Sobre el final de una campaña que se califica como la peor de los últimos 40 años, todos los integrantes de la cadena de valor que nuclea esta oleaginosa reclaman soluciones. La rebaja de las retenciones a las exportaciones es considerada imprescindible para que el cultivo recupere la superficie sembrada. Las opiniones de algunas empresas fuertemente ligadas al girasol.
El próximo 27 de mayo, más de 30 empresas y organizaciones vinculadas a la cadena de valor del girasol harán posible el 6to Congreso Argentino de Girasol. Se trata de un encuentro clave que cada dos años concentra la atención tanto de quienes participan del negocio en la Argentina como de otros actores del mundo entero para quienes el país es referente en materia de investigación en ciencia y tecnología, marcando el rumbo de los avances para el cultivo.
El evento llega en un momento clave para el cultivo, ya que la cosecha que está finalizando es una de las peores de los últimos 40 años. La caída abrupta de la superficie dedicada a esta oleaginosa en los últimos años es una clara manifestación de la crisis que sufre el girasol. Según las distintas estimaciones, sólo en la última campaña ha perdido entre el 15 y el 20% del área. Mientras tanto, el elevado nivel de las retenciones a las exportaciones es señalado como la principal causa de la pérdida de competitividad del cultivo. Actualmente, ese gravamen es del 30% para las ventas externas de aceite y harina y del 32% para los embarques de granos sin procesar.
Desde la campaña 2006/07 -la última con menores retenciones- hasta la 2013/14, la superficie total sembrada con girasol en la Argentina cayó un 43%. Los guarismos de las principales provincias productoras señalan mermas del 57% en Chaco, 37% en Buenos Aires, 33% en La Pampa, 72% en San Luis y Córdoba, y 80% en Santiago del Estero. La magnitud del efecto provocado por esta caída se agrava en tanto que la superficie dedicada al cultivo ocupa las regiones agrícolas más marginales de esas provincias, alcanzando a alrededor de 3.000 a 4.000 productores que en su mayoría son pequeños y medianos y tienen una alta dependencia de la suerte del cultivo. A la vez que afecta a los distintos actores de la cadena encargados de la provisión y distribución de insumos para el cultivo y a la mano de obra afectada en todas las importantes industrias dedicadas al procesamiento del girasol.
La cadena del girasol sostiene que una reducción de las retenciones del 32 al 20% para la exportación de granos y del 30 al 17% para aceite y harina es posible sin afectar los ingresos que aporta el girasol al fisco por ese gravamen. Para que esto se cumpla el área cultivada debería pasar de 1,38 a 1,9 millones de hectáreas, aún considerando los mismos rendimientos actuales que sin duda crecerían por la posibilidad de realizar un mayor aporte tecnológico al cultivo. La confianza que tiene el sector en la recuperación de la superficie se basa en que en 2006 el área girasolera llegó a 2,62 millones de hectáreas y el promedio entre 2002 y 2007 –antes de la suba de las retenciones- fue de 2,24 millones de hectáreas.
Los principales actores ligados a la producción, industria y comercialización del girasol coinciden en la necesidad de devolverle al cultivo las condiciones de rentabilidad que le permitan expresar su potencial.
Gonzalo Bravo, gerente comercial de KWS, una empresa de origen alemán con presencia en más de 70 países y que participa del negocio del girasol en la Argentina, asegura que “hoy el girasol representa el 5% del negocio de KWS Argentina. Hace 10 años era el 10%, pero el crecimiento del maíz diluyó la importancia relativa de la oleaginosa”.
“En nuestra empresa el cultivo está en revisión permanente –agregó Bravo-, invertimos en semilla básica y en producción de semillas, pero todo depende de la escala del negocio en cada campaña. Y la caída en la superficie nos obliga a revisar nuestras acciones en el cultivo”, indicó el representante de una de las compañías que estará participando del Congreso organizado por ASAGIR.
Distinto es el caso de Argensun, para la que el girasol es el 95% del negocio de la compañía. La actividad de esta empresa tiene puesto el foco especialmente en el girasol confitero, pero también procesan algo de aceitero para mercados de especialidades como el de alimentación de pájaros y mascotas. De capitales argentinos, Argensun tiene más de 20 años de experiencia en la integración vertical de la cadena de valor de especialidades agropecuarias, con productos producidos, procesados y exportados por la empresa a más de 70 países en los 5 continentes.
Para Marcelo Morini, gerente de compras de materias primas de Argensun, el objetivo es seguir creciendo de la mano del girasol, básicamente a través del aumento de la capacidad instalada, de nuevos acuerdos con otros productores y procesadores, y a través de la expansión a nivel producción. Como especialistas en girasol confitero, Argensun marca hoy el rumbo del negocio en ese rubro.
“Creo que desde ASAGIR debemos apuntar a mostrar las propiedades del girasol
y los buenos resultados que se pueden obtener en muchas de nuestras zonas
productivas, ofreciendo la posibilidad de que el productor obtenga un buen
margen en forma consistente a través de los años”, remarcó Morini.
Limagrain es una compañía relativamente nueva en la Argentina, pero que viene
haciendo una fuerte apuesta en el país. “El girasol, junto con el maíz y el
trigo, son los tres cultivos a los que estamos apostando fuertemente, tanto en
las áreas de investigación como en desarrollo del producto” explicó Andrés
Agostinelli, de Limagrain Argentina.
Agostinelli explicó que en Europa Limagrain forma parte de un joint-venture con Euralis (otra cooperativa francesa) llamado Soltis. “Esta empresa conjunta es la segunda proveedora de genética en el mercado más importante de semilla de girasol del mundo, que es Europa”.
“Basados en este germoplasma, en el know-how acumulado durante muchos años y en el desarrollo de genética localmente adaptada, el programa de mejoramiento genético de girasol de Limagrain Argentina está orientado a brindar al productor argentino híbridos de la más alta performance, tanto en rinde como en comportamiento sanitario. Además, trabajamos con las tecnologías actualmente presentes en el cultivo, como resistencia a herbicidas y distintos tipos de aceite. Nuestro trabajo es también potenciado por el uso de las tecnologías de vanguardia en lo que se refiere a herramientas de biotecnología”.
Limagrain Argentina participará en el Congreso de Girasol “porque consideramos al cultivo un producto estratégico para la compañía y para el país” concluyó Agostinelli.