Ahora que acordó, y suponiendo que lo desee, ¿podrá hacerlo? La distinción entre condición necesaria y suficiente resulta muy apropiada para entender la cuestión.

Al respecto entrevisté al húngaro Imre Lakatos (1922-1974), alumno de Karl Popper. Su Metodología de los programas de investigación científica dominó la discusión metodológica hasta fines de la década de 1980. Como ocurriera con Thomas Samuel Kuhn, sus ideas fueron introducidas en el análisis económico, principalmente a través de los historiadores del pensamiento.

-Usted habla del decreciente poder del rigor. Explíquese.

-Las definiciones apropiadamente restringidas de los conceptos convierten a los teoremas en verdaderos; las definiciones más generales los transforman en falsos.

-Deme un ejemplo.

-La idea de la mano invisible, según la cual dejando que cada persona persiga lo que más le conviene se llega al óptimo, es decir, a la mejor situación dentro de lo posible, fue formulada como una intuición por Adam Smith en 1776, en La riqueza de las naciones .

Dos siglos después Julio Hipólito Guillermo Olivera y Paul Anthony Samuelson la convirtieron en un teorema, al explicitar las condiciones en las cuales esa intuición es cierta. En economía, los teoremas sirven para ayudar a entender cuándo cabe esperar que algo ocurra, y cuándo no.

-¿Cuál es la diferencia entre condición necesaria y condición suficiente?

-Si "X" es una condición necesaria para que exista "Y"; si "X" no existe, "Y" no puede existir, aunque que "X" exista, no necesariamente implica que "Y" exista. Por otra parte, si "Z" es una condición suficiente para que "Y" exista; si "Z" existe, "Y" existe, aunque "Y" también puede existir, aunque "Z" no exista.

-Estoy mareado. Deme un ejemplo.

-Cuatro guantes izquierdos son una condición necesaria para formar cuatro pares de guantes, pero no son suficientes porque si no hay cuatro guantes derechos no se pueden formar los pares. Ocho guantes izquierdos son suficientes para formar cuatro pares de guantes, pero no son necesarios porque basta con la mitad.

-En la Argentina 2014, acordar con Repsol, el FMI y el Club de París, ¿es necesario o suficiente para acceder a los mercados internacionales de capitales?

-Necesario seguro, suficiente se verá. La Argentina tiene que aprender a leer los mensajes que envían los acreedores.

Cuando el Club de París dice que ustedes le paguen 25% de lo adeudado, para encarrilar las negociaciones, en principio lo que los ministros de economía de los países acreedores quieren decir es: "Ya cobramos 25%, falta el 75% restante". De ahí a que aparezca dinero fresco, puede haber un largo trecho.

-¿Por qué dice eso?

-Porque un gobierno que durante una década maltrató a quienes ahora, producto de las circunstancias, intenta seducir, no puede esperar que las negociaciones sean rápidas y fluidas. Podrán ser formalmente amables, pero esto no necesariamente es un buen indicador de la velocidad con la cual se consiguen nuevos fondos.

-¿Cómo nos puede ir en los mercados de capitales?

-Depende de las circunstancias. Quienes manejan portafolios permanentemente tienen que colocar su dinero y, por consiguiente, depende de las tasas de interés que [corregidas por el riesgo] en cada momento pueden obtener en colocaciones alternativas.

-¿Les conviene a los argentinos que el Gobierno pueda acudir a los mercados de capitales?

-Depende del destino de los fondos. Este Gobierno fue muy crítico del endeudamiento que ocurrió en el pasado; debería tener esto presente en sus decisiones actuales.

Endeudarse para financiar déficit fiscales, resultantes del hecho de que la recaudación no cubre los gastos públicos corrientes [salarios, jubilaciones, subsidios, transferencias a las provincias, etcétera], implica volver a hipotecar el futuro.

Estamos luchando para terminar de salir del anterior default, no parece una buena idea comenzar a incubar el próximo.

-Don Imre, muchas gracias.