Se trató específicamente el rol del calcio en la nutrición de los cultivos frutales, su intervención en la calidad de las cosechas, y los momentos de incorporación de los nutrientes al cultivo.

La nutrición de perales y manzanos es una de las variables más importantes a la hora de obtener calidad y firmeza en los frutos. Para actualizar conocimientos sobre nuevas tecnologías en nutrición Yara Argentina organizó, en las instalaciones del Jockey Club de General Roca, una Jornada de capacitación que contó con la presencia de la Ing. Anke Kwast, investigadora de Yara en Hanninghof, Alemania y la Ing. Graciela Colavita, docente e investigadora de la FCA-UNCo, Argentina, referente regional.

Entre los primeros diagnósticos de la situación la especialista determinó que en la zona se realiza un aporte básico de nutrientes vía suelo que muchas veces no logra satisfacer adecuadamente las demandas nutricionales de los montes frutales. El resultado final es la reducción en parámetros de calidad y rendimiento, que año a año se trata de subsanar por medio de aplicaciones de macro y micro nutrientes vía foliar. Esta estrategia de trabajo no permite alcanzar un adecuado balance a nivel de la planta, con la consecuente pérdida de calidad y desbalances en vigor lo que impacta directamente en el resultado económico de la plantación.

El Calcio en frutales

La nutrición con calcio es un importante punto a considerar en los cultivos, más aún en aquellos donde el producto final es el fruto y donde la calidad y la vida útil son requerimientos implícitos para estar en mercados específicos.

En muchas fincas las aplicaciones de calcio en perales y manzanos se reduce a aplicaciones foliares, sin considerar que este nutriente se absorbe desde la raíz. Por eso la disponibilidad del calcio en la solución de suelo es sumamente importante para satisfacer los valores críticos de este elemento en la planta. Su incorporación al suelo y la aplicación de las dosis adecuadas en los momentos de mayor absorción son un punto importante en el desarrollo de los planes de fertilización.

Para estas especies de plantas, se puede definir dos momentos esenciales de fertilización: Pos-cosecha y en primavera durante la división celular del fruto. En post cosecha el calcio se incorpora en el último periodo activo de la raíz, sumándose a las reservas de la planta. De este modo el calcio está disponible inmediatamente al reactivarse la planta tras el periodo invernal. Los beneficios de esta aplicación permiten comenzar el ciclo productivo con la planta balanceada nutricionalmente, aumentando su tolerancia a fisiopatias y al estrés a frío.

Las aplicaciones en primavera tienen el inconveniente de una ventana de aplicación breve, pero se correlaciona con el momento de máxima incorporación de calcio hacia el fruto. En el valle frutícola esta aplicación suele verse limitada por los sistemas de defensa pasiva contra heladas. Las aplicaciones foliares, son una herramienta importante pero como complemento de las fertilizaciones al suelo, principalmente para aquellas variedades susceptibles a deficiencias de calcio como D´Anjou, Granny Smith, etc.

Durante la jornada se presentaron ensayos realizados en la zona sobre plantaciones de manzana y pera tratadas con Nitrabor (nitrato de calcio con Boro). Los resultados demuestran beneficios como la reducción de fisiopatias (Bitter Pit) y aumento de firmeza. También se presentaron los nuevos ensayos que se están desarrollando en el Valle, con el fin de generar más información regional que permita definir los mejores momentos de aplicación y mostrar los beneficios de una adecuada nutrición en la calidad de los frutos.

Novedades tecnológicas

Los integrantes del equipo de Yara resaltaron la importancia de la realización de análisis de suelos y foliares en los cultivos, para conocer la situación nutricional real de los mismos. También recomendaron la realización de análisis sobre fruto pequeño, con el fin de conocer el contenido de nutrientes del mismo y ajustar las fertilizaciones foliares de calcio durante la campaña, como así también establecer la necesidad de fertilizaciones vía suelo en pos-cosecha para mantener un nivel adecuado en reservas.