Fue el propio presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, quien inclinó la balanza dentro de la comisión directiva de la entidad entre quienes sostenían que su discurso debía ser más político que gremial-agropecuario.
Etchevehere se viene apoyando en un grupo de directores que está impulsando una renovación generacional de la SRA. Ese proceso comenzó durante la gestión de su antecesor inmediato, Hugo Luis Biolcati, y continúa desde que el ruralista de Entre Ríos fue elegido presidente de la SRA, en septiembre del año pasado. En ese grupo se cuentan el director de Acción Gremial, Martín Facundo Lisazo; el de Prensa, Martín Goldstein, y el de Relaciones Institucionales, Ricardo Smith Estrada. Fue Goldstein quien discutió con otros directores de la vieja guardia, más ligados a las asociaciones de criadores, sobre la necesidad de que las palabras del presidente de la SRA tuvieran un tono claramente político.
Algunas fuentes aseguran que en una de las reuniones de la comisión directiva en la que se leyó el discurso del presidente de la entidad para su aprobación, ante las objeciones sobre la dureza de las palabras, hubo un pase de facturas. "Ustedes no estuvieron cuando hubo que defender Palermo", dijo uno de los directores cuando Etchevehere convocó a los socios de la SRA y a los productores que resistieran en el propio predio el intento de expropiación del Gobierno. "Si hace falta, la Rural la vamos a hacer desde un cajón de manzanas", dijo en ese entonces el presidente de la SRA.
El ala más conservadora pretendía que el discurso hiciera hincapié en las cuestiones agropecuarias, como la intervención del Gobierno en los mercados de trigo y de maíz y las limitaciones al comercio de carne. Estos temas estuvieron presentes en el discurso, pero fueron los que menos repercusión tuvieron en el acto inaugural, acaso porque son una constante de los últimos cinco años. En lo que sí coinciden unos y otros es en que no hacía falta detallar los problemas que tiene el campo, como antiguamente solían hacer los presidentes de la SRA en sus discursos. "Ya los contamos durante el resto del año", dijo uno de los directores.
Respecto de la redacción del discurso, en la SRA dicen que fue el propio Etchevehere el que se encargó de hacerlo y que lo fue modificando con diversos aportes internos. Otros aseguran que los escribió Héctor Berra, licenciado en Filosofía, director de teatro y televisión, y director creativo de los museos de Boca Juniors y River Plate, quien ya había intervenido en los discursos de Biolcati. Todos descartan que haya habido consultas a otras instituciones empresarias o sociales.
El discurso se conserva con tal celo que ni siquiera circula por correo electrónico entre los directivos. Esta vez, además, se omitieron las referencias históricas que Biolcati o Luciano Miguens solían introducir en sus discursos y se reemplazaron por términos directos e incluso sarcásticos, como las referencias a las bóvedas o las bolsas con dinero.
Ayer, el propio Etchevehere defendió el tono de sus palabras. En un encuentro con la prensa dijo que "la primera parte del discurso se hizo con los títulos de los diarios publicados los últimos 10 años y la segunda parte es un llamado a la unidad, un ofrecimiento del campo a ser parte de la solución del país para que pueda liberar todo su potencial".
El sábado, el presidente de la SRA acusó al Gobierno de mentir con el índice de inflación y la cantidad de pobreza y lo responsabilizó por los hechos de corrupción, por los muertos de la inundación en La Plata y el accidente ferroviario de Once, y por haber malgastado las divisas que generó el sector agropecuario en los últimos diez años por los elevados precios internacionales de los granos.
Ese tono directo incomodó a los dirigentes de la UIA que concurrieron al acto inaugural. Para los directivos de la SRA, en cambio, Etchevehere salió fortalecido y mostró el perfil netamente opositor que reclaman hoy los productores agropecuarios.