Por estos días ya casi se agotó la pésima cosecha 2012/13 y todavía faltan algunas semanas para que llegue la producción de “trigo nuevo”, que también será pobre. En ese empalme, los argentinos pagan el trigo a más del doble de lo que vale.
El tren, en este caso sí, lo chocó el conductor: el secretario Guillermo Moreno maneja desde 2006 el mercado de granos. Siempre hizo todo al revés de lo que aconsejaban los que saben. Cuando tuvo que bajar retenciones para que el cereal fuera competitivo frente a la soja, las subió. Cuando debía abrir las exportaciones para aprovechar los altos precios externos, las cerró con los ROE. Cuando había que socorrer a los productores afectados por la sequía, destinó los subsidios millonarios de la ONCCA a los grandes molinos.
Desde hace meses se sabía que la oferta de trigo era tan escasa que los precios podían llegar a niveles impensables. Una opción era traer el grano de Uruguay, pero el orgulloso Moreno lo prohibió. Y la locomotora se estrelló contra el andén de la estación.