En nuestro país, la trilla de soja ha comenzado de lleno.
En la zona núcleo, las variedades de primera más cortas, están bajo el avance de las máquinas que, por suerte, pueden trabajar con agilidad en los suelos más o menos firmes puea el clima así lo permite.
Los rendimientos en el área se muestran alentadores. Se habla de un promedio- por ahora- de 37 QQ. Pero… habrá que ver cómo sigue el operativo cuando las cosechadoras ingresen a los lotes más bajos.
De continuar el tiempo así, el cuadro resulta muy positivo, pues la soja de segunda se presenta en excelentes condiciones; y muchos aguardan obtener un rinde muy poco por debajo del que corresponde a la soja de primera.
El miedo al avance de las plagas y las enfermedades por humedad ha desaparecido; las fumigaciones han sido aceptablemente efectivas al tiempo que las temperaturas han ayudado a contrarrestar la acción de estos males para el desarrollo de las plantas.
No se puede revisar nuestra estimación -en el volumen de esta campaña- a la suba porque el daño de La humedad ha sido considerable, pero sí estamos seguros de que el piso gira en derredor a 51 millones de toneladas.
Respecto al volumen negociado, se advierte muy claramente que es más reducido que en años previos. Hasta el momento, habría sido comercializado cerca del 15% de la nueva cosecha. En campañas anteriores este porcentaje giraba en torno al 20/25%.
De confirmarse el rumor que camina por los eslabones de la actividad granaria, acerca de las industrias y los exportadores, la demora en vender aumentaría.
Existe el rumor de que tales empresas intentarían obviar el precio de pizarra con el argumento de que éste no revela lo que el mercado establece. De esta manera el valor se conformaría por lo que estima el comprador.
En tal caso, el productor incrementaría su resistencia a vender.
Las fábricas, por mercadería inmediata, ofrecen hoy alrededor 310 dólares. A su vez, el Mercado a Término de Rosario (ROFEX), opera con el contrato de soja fábrica Abril a $ 2.453 y el contrato de soja fábrica Mayo a 310 dólares.
Así están las cosas: el mercado local no define una tendencia.
Es que, si bien en el corto plazo la entrada de la nueva cosecha –de nuestro país y de Brasil- debería marcar una pendiente hacia abajo, pero un factor de fuerte perturbación ha hecho su aparición en la escena global. Hablamos del conflicto mundial generado por Rusia con la anexión de Crimea.
La realidad es que hay miedo en las mesas de operaciones por lo que podría hacer el gobierno ruso. Se teme que complique la actividad portuaria en las costas de Crimea. Recordemos que de allí se embarcan las ventas externas de Ucrania.
¿Es posible que vayamos a un nuevo orden global? La tensión internacional no cede; por el contrario se incrementa. El G8 ha pasado a ser ahora el G7 pues los presidentes del grupo – EE.UU., Alemania, Canadá, Francia, Japón, Italia y Reino Unido-, se reunieron sin la delegación rusa, como manera de represalia por la anexión.
En tal ocasión, el presidente Obama expresó que EE.UU. y Europa se unen para imponer sanciones de "consecuencias significativas para la economía rusa".
"Tenemos que dejar en claro que no habrá cumbre del G-8 en Rusia este año; eso está absolutamente claro", dijo el primer ministro del Reino Unido, David Cameron.
El G-7 ha suspendido la cumbre del G-8 programada para junio en la localidad rusa de Sochi, sobre el mar Negro.
Además, algunos analistas internacionales prevén como un escenario posible la intervención rusa en Moldavia y en las repúblicas del Báltico.
Con este cuadro mundial nadie se atreve a prever los próximos acontecimientos y, obviamente, las repercusiones sobre los mercados de commodities agrícolas.
No por nada, se coincide en que ésta es la mayor confrontación Este-Oeste desde la Guerra Fría.
Sea lo que fuese, el conflicto seguramente va a actuar como piso en los valores.