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Los mercados lograron marcar esta semana alzas interesantes en Chicago que se tradujeron también en cambios positivos para el mercado local. El factor fundamental tras la suba fueron las señales de que la demanda internacional está firme, los problemas productivos en trigo, y le expectativa de que el grueso de la presión de cosecha en EEUU ya haya pasado en el caso de la soja. Todos estos elementos serán comprobados en la semana que sigue gracias a la reanudación de las estadísticas norteamericanas.

En tanto localmente la reticencia a vender de los productores está generando subas que incluso superan las paridades que sugieren los valores internacionales. Esto ocurre fundamentalmente en trigo tanto disponible como nuevo, donde el problema es que estamos sin stocks y los precios se van a las nubes, y en soja disponible, donde las industrias vieron una recomposición del margen de molienda, pero no logran originar cantidades suficientes de grano como para funcionar con normalidad. Por el lado del maíz, sobre el cierre de la semana se vio una leve suba en los Mercados a Término. Sin embargo los precios que se acercan a los 160 U$S/tt, siguen lejos del costo de indiferencia que se ubica más cercano a los 180 U$S/tt.

En las últimas tres semanas el aparto público norteamericano no funcionó dado que no se había logrado votar la ley de presupuesto a tiempo. Esto hizo que las estadísticas con las que contamos para tomarle el pulso a las distintas variables del mercado no estuvieran disponibles. Especialmente el sistema de alerta de exportaciones, y el reporte semanal de exportaciones semanales. En el primer caso, cuando los negocios superan las 100.000 tt de maíz o trigo, o las 50.000 tt de soja, el USDA publica el negocio para que el mercado esté al tanto del pico de demanda. Luego los jueves se publican las cifras de las ventas al exterior de la última semana, lo que permite analizar el ritmo de ventas. Las proyecciones privadas indican que en estas tres semanas donde estos datos no salieron a la luz, los compradores internacionales aprovecharon para moverse en las sombras y comprar alrededor de 3 mill.tt. de maíz, otro tanto de soja, y unas 2 mill.tt. de trigo. Las cifras son muy grandes. Se espera que el jueves el USDA publique la información faltante, y entraremos allí en un juego de expectativas versus realidades. De todas formas lo concreto es que el mercado "compró" esta versión de que la demanda está muy firme y esto se ve en el camino que tomaron los precios.
Mientras tanto la discusión por el lado de la oferta pasa por si ya se vieron los mínimos de cosecha de maíz y soja. Está entrando la producción norteamericana, y esto normalmente presiona al mercado por el pico de oferta. Normalmente cuando se supera el 50% cosechado el mercado pasa a otro tema, y los precios dejan de caer. En ese sentido es importante tener presente que los rindes que se van conociendo son mejores a los esperados, y que como el USDA no publicó en octubre el reporte de oferta y demanda global, donde actualiza los datos de producción de EEUU, deberemos esperar hasta el 8 de noviembre para sacarnos la duda. Por ello podríamos ver todavía algo de presión negativa.

Otra cuestión que debe tenerse en cuenta, que quizás suene más técnica, es la de los precios relativos. El maíz se ha quedado muy atrasado respecto a la soja y respecto al trigo. Mientras los otros dos siguen a la suba, los precios del maíz no logran romper el rango por el que vienen funcionando. Sin embargo como en cierto punto estos tres productos son sustitutos, y además pujan por la misma área, y el desajuste de cotizaciones es muy grande, más tarde o más temprano veremos volver a niveles más normales la relación. La duda es si esto se hará con la soja y el trigo ajustando a la baja, y el maíz comportándose estable a alcista, o si habrá una suba del maíz más fuerte que la de sus compañeros. Lo más probable sería que el ajuste se de hacia abajo, con caídas fuertes de trigo y soja.

Respecto al trigo la demanda internacional y específicamente la presión sobre EEUU, está ocasionando que los valores suban. Por un lado está China que de ser un jugador casi neutro en el mercado, está disputando ahora los primeros puestos entre los importadores internacionales de trigo. Por otro lado está Brasil que al no lograr originar mercadería en Argentina, y tener una cosecha interna menguada por las heladas de agosto, y viendo que la cosecha de nuestro país será pobre, presiona también sobre EEUU.

Esto nos lleva al plano local. El clima sigue mostrando un comportamiento muy diferente en las distintas regiones. En el centro y sur de Buenos Aires la humedad del suelo es muy buena, y nunca faltó. En tanto en el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Córdoba, las lluvias no logan recomponerse. Si bien hubo algo más de actividad en la semana pasada, los acumulados son muy bajos, y las necesidades de los cultivos elevadas. En el noroeste en tanto la situación de partida era más acuciante, pero estuvieron llegando lluvias, y nos adentramos ahora en la etapa de recomposición de humedad para dicha región, con sistemas que se están moviendo mejor. Esto tiene dos impactos: para el maíz y para el trigo.

