La frase que da significado a los nuevos cuatro jefes de Estado Mayor es la afirmación del titular del Ejército, general César Milani, la figura militar clave en términos políticos, quien sostuvo que las Fuerzas Armadas "acompañen con renovadas ansias el proyecto nacional".
En términos políticos, ello implica la intención de alinear a la estructura militar con el proyecto del kirchnerismo.
Hasta ahora, la política militar había tenido como eje la subordinación y desarticulación de las Fuerzas Armadas, combinando la baja presupuestaria, la anarquización y postergación salarial y una constante revisión del pasado por las violaciones a los derechos humanos de los años setenta.
La crisis de la campaña antártica, que de hecho privatizó el gobierno nacional al arrendar medios privados de países como Holanda, Rusia y Sudáfrica, por la incapacidad de las Fueras Armadas para cumplir una función estatal básica, ha puesto en evidencia la situación en que están las Fuerzas. El fracaso que se produjo este año llevó a un avión Hércules de transporte de la Fuerza Aérea uruguaya a tener que participar en el puente aéreo de emergencia que se improvisó para abastecer las bases afectadas.
Los medios de las Fuerzas Armadas se degradaron en los últimos años. Sólo la inteligencia militar recibió más fondos y equipos que en el pasado. Además, más mandos de esa especialidad fueron promovidos.
Posiblemente, haya que buscar el desencadenante de esta decisión en las recientes inundaciones de La Plata. Entonces, La Cámpora desplegó su primer gran operativo "territorial" sobre la base de los camiones y la logística de la Guarnición La Plata. Los viejos camiones Reo de origen norteamericano adquiridos en 1961 -los más modernos, por lo general, han quedado fuera de funcionamiento- fueron los vehículos más utilizados.
La propia Presidenta participó del operativo y habló con los medios de comunicación desde la lavandería del Regimiento VII de Infantería Mecanizado Coronel Conde de La Plata, donde elogió la participación del Ejército.
El relato político
En paralelo, se articuló el "relato" político-ideológico para justificar el giro en la política militar.
Hace cuarenta años, el jefe del Ejército designado por el presidente Héctor J. Cámpora, el teniente general Jorge R. Carcagno, acordaba con la Juventud Peronista (brazo político de Montoneros) un operativo conjunto de carácter social, que se denominó Dorrego -el nombre del mismo prócer que hoy lleva el Instituto del Revisionismo Histórico-, para paliar los efectos de una grave inundación en la provincia de Buenos Aires. Fue Perón ya presidente, quien al poco tiempo relevó a Carcagno y terminó con el experimento.
Aparece, así, para el relato, un capítulo trunco del proyecto de Cámpora de 1973, que se reedita ahora.
Pero, al mismo tiempo, este giro en la política militar se da cuando la Presidenta acentúa su adhesión al modelo chavista, tanto en la política económica como en la exterior, así como en lo cultural y en la interpretación de la historia, como bien lo evidencia la estatua de Colón ya tumbada.
Más allá de estas coincidencias, la diferencia más relevante entre el kirchnerismo y el chavismo estaba en el rol de las Fuerzas Armadas. Un pilar de la coalición de gobierno en el primero y un sector estatal marginado en el segundo. Esta diferencia puede comenzar a superarse ahora y el modelo kirchnerista intentar coincidir con el chavista también en esta cuestión.
Quienes se dedican a la sociología militar tienen en la Argentina un dato empírico útil para conocer el voto de los militares y es cómo vota la población de la Antártida. Más del 80% son militares en actividad y constituyen, además, una muestra muy aproximada al total de los militares, en cuanto a porcentaje que presentan cada una de las fuerzas y de sus grados y jerarquías.
En 2011, Cristina fue reelegida con el 54% de votos en el país y sólo el 8% en la Antártida. Nunca un presidente tuvo una brecha tan grande entre el promedio y el voto militar, algo que quienes hoy emprenden esta nueva etapa para alinear a las Fuerzas Armadas con el proyecto K no deben olvidar.