medio de la agitación producida por el procesamiento del vicepresidente Amado Boudou, la presidenta Cristina Kirchner reabrió una instancia de análisis sobre un posible cambio en el gabinete para cuando termine el Mundial de fútbol de Brasil, y para después de que se defina la situación con los fondos buitre, que reclaman 1330 millones de dólares, como ordenó el fallo del juez Thomas Griesa.
Una posibilidad que se baraja en Balcarce 50 es que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, le deje su lugar a otro gobernador del peronismo. En ese caso, retomaría la gobernación de Chaco, en la cual pidió licencia y en la que ahora está a cargo su vicegobernador, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, según confiaron a LA NACION fuentes oficiales.
Capitanich asumió la Jefatura de Gabinete en noviembre de 2013.
Consultados por LA NACION los voceros de Capitanich, negaron que haya una definición sobre el tema. "No existe ni siquiera un párrafo dedicado a la cuestión. El esfuerzo cotidiano está puesto en la gestión cotidiana", dijo uno de ellos.
Sin embargo, funcionarios del primer piso de la Casa Rosada aseguraron que cerca de Capitanich "se viene hablando de cambios".
La última palabra la tendrá la Presidenta, quien buscaría así relanzar el Gobierno rumbo a 2015 y superar el costo político del caso Boudou y de la recesión económica.
Además, dentro del Gobierno mencionan la posibilidad de otros retoques en el gabinete. Una posibilidad es que Sergio Berni se aleje de la Secretaría de Seguridad. Acusa un fuerte agotamiento físico debido a la fuerte carga de estrés de encabezar operativos en horarios nocturnos.
También el ministro de Economía, Axel Kicillof, intenta seguir avanzando posiciones dentro del Estado. Pretende ahora colocar a otro joven de su cantera en el Ministerio de Industria, que ocupa Débora Giorgi.
La semana última, el superministro de Cristina entronizó a Mariana Matranga al frente de la Secretaría de Energía, en reemplazo del histórico Daniel Cameron.
La comprometida situación judicial de Boudou, procesado en el caso Ciccone y citado a declarar como indagado el 16 de julio en la causa por la compra de un auto con papeles falsos, abre interrogantes más inmediatos y urgentes.
Cristina Kirchner debe viajar ese día 16 a Brasil para participar de la VI Cumbre de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y Boudou debería reemplazarla en el ejercicio del mando. Para evitar esa exposición, Boudou podría pedir una prórroga de esa indagatoria y en Olivos se analiza asignarle otro viaje al vicepresidente para traspasar el mando al tercero en la cadena de sucesión, el presidente provisional del Senado, Gerardo Zamora. Le atribuyen esa idea al secretario legal y técnico, Carlos Zannini.
Según confiaron a LA NACION fuentes oficiales, Capitanich les anticipó a funcionarios del gobierno chaqueño de Bacileff Ivanoff que podría reasumir la gobernación de Chaco antes de fin de año para ordenar la política local y para que el PJ retenga el poder provincial en 2015. Sospecha lejana ahora su candidatura presidencial.
Capitanich no puede ser reelegido en su provincia el año próximo. Pero es el gran elector en el PJ local: una decena de intendentes y funcionarios provinciales buscan su bendición para ser candidatos.
La gestión diaria le deparó presiones y maltratos de funcionarios del entorno presidencial. En noviembre de 2013, cuando asumió, propuso cambios y nuevos desafíos en la gestión. Sostenía que "en marzo [de 2014] domaré el potro". Hoy la situación no es la que imaginó.
Por ese motivo, encuentra ahora pocas chances de competir en las primarias abiertas de 2015 por una candidatura presidencial contra Daniel Scioli o Florencio Randazzo, mejor posicionados en las encuestas de intención de voto.
Otras preocupaciones del jefe del Gabinete son, por un lado, la tensión interna que existe con su vicegobernador; por otro, el crecimiento sostenido en las encuestas de la intendenta de Resistencia, Aida Ayala, del radicalismo.
Si avanza con los cambios, la Presidenta buscaría otro gobernador del PJ para el gabinete. Pero sólo los haría luego de arreglar el conflicto con los holdouts, para relanzar el Gobierno con un éxito de política económica y remontar así la situación generada por el caso Boudou.