena parte de su gran “poder de fuego”, para atender refinanciaciones de deuda del Tesoro, sobre todo la de jurisdicción local.

- El Banco Central, de conducción virtualmente ortodoxa (pese a la inapropiada regulación de tasas), ha comenzado a mejorar su Balance, por incorporación de Reservas en el segundo trimestre, y porque, vía devaluación y absorción monetaria, consiguió mantener en dólares su stock de Títulos Públicos del Tesoro, bajando (también en dólares), un 20,3% los Adelantos Transitorios y reduciendo un 22,8% la Base Monetaria. Esta mejora no le sale gratis, ya que los Títulos, por él emitidos, han crecido nominalmente 82%, desde el 31 de diciembre pasado (46% medidos en dólares oficiales). La ventaja de la ortodoxia es que no se pierden depósitos: el crecimiento de los mismos, acompaña a la tasa a la cual se endeuda la Autoridad Monetaria. Al menos, por ahora …

Síntesis

Si, en esta semana, se soluciona integralmente la cuestión de los hold-outs, La Argentina puede atraer capitales especulativos (dado el alto rendimiento comparativo de sus Títulos de deuda) y, por qué no, de riesgo (productivos). YPF debe completar, con la emisión de MU$S 4.000, en sede Nueva York, su plan anual para financiar inversiones y satisfacer, el deseo de los que pretenden “desembarcar antes”, en un país que puede comenzar un ciclo de “go”, sin haber terminado su “fin de ciclo político”.

Muchos piensan que este Gobierno hará el trabajo sucio y el rebote se producirá desde el 10 de diciembre de 2015, cuando asuman las nuevas autoridades. Desde esta columna, sostenemos que no son incompatibles un fin de ciclo político, que concluya con la asunción del nuevo Gobierno y el inicio (mucho antes) de un nuevo ciclo expansivo, movido por el mayor endeudamiento, la radicación de capitales externos y la salida de la soja de los silos, para transformarse en demanda de consumo e inversiones.

Por Lic. Jorge Ingaramo
Fuente: Años de Campo