Comenzando por el más complicado que es el trigo, en el norte del país ya se está comenzando a trillar, pero podríamos decir que en esa región el trigo se hizo sin agua: la humedad del suelo de partida era muy baja, y luego no llovió prácticamente nada. Esto hizo que la siembra fuera muy baja, y que gran parte de lo sembrado sea inviable. Esta semana comenzaron las trillas con resultados muy pobres. Este trigo debería ser el que calma el mercado disponible. Sin embargo la avidez de los compradores es tan grande, y la producción que se está generando tan chica, que los precios se siguen disparando. La posición disponible del trigo en el Mercado a Término de Buenos Aires, que operó sin máximo diario, marcó un cierre de 750 U$S/tt.

En tanto en el centro del país hay situaciones muy disímiles. El punto de partida del trigo no fue excelente, la humedad del suelo era muy salpicada, siendo mejor en el este y peor hacia el oeste. Las lluvias de primavera fallaron, con lo que el trigo no contó con el envión extra que necesitaba, y por ello hay mucho trigo muy pobre, y una parte que está regular a buena, que necesitaría lluvias, aunque de no más de 15 mm para evitar la aparición de enfermedades fúngicas. Sin embargo las precipitaciones no llegaron, y los pronósticos indican que tampoco lo harán en el corto plazo.

Esto lleva a los compradores tanto de la exportación que tienen activa demanda desde Brasil como los del consumo interno que quieren asegurarse recomponer stocks, no logre encontrar vendedores del lado de los productores que el año pasado la pasaron muy mal con el fracaso de la cosecha y los costos de anulaciones de los contratos. Nuevamente este trigo es muy demandado porque llegaría durante noviembre y nuevamente tendría la función de tranquilizar el mercado. Al respecto esta semana se estuvo ofreciendo 360 U$S/tt con una descarga hasta mediados/fines de noviembre. La posición noviembre del Mercado a Término de Buenos Aires operó el viernes en 375 U$S/tt, y la del ROFEX que refleja la realidad del puerto de Rosario en 340 U$S/tt, mientras que el precio de diciembre/enero está en los 275 U$S/tt para Buenos Aires y casi 280 U$S/tt para Rosario.

La diferencia con Buenos Aires lo que marca es justamente la perspectiva de que para cuando llegue la cosecha en esa provincia, la situación será más normal. Sin embargo los valores que se están manejando siguen siendo muy elevados.

La pregunta es que pasará cuando lleguemos al mercado disponible en plena cosecha, con precios tan altos que generen la necesidad de parte de los molinos de sostener precios del trigo altos, y por ello de valores del pan y otros productos farináceos que pegan fuerte en la "mesa de los Argentinos" y en la inflación.

Al respecto cabe señalar que hay muy pocos ROES otorgados de cosecha nueva, y que los exportadores han logrado originar muy poco trigo. Al 9 de octubre llevaban sólo 730.000 tt compradas contra unas 4 mill.tt. del año anterior. Mientras que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que la producción podría ser de 10,4 mill.tt. al compensar la mala performance del norte, con una mejor en el sur, lo que dejaría un saldo exportable de unas 4 mill.tt. El Ministerio de Agricultura está hablando de unas 8,8 mill.tt. que arrojarían un saldo para ventas al exterior de no más de 2 mill.tt. Ante esto lo más prudente sería no autorizar nuevas exportaciones hasta tanto tener claro cuanto es la producción. Y si llegara a pesar más la necesidad de mostrar una fuerte baja en el precio de las harinas más que un ingreso de divisas que de todas formas no sería tan grande si el sado exportable son sólo 2 mill.tt. (460 mill U$S), lo lógico sería no autorizar exportaciones y dejar que el mercado interno se sature de trigo por un largo período de tiempo, para doblegar la retención de los vendedores. Sin embargo el apetito y la necesidad de recuperar reservas podría forzar alguna vía intermedia.

La recomendación que nosotros hicimos una vez que vimos los problemas productivos tanto locales como Brasileros fue postergar ventas. Previo a ello, cuando los precios se acercaron a 200 U$S/tt habíamos recomendado ventas. Ahora si pudiéramos promediar los 200 con los precios actuales antes comentados, el resultado sería muy bueno. Seguir "orejeando" el mercado podría ser de aquí en más peligroso, y será más peligroso cuanto más nos acerquemos a la trilla.

El otro problema climático es el del maíz. Aquí el problema es el atraso en la siembra. Esto está pasando de castaño a oscuro en el centro del país, la zona núcleo productiva, forzando a que mucho maíz de primera quede sin sembrar. Ese maíz pasaría a variedades tardías que rinden menos, o a soja. En tanto lo sembrado podría tener problemas de nacimiento. Esto está empujando también a subas del maíz a cosecha.

En cuanto a soja la ayuda de Chicago presiona para que los valores mejoren, pero siguen sin despertar tanto interés vendedor. Debemos señalar que el precio dista de ser tentador, no tanto por los precios en sí, sino por el aumento de costos, y la necesidad de recuperar niveles de rentabilidad en un año muy complicado..