RAMALLO.- La compañía semillera Monsanto está dispuesta a debatir en una audiencia pública los efectos que puede causar sobre el medio ambiente de la planta clasificadora de semillas de maíz que comenzó a construir en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas y que está paralizada por la oposición de militantes ambientalistas y políticos. Así lo afirmó el vicepresidente de la empresa, Pablo Vaquero, durante la visita que realizó a Expoagro para reunirse con productores agropecuarios.
La construcción de esa planta está frenada desde septiembre del año pasado, luego del bloqueo de organizaciones ambientalistas que cuestionan la instalación de la fábrica de Monsanto en esa localidad cercana a la capital cordobesa con el argumento de que podría provocar contaminación.
Vaquero informó que la empresa está elaborando un nuevo estudio de impacto ambiental, que será presentado en poco tiempo, tras el rechazo de las autoridades ambientales de la provincia por considerarlo incompleto.
"Explicaremos, entre otras cosas, que el uso de agua para procesar las semillas es mínimo, el equivalente al consumo diario de cuatro familias, y que la chala del maíz que sobra se utiliza para generar energía eléctrica", informó el ejecutivo. "Para minimizar el impacto visual, se plantarán árboles y se asfaltarán los accesos para facilitar el tránsito de camiones", añadió. "El procesamiento y almacenamiento de las semillas es similar al que utilizan los miles de silos que hay en todo el país", explicó.
Según Vaquero, no hay riesgos ambientales en la planta de producción de semillas de maíz. "Hay otras 40 en todo el país y nosotros tenemos una en Rojas, provincia de Buenos Aires, hace 20 años que no ha traído problemas", explicó.
El conflicto por la paralización de la construcción de la planta de Monsanto ya tiene características políticas por la activa movilización de ambientalistas y organizaciones de izquierda. Hubo enfrentamientos con obreros de la construcción que no pudieron trabajar en la obra por el bloqueo. El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, parece ahora mostrarse prescindente en el conflicto, y dejó la cuestión en manos del Ministerio de Medio Ambiente provincial.
Anteayer una movilización de vecinos y ambientalistas en el centro de la capital cordobesa le exigió que rechace el proyecto de Monsanto. Desde el sector empresarial, recibió el reclamo del Grupo de los Seis, integrado por la Unión Industrial, la Bolsa de Comercio y otras entidades, para que se permita la inversión de la compañía semillera.