La presencia de un referente mundial sobre temas reproductivos en rodeos de
leche sirvió para analizar la actual coyuntura de nuestra lechería, la
transición hacia sistemas de encierre y la necesidad de un manejo integral para
aprovechar el potencial productivo de los animales.
“Las vacas lecheras de hoy en día son atletas olímpicos”, disparó el Médico Veterinario William “Bill” Thatcher, reconocido especialista norteamericano y docente de la Universidad de Florida. Y agregó: “esto implica que hay que manejarlas como tales”. La charla del norteamericano se dio en le marco de un evento de capacitación organizado por la Cátedra de Teriogenología de la FCV (UNL), a cargo de los reconocidos Veterinarios Antonio “Tono” Taboada, Martín Maciel y Julián Bartolomé, en conjunto con Merial, empresa líder en salud animal, quienes decidieron cerrar el año con una actividad que ayude a “abrir la cabeza” sobre temas estructurales de la lechería.
Para el titular de la cátedra, Antonio Taboada, este referente se siente como en casa cada vez que viene, ya que -pese a las diferencias productivas- en Florida tienen un clima similar, aunque claramente nos lleven 20 años de trabajo. “Los problemas que tenemos son similares a los que tienen ellos: la baja fertilidad de nuestros rodeos quedó reflejada. En la búsqueda de una mayor producción o de calidad del animal se redundó en una merma reproductiva de los animales”, le dice “Tono” a Campolitoral.
Por eso, desde la cátedra, están trabajando con el INTA y el Ministerio de la Producción en la difusión de temas como el bienestar animal, la salud, la alimentación para mejorar la reproducción. “Coincidimos en cuáles son los problemas y creemos que traer a gente capacitada es el camino adecuado, porque sin dudas la transición hacia un tambo más encerrado aumenta los problemas reproductivos”, sentencia.
Según Taboada, estamos corriendo una carrera contra el tiempo. “Nuestras producciones de carne eran extensivas y llegó el feedlot. Lo mismo pasó con la lechería, pero todo está manejado por un esquema político - comercial sojero, entonces la gente achica los terrenos para encerrar y sembrar soja. El tambero trata de sobrevivir”.
Sin embargo, todavía hay mucho por hacer. "Se están implementado técnicas para lograr preñeces por métodos artificiales, la detección del celo es fundamental, para lo que estamos trabajando con tratamientos hormonales y con IATF, con los cuales pudimos cubrir un bache que era evidente en los sistemas productivos, como es la tasa de preñez”, finaliza.
Faltan líderes
Para Martín Maciel, otro integrante de la cátedra y miembro del INTA, traer a
Thatcher para hablar de este tema, implica subir un escalón más a la hora de
buscar las mejores estrategias para preñar. “Se lo considera el padre de la
fisiología reproductiva de las vacas lecheras. Es gente que nos hace trabajar”,
dispara. Para Maciel, si bien la fisiología de las vacas es la misma, a partir
de allí podemos adaptarnos a nuestro sistema, “pero que el sistema no sea una
excusa, trabajemos con las vacas sabiendo qué les pasa”.
Según el veterinario, en la actualidad lechera argentina, estamos viviendo una transición, donde el encierro ha tenido bastantes problemas. “Las vacas te dan la leche que vos le pedís, pero después te pasan la factura por otro lado. Todo apunta al trabajo en equipo en materia reproductiva. Creo que en este nivel se puede trabajar todavía mejor, anticipando la detección de celo, ayudando a la gente que está en el campo. Tenemos que cambiar nuestras estrategias de trabajo para ayudar al productor, para preñar las vacas y no sólo para diagnosticar la preñez, aumentando la cantidad de celo, mejorando las tasas de inseminación. Tenemos que estar ahí, en ese momento, porque ayudar no significa darle más trabajo al tambero, sino estar junto a él cuando nos necesita”.
Finalmente apeló al liderazgo necesario para conducir los trabajo interdisciplinarios de la producción actual, tendiente a mejorar el índice de preñez, elevando la tasa de inseminación de 50 a 60% y la tasa de concepción del 30 al 35%. “Queremos ser estabulados, pero todavía no rendimos el final, seguimos cursando la materia”, declara en términos académicos.
Más por menos
Para otro de los miembros de la cátedra, como Julián Bartolomé, esta es una zona
donde la actividad lechera es muy importante, y los sistemas de producción están
sufriendo cambios en cuanto a los niveles de producción individual. “Eso trae
aparejados problemas de fertilidad en la vaca lechera, y necesitamos que se
preñen más”, sostiene.
Según Bartolomé, para dar leche, una buena fertilidad es vital. “Las mejoras genéticas en los últimos años han traído aparejada la selección de una vaca de alta producción, lo que genera un montón de desafíos de manejo, nutrición y reproducción, algo necesario para mantener la fertilidad de los rodeos”. Y agregó que la visita de Thatcher, como especialista en reproducción de vacas lecheras se hizo con la idea de hacer trabajos de investigación en conjunto, para que los veterinarios tengan acceso a una actualización en nuevas tecnologías.
“Las problemáticas son similares acá y allá, porque nuestra genética es americana y canadiense y compartimos el mismo tipo de animal, pero con diferencias en los sistemas productivos. Acá todavía son semi intensivos, pero se viene avanzando a sistemas más intensivos. Estas altas producciones ponen a la vaca en una mayor stress metabólico en el parto y los primeros dos meses de lactancia y eso genera una mayor cantidad de enfermedades y baja de la fertilidad. A mayor cantidad de leche, debemos darle mayor confort”, asegura.
