Sólo quince minutos. Ese tiempo fue lo que duró, antes de que jurara, un encuentro del nuevo ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, con su antecesor, Norberto Yauhar. En esos escasos minutos hablaron de la transición. Fue el martes pasado y la charla fue cordial.
Yauhar después le dedicó al nuevo ministro una frase en Twitter: "Descontando el éxito de su futura gestión quiero felicitar por este medio al nuevo ministro de Agricultura de la Nación, Carlos Casamiquela".
Yauhar se fue echado de Agricultura con más sombras que luces. En el último tiempo se había cerrado al diálogo con las entidades de la Comisión de Enlace y, en cambio, encaró un diálogo paralelo para romper el frente ruralista con entidades distanciadas del presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. Lo hizo con Fecofe, por ejemplo, perteneciente a FAA, pero enfrentada a Buzzi. Con la lechería tuvo una dirección similar, hablando con los dirigentes cercanos a las ideas oficiales. En medio del cruce con la Comisión de Enlace, Yauhar se negó o tardó en homologar emergencias agropecuarias.
Lo que sí sumó a favor de Yauhar es que continuó con la política de acelerar la aprobación de eventos biotecnológicos. Después de la soja RR en 1996 con Felipe Solá, en el mandato de Yauhar se aprobó la RR/Bt, entre otros productos biotecnológicos. El ex ministro también procuró favorecer el apoyo crediticio a productores de agricultura familiar y con China logró avanzar en acuerdos para que en un futuro puedan incrementarse las exportaciones de productos más allá de la soja, como el maíz.
No obstante, Yauhar deja una agenda de temas pendientes de resolución. Y Casamiquela, el ex presidente del INTA que trepó a la cima de Agricultura, va a necesitar mucho más que los 15 minutos que duró el encuentro con Yauhar.
Si el Gobierno quiere recuperar el diálogo con el sector, Casamiquela, a quienes muchos le atribuyen ser un hombre abierto al diálogo, aunque sin dejar de estar abroquelado con el discurso oficial, deberá recibir a la Comisión de Enlace en pleno. Con eso podría diferenciarse de Yauhar, que quería hablar por separado.
Diálogo y decisiones
El reinicio del diálogo aparece en el primer lugar de la agenda. Pero junto a él están los problemas concretos.
En rigor, para los ruralistas la actual presión impositiva es insoportable. El planteo de los ruralistas es que se avance en una eliminación de las retenciones al trigo, el maíz y el girasol y que gradualmente se haga lo mismo con la soja.
Aunque en los últimos siete años fue el renunciado secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien administró las restricciones al comercio de los productos del campo con los llamados Roes, para Casamiquela este punto presenta también un desafío. En especial si pretende recuperar para Agricultura atribuciones que fueron pasando de facto a Comercio Interior.
La eliminación de las trabas con los Roes y la cuotificación de las exportaciones puede ser un tema que en realidad exceda a Casamiquela ya que, según trascendió, el sistema podría continuar con el nuevo secretario de Comercio Interior, Augusto Costa.
En carne, la cuestión pendiente es avanzar también en la rebaja de las retenciones y en las trabas a las exportaciones. Todo para favorecer más producción y el regreso con protagonismo a los mercados internacionales. Respecto de 2005, la ventas al exterior se contrajeron 75 por ciento.
Pero en la agenda también hay otros aspectos, como modernizar el sistema de comercialización de carne, transparentarlo y reforzar una fiscalización que tras las disolución de la ex Oncca no verifica, según se ha denunciado en el sector, el cumplimiento de normas comerciales y de producción. Yauhar prometió recientemente ordenar y transparentar el sistema. Habrá que ver si Casamiquela recoge el guante.
Por el lado de la lechería, también urge eliminar los Roe "blancos" para exportar.
A Casamiquela le toca otro asunto no menor. Se trata de una nueva ley de semillas que permita la protección de la llegada de nuevas tecnologías. Yauhar dijo que tras las elecciones se iba a sancionar. No hay novedades en ese sentido ahora.
Por otra parte, al nuevo ministro le queda como herencia intentar resolver la crisis que atraviesan varias economías regionales por la pérdida de competitividad de los últimos años.