QUIMILÍ, Santiago del Estero (De un enviado especial).- A fines de los noventa los Minetti saltaron de Luque, Córdoba, en donde explotan 1500 hectáreas agrícolas, a un campo de monte de 7000 hectáreas en Quimilí con la idea de lograr una mayor escala de explotación. Lo financiaron con la venta de su participación en una empresa alimenticia.
La idea no podía ser más inoportuna si se piensa en la crisis que vivía el país y en las vacas que era la única actividad posible a desarrollar en el monte. Pero Luis Alberto Minetti, su esposa y sus cinco hijos no se amilanaron ante el desafío porque hacen un dogma de fe eso de evaluar los negocios con faros largos. Así, una tras otra, las buenas cosechas de soja de Luque y sus buenos precios fueron a parar a Quimilí, a desmontar, implantar pasturas, construir tanques y tajamares para el agua de bebida, alambrar y todo lo necesario para mejorar la productividad del campo.
La novedad de este proceso fue que quienes en principio vinieron a buscar sólo la escala de explotación en un campo de cría se encuentran ahora abocados a encontrar el techo productivo. "En Córdoba no teníamos la posibilidad de obtener escala. En Santiago del Estero sumamos más hectáreas con una menor inversión. Pero la sorpresa fue que estos campos no tienen un techo productivo conocido. "Creíamos que sólo se podía tener vacas y nos dimos cuenta que la recría y también la agricultura funcionan perfectamente. Esto justifica que los mejores años de soja de Luque están metidos aquí aunque nos hayamos pegado muchas amarguras, secas y crisis de precios. Pero la ganadería tiene que andar porque al sol no se lo puede tapar indefinidamente con las manos", afirma Luis Alberto Minetti justificando su apuesta tan decidida.
No hay dudas que la mayor sorpresa que se encontró la familia cordobesa en Quimilí fue el comportamiento del gatton panic. "La explosión de esta forrajera la aprovecha mejor las categorías de recría que las vacas. Por eso desde hace dos años estamos mudando en etapas las 3500 vacas a un campo alquilado en Corrientes para concentrar aquí todo lo que es la recría de los terneros. Actualmente, nuestra producción por hectárea está en los 185 kilos de carne, pero de sacar las vacas, con la invernada sola, alcanzaríamos los 230 kilos", afirma Martín, el menor de los Minetti.
Hay que apuntar que el comportamiento de las pasturas de gatton panic bajo el manejo silvopastoril, se dejan 100 plantas por hectárea del estrato superior del monte con especies como el algarrobo negro y el quebracho, es otro de los puntos fuertes de esta región.
En los corrales se encierran por año 2500 cabezas para terminarlos como novillos gordos con un peso final que va de los 430 a 450 kilos. Destinan cerca de 200 hectáreas de maíz para silo, además del grano húmedo de maíz que obtienen de su producción. Utilizan el 10% de su superficie total para la agricultura en la que aplican a rajatabla una rotación con 50% de gramineas. "Trabajando con mayor cobertura, en años de 450 milimetros de lluvia los rendimientos son aceptables y dejan un margen razonable", afirma Pablo Minetti.
Como otros productores, utilizan áreas de captación de agua de lluvia para mezclar y bajar el tenor salino del agua subterránea.De los menonitas del Paraguay adoptaron la utilización de plásticos para impermeabilizar la superficie de estos tajamares, con lo que logran bajar las pérdidas por infiltración.