Para Bartolomé, es necesario que los productores sean concientes de esto y trabajen en optimizar el manejo, las instalaciones y la nutrición durante este período. Pero claro, el precio de la leche es la variable más importante que condiciona todo, aunque asegura que la eficiencia productiva es fundamental para sobrellevar los momentos en los que los precios no son muy buenos.
Trabajo integral
Para Hugo Ortega, la idea de la jornada sirvió para mostrar la fisiología normal de la vaca en cuanto a la reproducción para poder entender los cambios que llevan a las enfermedades. Cambios en la secreción de hormonas, cómo interfiere el stress y la alta producción, y otras enfermedades que evitan que la vaca no ovule y quede preñada. “En cuanto a lo primero se producen interferencias en los sistemas de sobrevivencia con los sistemas reproductivos del animal, al estar sometidas a altos trastornos por alta productividad, y encima nosotros tratando de preñarlas, de aquí el anestro (falta de ciclos sexuales y enfermedad quístico ovárica)”.
Según Ortega, la clave siempre es preñar en buena condición corporal, buscar un balance entre producción y reproducción, de la mano de una alimentación adecuada, evitando mastitis o problemas de patas que suman trastornos nuevos. “Ha cambiado el hecho del diagnóstico precoz, y sobre todo contamos con muy buena medicina preventiva. Las mejoras en la tecnologías permiten la intensidad productiva”, sostiene.
Ortega va un poco más allá, y asegura que se trata de un todo. “Mayor interacción en los sistemas productivos, entre animales, pasturas, buscando la eficiencia de todo el sistema. Hay una conjunción de cosas, porque contamos con muy buena genética, aunque muchas veces no está preparada para nuestros sistemas productivos”, asegura.
Vacas con mucha cintura
Según Luciano Cattáneo, en el país hay poca información la respecto (quistes
ováricos y la epidemiología de los mismos en la región). “El aumento de la
producción disminuye la fertilidad y fomenta el surgimiento de estas patologías.
A nivel regional, pude investigar que los sistemas de manejo son diferentes a
otros países del hemisferio norte.
Respecto a los sistemas de manejo, acá seguimos con un esquema semi pastoril, con dietas que todavía no están del todo ajustadas, con problemas de falta de condición corporal y frecuentes problemas de anestro.
“Ya no somos netamente pastoriles, la suplementación se viene agregando gradualmente. Sin embargo, estas patologías afectan la reproducción y tienen una mayor incidencia en invierno y primavera. Pueden estar asociadas a ciertos factores de riesgo, como la mastitis clínica”, agrega.
La buena noticia es que comparando a nivel mundial, la incidencia local es menor que en resto del mundo. “A diferencia de la mayoría de los casos, aquí no se manifiesta en el posparto, sino que se presenta más allá de los 100 días posparto. Tenemos una vaca con un genotipo americano que no se si es el más adaptado a la zona, donde el precio de la leche condicionó los proyectos de crecimiento de la lechería. Si no hay reglas de juego, hay que jugar con mucha cintura”. coincide.
Allá y acá
Augusto Daffner, responsable Servicio Técnico de Línea Grandes Animales de
Merial, destacó que a nivel mundial la compañía apoya a los profesionales a
través de acercarles el conocimiento. “En este caso, traemos a Thatcher, un
especialista en los rodeos lecheros con la intención de acercarnos al
profesional de una manera que permita acrecentar el conocimiento. Conformamos un
equipo técnico y nos relacionamos a todos los sectores de la producción animal,
tratando de ver cada necesidad. Se ha avanzado bastante en sistema de producción
y una mayor eficiencia, falta una política para que el productor se sienta un
poco mejor”, sostuvo.
Finalmente, Thatcher enumeró la “biblia” del aumento de la eficiencia: 3 ordeños diarios; Inseminación Artificial; Confort animal; Nutrición; la edad de la vaquillona al primer parto; y el uso de la somatropina. Además, involucrar otros aspectos, como el software, las vacunas y los equipos.
“La detección temprana de celo es vital en los sistemas de alta producción de
leche”, sostuvo en coincidencia con sus colegas locales. “Mayor producción
animal suele traducirse en celos más cortos”, y finalizó destacando que en EEUU
la tasa de preñez es del 15 %, gracias a la incorporación de programas de
control reproductivo.
¿Y los rodeos de carne?
Pablo Vispo, de INTA Colonia Benítez, Chaco, habló sobre la realidad ganadera de centro norte del país y sobre los eventos que se dan avanzando en los aspectos económicos seleccionando por mayor precocidad en los animales. “La fisiología es totalmente distinta. Los factores que influyen, como la pubertad de los animales, la nutrición, la época del año y la cruza de animales, con alto grado de sangre sebuina, aportan características particulares. No son animales puros, que tienen mayor rusticidad, pero que retrasan la pubertad y eso requiere un manejo especial, conocer los eventos que los involucran a nivel interno y externo”. Por eso, plantea estrategias varias que contemplen factores como la sangre sebú y su influencia en la pubertad, la estación del año del nacimiento del animal, el fotoperíodo, los niveles nutricionales a los cuales se desarrolla, tratamientos con productos farmacológicos, etc. El norte acapara cada vez mayor producción de carne, es un proceso gradual, por eso buscamos optimizar el logro de terneros a los 24 meses, servirlo a los 15 meses, algo casi irreal por ahora, todavía estamos por lograr un ternero a los 3 años, todavía estamos lejos, pero ese salto de la producción en algún momento se va a tener que dar por una mejora en la eficiencia de la producción.