Teme quedar sujeto a las demandas de los bonistas del canje; por eso, intenta presionar al juez Griesa para que reponga la cautelar que frena la ejecución de la sentencia. Una delegación del Ministerio de Economía encabezada por el ministro Axel Kicillof -según se decidió el fin de semana- llegará hoy a Nueva York para reunirse con Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa. La misión de Pollack es acercar posiciones entre la Argentina y los holdouts, a los que el país debe pagarles casi US$ 1500 millones en resarcimiento por el default.
La estrategia de la Argentina es por lo menos audaz. La idea es negociar sin que se note y, paralelamente, poner contra las cuerdas a Griesa para que reponga la cautelar que establece la suspensión de la ejecución de la sentencia (llamada stay). De conseguirlo, podría pagarles a los fondos buitre en diciembre, una vez que venza la cláusula conocida como RUFO (Rights Upon Future Offers), que permite a los tenedores de bonos (por más de US$ 90.000 millones) que entraron en los canjes de deuda de 2005 y 2010 reclamar las mismas condiciones que reciba algún otro acreedor.
"Estamos obligados a ser osados por la cláusula RUFO -confió una fuente oficial al tanto de la estrategia-. No se puede correr el riesgo de caer en cesación de pagos con toda la deuda por unos pocos bonistas, y menos considerando que ya para diciembre falta tan poco tiempo."
Por el mismo motivo, el Gobierno evitará mostrar que está iniciando una negociación con los holdouts. Tampoco estaría en los planes, al menos no en esta instancia, contratar a un banco como asesor, pese a la casi decena de propuestas que le fueron acercando entidades privadas. Ni se contemplaría una salida como la que se implementó para saldar las deudas con las empresas que habían ganado juicios en el Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial.
En este último caso, se había apelado al fondo de inversión Gramercy para, intermediando por el Gobierno, comprarles a las empresas los fallos favorables. "No se puede contratar un banco, porque sería la prueba de que hay una negociación; tampoco buscar a alguien como Gramercy para que intermedie. ¿Quién no va a pensar en un caso así que está la Argentina detrás de la propuesta? Es un riesgo", confió la fuente.
Así las cosas, la apuesta del Gobierno pasaría por lograr que Griesa reponga el stay, cosa que hasta ahora el juez rechazó, para poder seguir haciendo los pagos regulares de los bonos del canje sin sufrir embargos ni caer en default, al mismo tiempo que sella un plan de pagos con los buitres. El equipo económico confía en que la presión que empezó a ejercer sobre el sistema de pagos de Nueva York hará que el juez cambie de opinión.
Por lo pronto, esgrimieron, ya Griesa demostró que, pese a las amenazas, no puede embargar los fondos que transfirió el país para el pago de los bonos del canje, sino sólo "congelarlos". "Griesa sabe que, si no, sería él quien estaría violando la cláusula de pari passu de los títulos, porque elige pagar a un acreedor, los holdouts, en detrimento de los otros, que son los bonistas que entraron al canje", explicaron en el Gobierno.
De ahí que el 30 del mes pasado, cuando el país pagó los US$ 539 millones correspondientes al cupón del bono Discount, el juez le ordenó al Bank of New York (BoNY), agente encargado de pagarles a los tenedores de bonos con legislación extranjera, que no concretara la operación. Pero el banco también se encuentra ahora en una encrucijada y suma en la presión sobre el juez. Por un lado, quedó sujeto a posibles juicios por parte de los bonistas del canje que tienen derecho a cobrar y, por el otro, aun si Griesa se lo exigiera, no tiene posibilidades de devolverle los fondos a la Argentina.
"El BoNY debería haber pensando antes de tomar el dinero, ahora es tarde. El Banco Central tiene la orden de no aceptar los fondos en caso de que el BoNY quiera devolverlos. Porque, para la Argentina, ese dinero ya no es del país, sino que es de los bonistas", indicó la fuente oficial.
Hasta ahora, sólo los tenedores de títulos con legislación argentina pudieron cobrar lo que les correspondía por el vencimiento del Discount. Griesa congeló los fondos para los bonistas en Nueva York e incluso para los que tienen títulos con ley europea, ya que en este caso la transferencia pasa primero por el BoNY, que luego le entrega el dinero a Euroclear, la liquidadora de las operaciones de títulos en Europa. Pero ya la semana pasada, y ante el temor de sufrir en carne propia demandas judiciales, el BoNY y Euroclear le solicitaron al juez la posibilidad de liberar el dinero para los tenedores de títulos con legislación europea.
En el Gobierno creen que es difícil que el juez pueda negarse al pedido de las entidades financieras, ya que su competencia sólo aplicaría para Estados Unidos. De liberarse los fondos para los bonistas europeos, sólo quedarían atrapados por la sentencia de Griesa los títulos emitidos bajo ley de Nueva York. Sería una suerte de cesación de pagos selectiva.
"Griesa está poniendo en juego la jurisdicción de Nueva York como plaza financiera. Porque tanto los bonos con ley europea como los de ley japonesa se seguirán pagando", explicaron. "Con lo cual le va a terminar conviniendo reponer el stay, para que la Argentina pueda seguir con sus pagos y negociando con los buitres un arreglo que se efectivice una vez que venza la cláusula RUFO, en diciembre", sentenciaron.
El Gobierno, no obstante, estaría dispuesto a pagar en los próximos días un dinero en garantía como señal de buena voluntad. Claro que, en este caso también, necesitaría que sea Griesa quien lo exija, ya que hacerlo unilateralmente podría dejarlo expuesto a juicios por parte de quienes entraron en los canjes.
"La Argentina no va a caer en default, porque todos los pagos se van a seguir depositando como se hizo hasta ahora", aseveró la fuente, al ser consultada sobre la posibilidad de que el Gobierno no llegue a un acuerdo de pago con los buitres para el próximo 31 de este mes, que es cuando vence el período de gracia para que se les haga llegar el dinero a los tenedores de los Discount, por el vencimiento que operó el lunes pasado. En tal sentido, tampoco creen en Economía que puedan los bonistas del canje acelerar los pagos de sus títulos, tal como está contemplado en caso de un default del país.
Pero la estrategia se basa en presunciones que, hasta ahora, nunca han sido exploradas. Queda por ver si tiene éxito o no.