Estas simples comparaciones que ganaron repercusión en los medios de comunicación en los últimos días no hacen otra cosa que advertir sobre una de las tantas distorsiones económicas a las que el "modelo que defiende la mesa de los argentinos" tiene acostumbrado a la población. De tanto intentar la defensa de esa mesa, la ya le serruchó sus patas.
Ese escenario tiene su reflejo en la producción. La ganadería nuevamente se está a las puertas de una crisis que pone contra las cuerdas al eslabón más numeroso y con menos herramientas de defensa de la cadena: la cría. Con un modelo orientado al mercado interno (un leve repunte de las exportaciones de los últimos meses no revierte esa tendencia) costos en suba y precio de la hacienda estancado o en baja si se lo compara con el aumento del índice del costo de vida (real) el escenario comienza a ser similar al de 2006/2009. Según un trabajo del productor y dirigente rural Néstor Roulet mientras el costo de producción de la cría tuvo un incremento promedio de 37,7% en el nivel nacional, el promedio del ternero de 160/180 kg. tuvo una caída de 6%, en tanto que el promedio del índice de Liniers bajó un uno por ciento.
Al considerar el aumento de costos por región la realidad es más crítica. En la cuenca del Salado el aumento fue de 50%, tomando en pesos por cabeza, mientras que en Entre Ríos, Chaco y Corrientes llega al 40 por ciento.
A la suba de costos hay que agregarle el aumento de la presión impositiva, tal como se reflejó en la provincia de Buenos Aires, por lo cual el daño económico es de mayor magnitud.
Las cifras del primer semestre del año revelan que el aumento de la faena respecto de 2012 no hace otra cosa que provocar una sobreoferta de carne en el mercado interno. Ese crecimiento, ya se sabe es artificial, porque llegará hasta que el mercado encuentre un nuevo punto de equilibrio. Si no hay otra estrategia -como impulsar un crecimiento de las exportaciones vía la eliminación de las retenciones- el final es conocido. Claro, quizás al Gobierno actual no le preocupe porque la cuenta deberá pagarla quien se haga cargo de la responsabilidad del poder en 2015.
La necesidad de tomar medidas que corrijan las distorsiones no se reducen a la ganadería. Las economías regionales también necesitan mejorar su ecuación económica. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) presentó en el marco de la Mesa de Diálogo Social, una serie de propuestas para mejorar la competitividad de la agroindustria, particularmente de los complejos vitivinícola, citrícola, frutícola, olivícola y arrocero.
Entre otros puntos sostuvieron la necesidad de eliminar o disminuir los derechos de exportación que pagan los productos de las economías regionales, disminuir la carga fiscal nacional provincial y municipal y agilizar la devolución de los reintegros a las exportaciones. También se reclama morigerar las restricciones a las importaciones de insumos sobre los que no hay provisión local. Ningún funcionario del área económica podría tildar estas propuestas de "destituyentes" o "políticas". Podrían actuar con rapidez.
La frase
Margarita Stolbizer
Candidada del FPCYS
"La política fiscal del Gobierno no resiste más parches"