Todavía se sienten los efectos de la sequía en 2007 y las posteriores cenizas volcánicas ya que la cantidad de cabezas de ganado ovino en Chubut es un 10 por ciento menos que en 1991.
El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación determinó en las estadísticas más actualizadas que se hallan disponibles y que pertenecen a 2011, que Chubut con 4,4 millones de cabezas de ganado ovino, seguido de Santa Cruz con 3,1 millones de cabezas. En tanto que el stock de la provincia de Río Negro llega a 1,8 millones y Buenos Aires a 1,5 millones.
Desde 2002 puede observarse que había una recuperación del stock, pero que en 2007 se cortó por el impacto de la sequía y luego de las erupciones volcánicas que trajeron ceniza a esta zona. Con la muerte de sus animales, esos precios no fueron aprovechados al máximo por los productores. Según la finura de la lana, los precios internacionales oscilan entre los 6 a 8 dólares por vellón. Esos son los datos que aporta el Mercado de Lanas en el más reciente informe semanal, que abarca la última semana del mes de mayo.
Este posicionamiento hace que el campo chubutense sea rentable pese a las complicaciones. Los que más sufrieron las consecuencias climáticas fueron los pequeños productores de la meseta central, que hasta la actualidad buscan soluciones a la falta de agua en la zona para potenciar sus campos.
La sequia arraso
La biomasa verde manifestó un marcado descenso en la temporada 2007-2008 en comparación con períodos anteriores. Así lo establece el resultado de un trabajo conjunto entre el CIEFAP (Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico), la Subsecretaría de Recursos Naturales de Chubut, el CENPAT (Centro Nacional Patagónico) y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).
“En el transcurso del año 2007, la Patagonia argentina ha experimentado un déficit generalizado de precipitaciones. Luego de la estación invernal del año 2007, que por las características del clima regional debería mostrar los valores máximos de precipitación, la acumulación de lluvias fue menos a lo normal. Esto provocó una disminución en la disponibilidad de agua para el ganado y la producción forrajera”, dice el informe publicado en 2008.
“Ambos fenómenos en conjunto, sumado al manejo posiblemente no adecuado del recurso forrajero, afectaron en gran medida a la producción ganadera, ocasionando debilitamiento de animales y mortandad elevada en las etapas de parición y perinatal. Esta situación motivó la declaración de estado de emergencia agropecuaria en la provincia del Chubut”, describe el texto.
“Una forma de seguimiento y monitoreo de este tipo de fenómenos a gran escala se realiza a través de análisis multitemporal de índices de vegetación, generados a partir de datos satelitales. Esta metodología ha dado buenos resultados en muchos estudios de casos realizados en ambientes similares”, detalla al respecto de la metodología.
El polo textil quiere importar
Y mientras el campo y los productores ovinos quieren recuperar su rentabilidad, las empresas de la Cámara de Industria Lanera de la Patagonia solicitaron una audiencia con el ministro de Agricultura de la Nación, Norberto Yauhar, para pedirle que interceda en el pedido de desbloqueo de las importaciones de lana para así sostener la producción hasta que se recupere el stock histórico de lana chubutense.
Fue en una reunión con el ministro de Producción de Chubut, Eduardo Arzani, donde estuvieron autoridades de la entidad que nuclea a las empresas del Polo Textil Lanero de Trelew. Además, estuvieron representantes del SETIA (Sindicato de Empleados Textiles), de la Secretaría de Trabajo y del Banco de Chubut.
Empresarios y Provincia avanzarán juntos en un pedido a Nación de facilidades para la importación de lana para complementarla con la que compran a nivel provincial y así mantener la actividad en las plantas ubicadas en Trelew. El otro eje lo abordaron con el Banco de Chubut para acordar créditos a tasa subsidiada para estas empresas.
El gobierno provincial, a través de sus áreas vinculadas a la ganadería y a la producción, está confiado en que las existencias ovinas retomarán sus niveles históricos con casi cinco millones de cabezas en un plazo de cinco años.
Recuperación de cabezas
Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agroalimentaria (INTA), consideran que para recuperar los niveles históricos de fertilidad se necesitan nueve años corridos de lluvias y calor. Durante el período seco hubo disminución de crías. Los animales que mueren o tienen los dientes gastados no sirven para reproducirse, es ganadería que no tiene reposición.