A mas largo plazo se espera una recomposición de stocks, pero que depende de la suerte que los farmers norteamericanos tengan este año.
Las perspectivas para EEUU mejoraron esta semana toda vez que la siembra tuvo
un sorprendente avance, y aunque sigue demorada respecto del promedio histórico,
ya no caben dudas de que la intención de siembra se concretará. La preocupación
estaba centrada fundamentalmente en maíz, ya que si bien la siembra de soja
también está demorada hay mucho mas tiempo para que la ventana de siembra se
cierre y el atraso no llegó a ser tan grave.
De todas formas, y aunque el mercado ya no este tan pendiente del final de la
siembra del maíz y la marcha de la soja, está ultima semana volvió a llover en
la zona de maíz y soja y hay nuevas lluvias en el pronóstico.
Pero lo que realmente en algún momento se deberá reconsiderar es el riesgo de
que al haber sembrado tarde y todo junto, la floración del maíz norteamericano
se de a fines de julio cuando el verano normalmente juega fuerte. Esto no
implica que habrá seguramente menor rinde. Lo que si es cierto, es que la
probabilidad de obtenerlo resulta menor. Sin embargo todo dependerá del clima.
Lo mismo cabe para la soja, y aunque el riesgo es menor, el rinde esperado desde
el que se parte es mas alto, y por ello mas difícil de lograr. La cuestión es
que si el rinde es en ambos casos similar al promedio simple de las últimas
cinco campañas, la recomposición de stocks en maíz será menor, y en soja de
hecho podrían caer, pero los niveles son tan bajos, que los precios deberían
subir para restringir el consumo todavía más, y hacer que los stocks se
mantuvieran.
En el corto plazo sabemos que en EEUU la oferta es muy baja, mientras que en
Sudamérica, si bien la cosecha resultó buena, en Brasil ya está casi todo
vendido, y en Argentina los productores van vendiendo pero con demoras ya que el
precio no termina de cerrar por los altos costos internos, el hecho de haber
pagado arrendamientos con una soja por encima de 400 U$D/tt y los riesgos
institucionales que se observan hacia delante en nuestro país.
En ese contexto la demanda de soja y maíz en norteamericana genera fuertes
presiones. En el caso del maíz, las exportaciones de este país están siendo
bajas pero son suficientes para llegar a los tibios objetivos del USDA para esta
campaña. Mientras tanto, al caer los precios del maíz y mantenerse los de la
energía, el margen de la industria del etanól mejoró sustancialmente. Por esto
se hace difícil conseguir granos en EEUU y el USDA ya está des contando que las
importaciones serán récord. En el caso de la soja, la demanda externa se ha
extralimitado, haciendo que la industria molinera tenga graves problemas de
aprovisionamiento. Está realidad ha hecho que el tradicional inverso (posición
cercana por encima de las de cosecha por la entrada de la misma) sea este año
particularmente abultado.
Pasando a nuestro país, el inverso de Chicago tiene como resultado que la soja
disponible este cotizando por encima del precio noviembre, lo cual es un
despropósito, ya que la cosecha nueva ingresa recién en marzo/mayo. Pero el
cambio en la situación de oferta y demanda mundial con la llegada en noviembre
de la soja del norte sera tan grande que absorbe el pase local.
La cuestión es que la probabilidad de que todo salga bien en Norteamérica y se
logre tamaño reaprovisionamiento es dudosa, y hoy se está descontando el mejor
escenario productivo para los precios, por lo que todo podría cambiar más
adelante.
En el caso del maíz local la llegada de los buques en momentos donde la trilla
está demorada y con mucho maíz de segunda por madurar, los precios por entrega
inmediata se dispararon. Pero esto no debería durar en forma indefinida.
El mercado en el que volvió la polémica es el de trigo, donde desde el lunes
los periódicos ponían sobre el tapete la amenaza de subir el precio del pan ante
los altos costos de la harina, derivados a su vez de la dificultad para
conseguir trigo aún con precios exorbitantes. Finalmente esto termino en un
acuerdo forzado por Moreno para que la exportación reaprovisione a la molinería.
Pero viene bien recapitular lo que ha sucedido en este mercado está campaña,
para tener claro porqué es tan poco atractivo sembrar trigo en Argentina:
1. Fuerte caída en área de siembra por temor a las dificultades con la
comercialización. El sistema de ROE VERDE viene generando dificultades para que
se pueda vender, especialmente fuera de la cosecha. Esto es especialmente
complicado porque con el riesgo productivo es imposible vender el 100% de la
cosecha anticipada, y lo que queda por colocar se vende mal y tarde.
2. Fuerte autorización de ROE VERDE incluso por encima de lo que las
perspectivas de producción sugerían. En el mismo sentido los exportadores
compran activamente, pagando derechos de exportación para asegurar su
participación en las exportaciones. El gobierno decide cuanto permite que se
realice por anticipado. Este año por la necesidad de recaudación se autorizó un
tonelaje extremadamente alto, que hacía que fuera difícil pensar en más
autorizaciones más adelante.
3. Problemas climáticos redujeron tanto la calidad como la cantidad de trigo
cosechado. Las lluvias de fin de año malograron la producción, que ya de por sí
era baja, generando caída del peso hectolítrico. Los problemas de calidad y las
multas asociadas generan fuertes quebrantos y conflictividad.
4. Cuando se hizo evidente que la cosecha era mucho menor de lo que el
gobierno esperaba, si se permitía exportar todo lo comprometido, el consumo
interno quedaría sin granos. Esto debido fundamentalmente a que el propio
gobierno se había extralimitado en la autorización anticipada. Los exportadores
en tanto tenían los ROE tramitados, el trigo comprometido, los derechos de
exportación pagados y gran parte de los granos recibidos. La salida fue que de
todos modos no se les permitió a los exportadores embarcar la mercadería,
quedando los mismos comprados.
5. La pobre calidad del trigo y el hecho de que gran parte del mismo se
entregó a la exportación hizo que la molinería se quedará sin grano.
6. Los exportadores reservaron el trigo en una mezcla de especulación porque
era sabido que subiría de precio, y temor de que por el compromiso tomado con la
Secretaria de Comercio Interior debieran reaprovisionar el mercado interno. Este
temor se está concretando.
Tras recapitular todo esto está claro que los ánimos para sembrar trigo en
argentina son muy bajos. Y además que una promesa muy confusa de que se
devolverán los derechos de exportación que se cobren este año permita superarlo.
Si a los exportadores no les respetaron su derecho a embarcar, mucho menos
devolverá dinero a los productores.