Inversores, a despabilarse. No hay dudas de que las próximas semanas serán intensas para el mercado y, si se busca salir exitoso, podrá requerir de un manejo más activo de las posiciones financieras. La agenda financiera y la coyuntura actual así lo obligan. En el ámbito local, las PASO deberían empezar a definir las perspectivas para octubre y hay quienes comenzarán a jugar con ello en sus carteras. Por eso, la mirada estará puesta en dos puntos: de corto plazo, en cómo quedaría el poder en el Congreso, en especial ante un posible debate por la reforma de la Constitución, y de mediano o largo plazo, cómo se jugará ya el año 2015.
No descartamos una mayor volatilidad pre y postelecciones. Todo esto dentro de un marco en el que una de las variables clave por mirar es la evolución del dólar marginal. La mayor presión observada sobre el tipo de cambio, que ubicó el precio de referencia del blue arriba de $ 8,80 nuevamente y a la brecha cambiaria encima del 60%, impulsó las cotizaciones de los activos financieros en las últimas ruedas. Lo que es más relevante aún es su performance , que se mantendrá como determinante de corto para los precios de los bonos y las acciones.
La correlación entre el Merval y el dólar blue se mantiene en ascenso. En el primer trimestre fue de 73%; en el segundo, de 88%, y en lo que va de julio y agosto, se ubica en el 93 por ciento. Esta alta correlación distorsiona cualquier análisis técnico o fundamental que se pueda hacer, ya que, según el movimiento del billete marginal, las cotizaciones pueden por momentos sobreestimarse o, en contraposición, subestimarse si existiera una fuerte caída en el billete por alguna acción oficial. Por otra parte, la selectividad estará dada por la temporada de balances.
No es muy diferente la visión para el mercado de bonos. El driver más relevante local lo marca el comportamiento del billete marginal, mientras que en lo externo monitoreamos la evolución de la tasa del bono norteamericano a diez años. Con respecto al juicio con los holdouts, no hubo novedades y creemos que tampoco las habrá en el corto plazo.
En concreto, ningún análisis de recomendación se puede hacer hoy sin proyectar la evolución del tipo de cambio, y esto no sólo dependerá de las decisiones del Gobierno, ligadas a las estrategias de políticas económicas-financieras, sino también de las expectativas que se creen a partir de ellas. Y, claramente, hoy la evolución del nivel de reservas, inflación y emisión monetaria convalida las expectativas alcistas que existen.
En tanto, como dato, no hay dudas de que las miradas las acaparará el EMAE de junio. Para el indicador que, se conocería el viernes, la tasa de actividad esperada es de 6,1 por ciento. Que si bien sería debajo de la expansión de mayo, mantendría fuerte y sólido el crecimiento con lo que ello implica para los análisis de los cupones PBI.
En el escenario externo, la atención central se mantendrá sobre el posible accionar de la Fed. Por ende, cada dato por conocerse y miembro del organismo que hable serán analizados en función de si acerca o aleja la probabilidad de que los recortes en la compra de bonos comiencen o no en septiembre. A esto, aunque en un segundo plano, ya que la tendencia de fondo la define Wall Street, se le sumarán algunos datos de China y Europa, en especial, el crecimiento del segundo trimestre del año.
DATOS PARA TENER EN CUENTA
El valor implícito del dólar en operaciones del Bonar VII se incrementó un
4,9% en lo que va del mes de agosto. Eso se dio a la par de un aumento de la
cotización del dólar blue, que esta semana cerró por arriba de los 9 pesos.
Esa suba del precio del dólar operado en el mercado marginal marcó también una
mayor distancia en la correlación con el Merval, que se viene ampliando
trimestre a trimestre.
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