Los mercados mundiales se mueven no sólo al compás de los fundamentals sino también de las variables políticas y económicas. En los últimos días hemos podido comprobar ello con el inusitado shutdown de EE.UU.

Por no llegar a un acuerdo los republicanos y los demócratas sobre el presupuesto del país, el gobierno federal quedó semiparalizado varios días; concretamente dos semanas.

Así, las cosas, la información oficial proveniente del USDA sobre la situación granaria quedó apartada y las especulaciones tuvieron rienda suelta para actuar.

Según varios trascendidos, China habría tomado provecho de la escasez de información oficial para comprar mercadería sin que ello repercuta visiblemente sobre los valores.

Como está el cuadro, la volatilidad debería ser la constante pues hoy no existe información oficial ya que recién el 8 de noviembre próximo se publicará el reporte mensual del USDA.

Pero en medio de la volatilidad, uno debería apostar a la firmeza de valores. ¿Por qué? Actualmente EE.UU. tiene comprometido cerca del 70% de su capacidad exportable. En otras palabras, ¾ partes del saldo exportable correspondiente a la campaña 13/14 ya está comprometido. El caso es muy llamativo pues tan sólo han transcurrido 60 días desde que comenzara la campaña.

Se espera que durante el primer semestre del año que viene, la demanda encabezada por China se mantenga con firmeza inusual.

Ustedes dirán que para compensar tal cuello de botella – en vista de que la demanda china no da muestras de ceder- la oferta mundial contará con la cosecha próxima del sur. Sin embargo, no es tan así. Veamos…

Se habla mucho de la supercosecha que tendría el hemisferio sur, con el especial aporte de Brasil. Sin embargo, debemos recordar que –aunque se concretara esta expectativa de producción- la realidad es que la región continúa sufriendo de graves problemas logísticos que se patentizan durante el período abril-julio. En Brasil, los puertos de Paranaguá y Santos no han mejorado y el ingreso de los camiones continuaría en estado complejísimo.

A su vez, la Argentina, el segundo productor de la región, presenta un cuadro delicado por la posibilidad de un considerable retraso en la siembra dada la escasa humedad en el perfil del suelo. Si bien el centro y sur de Buenos Aires mantiene un buen nivel de humedad, en el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Córdoba, las precipitaciones no logran recomponer el nivel adecuado –durante el fin de semana pasado, las lluvias fueron de menor intensidad que lo pronosticado- aunque, justo es decirlo, en esta zona probablemente, el área implantada crezca por el fracaso en la siembra del maíz.

Pero hay algo que debemos tomar en cuenta: se trata de la estrategia ya institucionalizada de los productores a vender en cuenta-gotas, en vista de la inflación imperante, aspecto éste que contribuye a disminuir la oferta en el período de poscosecha o al menos a dosificarla.

Además el valor del dólar sigue operando a favor de los valores de la soja. Acaba de bajar a su menor valor en algo más de ocho meses respecto al euro y a una canasta de monedas; el problema del presupuesto no ayudó para nadar en detener su baja.

En fin, no hay indicios claros hoy por hoy para tener una actitud pesimista sobre los valores. Por el contrario, las perspectivas resultan interesantes.