En segunda jornada del XXI Congreso de Aapresid, que se desarrolla en Rosario bajo el lema `Otra Tierra’, disertaron sobre la actualidad de los cultivos y el mercado del girasol. Ante el desafío del modelo sustentable, buenas opciones de rentabilidad.

El Congreso de Aapresid se desarrolla en el salón Metropolitano con más de 3300 asistentes y en una intensa jornada, este jueves, el cultivo de girasol y sus potencialidades de mercado, tuvieron un lugar privilegiado. Fue el encargado de abrir el panel de Proyectos brechas productivas y formación de precios en Girasol.

A su turno, el economista Jorge Ingaramo, ex Subsecretario de Economía Agraria, disertó sobre el rol en los mercados. “Sin duda –dijo- que hay mucho para mejorar. Hay una brecha y el desafío es encontrar cuál y dónde están las fallas. Si alguien preguntaría por qué sembrar girasol, debemos decir que es un cultivo muy rendidor, que no es algo menor. Debemos hacer un esfuerzo por no dejarnos tentar por el foro del año anterior. Hay que tener un porfolio de cultivos” destacó.

El ingeniero mencionó diferentes aspectos a tener en cuenta: que el eslabón de la cadena, es decir los productores, estén en participación cada vez mayor, que el feedback sea importante para crecer día a día, y que se piense en lo sustentable.

“Estamos trabajando en la cadena en un plan estratégico para mejorar la productividad. Ya está en el portfolio del productor.se cultiva para exportar”.

Según indicó, se encuentra en el mercado extremadamente dinámico y “nosotros no lo estamos cuidando”. El crecimiento de la industria del aceite de girasol creció notablemente: un 83 % en 10 años. “El balance de la campaña es bueno”.

“Nuestro negocio no será el más grande, pero estamos en el mismo barrio. Compartimos con la soja el negocio”, dijo.

Ingaramo habló de la formación del precio del girasol: un negocio de 2 mil millones de dólares. “El gobierno recauda 345 millones de dólares al año en concepto de retenciones”. En ese sentido, destacó que las pérdidas son cuantiosas. La parte que no se exporta -unos 270 millones- es en concepto de pérdidas adicionales.

Para el economista, las veces en que estuvo intervenido el mercado, las cosas no mejoraron. “Por ahora no es muy fácil que la Argentina vuelva a tener un mercado a término. Yo sueño con que el cultivo cuente con 2 millones y medio de has y que el problema de la pizarra haya pasado a mejor vida”, destacó.

En tanto, Carlos Feoli, coordinador técnico de Asagir, planteó el desafío de la producción del cultivo de girasol. “El mayor desafío desde el año 2001 fue incrementar la producción, desde la aparición de la soja transgénica. “Porque es muy fácil de hacer, porque tiene muy buen comportamiento de los cultivares –ya que tuvo una alta tasa de crecimiento en términos de rendimiento por mejoras genéticas y una fuerte demanda del mundo-”, dijo.

Feoli destacó que el girasol es un cultivo que tiene que ver fundamentalmente con aceite. ”El 50% del grano de girasol es aceite: de calidad, caro, que tiene una pequeña escala en el mundo, que son alrededor de 32 millones de toneladas”.

El otro factor que viene en juego desde principio de este siglo –sostuvo- fue la aparición del aceite de palma. Y que si bien esa demanda podría haber sido cubierta por el girasol, el director técnico de Asagir, mencionó que -por un crecimiento natural de la demanda-, fue cubierta por la palma, que es de menor calidad.

“El desafío es incrementar la productividad para que el productor tenga en el girasol una opción en el porfolio de cultivos y que sea rentable”. Que pase a ser un negocio de 5 millones de toneladas y que mejore las posibilidades comerciales del productor y -por ende- del país.