El miércoles el INDEC dará a conocer los datos de indigencia y pobreza de la segunda mitad de 2013. Se descuenta que las cifras seránridículamente bajas: una indigencia en torno del 1,5%, con una pobreza del 4,5% o menos (1,7 millones de pobres) que contrastará con las mediciones alternativas que ubican la pobreza por encima del 30% de la población (más de 13 millones y medio de pobres). Algunas mediciones, como las del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas van más allá y ya ubican la pobreza en el 36,5% de la población.
Así, entre la medición oficial y las alternativas la diferencia se estira, en más o en menos, a más de 14 millones de pobres.
La del miércoles será la última información oficial de indigencia y pobreza porque desde enero de este año, sin dar explicaciones, el INDEC dejó de publicar los valores de las canastas básicas que se toman como referencia para establecer las líneas de indigencia y pobreza.
Esa canasta se hizo “famosa” porque arrojaba, un año atrás, que una persona podía alimentarse con las 4 comidas diarias por tan solo $ 6 por día, dejando de esa manera de ser “indigente”.
Así, de tanto bastardear las estadísticas, las cifras oficiales de indigentes y pobres cayeron en el ridículo y desde hace tres meses el propio INDEC dejó de difundir los valores de las canastas sin reemplazar esa medición por otra. Así, la Argentina se quedó sin herramientas para medir esos indicadores claves. Y sin buena información es difícil hacer un diagnóstico para paliar las consecuencias de ese problema.
La falta de medición de estos indicadores clave se da, además, en un contexto de mayor pobreza como resultado de la mayor inflación, en especial de la suba de los precios de los alimentos que más impacta sobre los sectores de menores recursos.
Según el IPC de la Ciudad de Buenos Aires, a marzo la inflación acumula un alza en los últimos doce meses del 36,7%, liderado por el43% de aumento de los precios de los alimentos.
En tanto, las prestaciones sociales se mantienen desde mediados del año pasado en los mismos valores, sufriendo esos beneficios una importante pérdida en el poder de compra En septiembre de 2012, el INDEC informó que se encontraba trabajando en una nueva “metodología de medición”. “El objetivo y desafío institucional consiste precisamente en presentar una propuesta metodológica de medición que permita caracterizar y contabilizar la pobreza desde un enfoque multidimensional, programa en el que el INDEC se encuentra trabajando”, decía el informe.
El argumento era que la medición de la indigencia y pobreza sobre la base de las canastas de alimentos y de gastos totales no servía por adolecer de una serie de defectos. Y que esa nueva medición “con un enfoque multidimensional”, incorporaría otros ingresos provistos por el Estado, como alimentos o útiles escolares, e incluso por las empresas, en los comedores de los establecimientos.
Con estos criterios se desprendería que, para el INDEC, la indigencia y pobreza podrían ser aún más reducidas.
A más de un año y medio de semejante anuncio, se desconoce si hubo avances. Y por qué se discontinuó la medición anterior, que arrojaba valores muy bajos de las canastas no por un problema metodológico sino simplemente porque esas canastas se fueron actualizando por un IPC-Índice de Precios al Consumidor adulterado que no reflejaba los precios reales que pagaban los consumidores.
El último dato de la canasta del INDEC (diciembre 2013) arrojaba que una familia tipo (matrimonio y dos hijos) podía alimentarse con $ 787,28 por mes, mientras para la CGT – a marzo ultimo– esa misma canasta sumaba $ 3.110,30, con los precios promedio del IPC de la Ciudad de Buenos Aires..
Así las cosas, de subestimar las cifras de indigencia y pobreza, ahora esos dos indicadores quedaron directamente borrados de la estadística oficial, poniendo En tanto existe otro método de medición de la pobreza conocido como el de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que toma en cuenta no solo los ingresos de la población sino otros indicadores, como el acceso a la vivienda, educación y servicios públicos.
La última medición oficial usando este método es de 2001.