Los mercados muestran desde enero una clara tendencia alcista en maíz y soja, fundamentada en la explosión de la demanda para ambos productos, que minó más rápido que lo esperado la producción norteamericana, y por otro lado por dudas en cuanto al tamaño y ritmo de llegada de la producción de soja sudamericana. Esta semana el mercado internacional tuvo un recordatorio de la activa demanda sobre EEUU de la mano de un nuevo informe del USDA en el que se redujeron los stocks finales norteamericanos, incluso más de lo esperado.
Sin embargo el espíritu festivo duró poco. El viernes se produjo una fuerte baja en soja. El motivo: China cancelando buques a gran escala ya que los cargamentos están llegando, pero los procesadores tienen dificultades para colocar la soja en el mercado interno por el exceso de oferta, generando que pierdan entre 80 y 100 U$S/tt por la molienda de soja. La cuestión es tan seria que los compradores estarían teniendo problemas para abrir cartas de crédito que permitan la concreción de los embarques comprometidos. Estamos hablando de más de 1,5 mill.t. que están en juego, además de la continuidad de los negocios en el corto plazo. Esto no afecta tanto a EEUU donde gran parte de las compras de cosecha vieja ya están embarcadas, sino más bien a Sudamérica donde las operaciones están en proceso, y es quien debería ahora empalmar con el abastecimiento al país oriental.
La duda aquí es si esto es algo de corto plazo que se debe a un error en la programación de embarques, dado que no se lograron cancelar los mismos a tiempo, produciéndose un abarrotamiento temporario en los puertos chinos, o bien si es algo estructural y los precios actuales no son "digeribles" para los consumidores Chinos y deberían bajar. Es muy probable que la respuesta sea lo primero. Sin embargo, como esto se da al mismo tiempo que otros indicadores también muestran señales preocupantes en cuanto a comercio exterior y actividad industrial, la suspicacia crece. Con fondos especulativos muy comprados, esto gatilla las ventas. Lamentablemente deberemos esperar para ver concretamente de qué se trata. Lo interesante es que al mismo tiempo los compradores chinos están realizando negocios por mercadería de cosecha nueva norteamericana.
Las dificultades de China sin embargo se limitarían al mercado de soja, y no afectarían al maíz y al trigo. Sin embargo cuando se produce una baja fuerte en un producto, es difícil sostener mejoras en los otros y por ello vimos también caídas en los valores de los cereales de Chicago.
En el reporte del USDA de esta semana los stocks informados por el organismo estuvieron casi 2 mill.tt. por debajo de lo esperado por los analistas, dado que el consumo real supera al estimado. Sin embargo otro elemento adicional que estaba tallando en los precios: el atraso en el inicio de las tareas de siembra de maíz por el frío y la falta de humedad, está en retroceso, ya que se espera mejora en las condiciones climáticas, generando esto bajas menores en los precios sobre el cierre de la semana.
En el mercado de trigo todos los ojos se pusieron sobre la calidad de los cultivos de EEUU, reporte que se retomó tras el invierno de dicho país. La condición buena a excelente de los cultivos quedó en sólo 35% bueno a excelente, 1 punto peor que el año pasado, que de por sí había sido malo. Sin embargo el clima está mejorando lo que le quita dramatismo al mercado.
El problema es que EEUU no es ni el único exportador, ni tiene una posición tan predominante en los mercados que le permita por sí mismo influir tanto en los precios internacionales. A medida que el precio en Chicago sube, las exportaciones norteamericanas pierden competitividad, y los compradores adquieren cereal de otros orígenes más baratos. Esto es un limitante para el precio del trigo norteamericano.
Pasando al plano local, todos los ojos están puestos en la lenta recolección de maíz y soja. En el caso de maíz se lleva trillado un 13% contra 36% del año pasado. Esto se debe en gran parte a que se sembró una mayor proporción de maíz de segunda, el cual recién podrá ser recolectado a partir de junio. Como si eso fuera poco, los maíces de primera tuvieron problemas serios de productividad, ya que tuvieron que pasar un final de diciembre y enero muy seco y cálido. Esto terminó generando menos disponibilidad de grano que lo esperado en marzo/abril, cuando los buques comienzan a llegar, y una mayor presión vendedora para junio/julio. Esta circunstancia hace que los precios disponibles, y con entrega hasta mayo tengan una prima respecto a los valores de junio/julio, recomponiéndose luego los precios para las posiciones más lejanas.
En soja también tenemos demoras en la recolección, esta vez debido al exceso de humedad. Se estima que se ha recolectado 14% del área, con un atraso de 10 puntos respecto al año anterior. Las lluvias fueron tan intensas esta semana, que el servicio GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario, estimó que habrían 150.000 ha de soja en zona núcleo anegadas por el agua de difícil recuperación. La pregunta en la mente de todos, más allá de los lotes bajos que seguramente tendrán problemas serios, es que pasará luego de que las lluvias cesen y se reingrese al resto de los lotes. Es muy posible que por dehiscencia (apertura de las chauchas debido a la humedad que hace que el poroto caiga al suelo y no pueda recolectarse) se pierda rendimiento, pero no se sabrá hasta tanto se retome la trilla.
En tanto crece día a día el convencimiento de que la superficie de trigo se expandirá, con un retroceso de área de cebada. Las razones pasan porque por valores por encima de 200 U$S/tt, un cuadro de humedad muy cargado en los perfiles, disponibilidad de semilla de buena calidad, generación de un ingreso de fondos fresco en diciembre en el contexto de tasas altas y escaso finaciamiento, y cuestiones productivas como rotaciones y necesidad de cortar el ciclo de malezas resistentes al glifosato. Sin embargo se habla de alrededor de entre 0,5 y 1 mill.ha.adicionales, llegando en el mejor de los casos a unas 5 mill.ha, cuando históricamente Argentina implantaba entre 6 y 7 mill.ha.
Es importante tener presente que de aquí en adelante la soja suma varios fundamentos que podrían empujar su cotización a la baja: en el próximo informe veremos ya el balance para 2014/15 partiendo de un área mayor, y con rindes más elevados, seguramente veremos perspectivas de recomposición de stocks. Sin embargo más adelante habrá que ver si el clima permite concretar los rendimientos pretendidos y si la marcha de la demanda no termina sobrepasando las proyecciones previas, como viene sucediendo año a año. El problema es que ambos elementos se verán con mayor claridad de julio para adelante.
En el caso del maíz, la marcha de la demanda en EEUU está haciendo evidente que la situación es más estrecha de lo que se imaginaba. Además para la próxima campaña se proyecta menor intención de siembra en EEUU. Uniendo todo esto es muy probable que los precios de este cereal se recompongan. Posiblemente lo hagan más deprisa en Chicago que en Argentina. Pero seguramente veremos mejoras.
En lo que hace a trigo, el mercado local será el que dirigirá el partido de aquí a diciembre. En cuanto a los valores de cosecha nueva, son muy interesantes, sobre todo al observar la relación de trigo/soja 2015, que está en torno al 70%. Sería muy buena idea en función de esto capturar ese diferencial por medio de un negocio a fijar precio.