Uno de los grandes escollos que tiene el gobierno argentino para lograr un acuerdo para reestructurar  y pagar la deuda con el Club de Paris (CDP) por unos 10.000 millones de dólares es el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por ese motivo desde la semana pasada que se conoció el pedido formal de una propuesta por parte del CDP el ministro de economía Axel Kicillof junto a su equipo de colaboradores en el tema de la deuda que componen el secretario de Finanzas Pablo López , el director por Argentina en el FMI Sergio Chodos y la embajadora en Washington Cecilia Nahón es factible que comiencen a trabajar en una especie de acercamiento hacia las autoridades del FMI.

Otra señal al respecto es que la semana pasada las autoridades del FMI han advertido al gobierno argentino que hace 76 meses que la Argentina no es auditada por el organismo internacional de credito. El FMI hizo saber que el personal técnico notificó al Directorio Ejecutivo sobre la evolución económica de la Argentina, cuya consulta al artículo IV está retrasada seis años y cuatro meses. Las autoridades del FMI le hicieron saber al gobierno argentino que la Argentina deberá someterse a esa revisión que es común a todos los socios, si quiere avanzar en la concesión de créditos o aún en la negociación con el Club de París.

Es que mas allá de llegar a un acuerdo en la conciliación de los números finales y en la forma de pago, las autoridades no estarían de acuerdo en un pago con bonos como el de Repsol, hay que destacar que el estatuto del CDP de Paris que data de 1956 impone que si un país quiere reestructurar o renegociar una deuda con ese organismo debe tener la con la aprobación del FMI. Tal vez por ese lado deba leerse la reciente decisión del gobierno argentino de comenzar a publicar por adelantado, el FMI lo pedía para marzo, el nuevo Índice de Precios Nacional Urbano (IPC Un) a partir de febrero de ese año para comenzar a normalizar el cálculo de la inflación del INDEC.

Desde setiembre de 2004, en que finalizó el último acuerdo con el FMI, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, la Argentina dejó de ser auditada a través del Artículo IV. Éste implica el monitoreo permanente de las cuentas públicas a través de misiones enviadas por las autoridades de ese organismo. A esto debe sumarse la decisión del entonces Presidente de pagar en enero de  2006 la deuda de unos 9.500 millones de dólares que Argentina tenia con el FMI, situación que implicó independizarse totalmente del reclamo de las viejas políticas de ajuste que el organismo internacional la  imponía a los gobiernos argentinos desde 1958, cuando se firmo el primer acuerdo con la entidad.

Según publicó Infobae, por el artículo IV del Convenio Constitutivo del FMI, la institución hace consultas bilaterales con los países miembros sobre la evolución de las cuentas nacionales, generalmente cada año.

Esta mecánica establece que un equipo de funcionarios que dependen del Director del Hemisferio Occidental visita el país, recopila información económica y financiera y examina con las autoridades locales la evolución y las políticas de cada país. Luego, a su regreso, los hombres del FMI preparan un informe que sirve de base para el análisis del Directorio Ejecutivo. Al concluir las deliberaciones, el Director Gerente, como presidente de ese Directorio, resume las opiniones de los directores ejecutivos en una exposición sumaria que se transmite a las autoridades del país.

En ese sentido hay que destacar que la Argentina es el único de los 185 países que integran el FMI cuyas cuentas públicas no son monitoreadas en forma permanente. Solo hay un monitoreo del organismo sobre la evolución del sistema financiero a  del Programa de Evaluación del Sector Financiero (FSAP) que establecen el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para evaluar los sectores financieros de países y evaluar sus puntos fuertes y débiles con el fin de reducir las posibilidades de crisis.

Uno de los aspectos más negativos del rompimiento de la relaciones con el FMI es la imposibilidad del gobierno Argentino de poder acceder en el futuro a algún tipo de línea de crédito. Pero en el momento que se realizó era necesario para el procedimiento de desdendaumento que logro el gobierno para reducir la relación Deuda/PBI de un 150% en el 2003 al 45% de la actualidad. La tasa que cobra hoy el FMI a un país deudor es de alrededor del 4% anual mientras que si Argentina quiere financiarse en el mercado financiero internacional algunos economistas opinan que no lograr por ahora tasas inferiores a la colocación de la Obligaciones Negociables de YPF del año pasado en la que pago una tasa anual del 8,75 por ciento.