El Gobierno les ordenó a las petroleras aumentar la utilización de biodiésel -un combustible orgánico derivado de la soja que se mezcla con el gasoil- para elevar la oferta local de carburantes y, de esa manera, compensar la menor producción de YPF derivada del incendio que ocurrió el martes 2 de este mes en su planta de Ensenada.
La empresa, que debió paralizar por completo la producción de su refinería durante varios días, comenzó a poner en marcha sus procesos, pero recuperará sólo un 85% de su producción hasta tanto se completen inversiones en curso para aumentar su oferta.
De acuerdo con los números de la empresa nacionalizada, debería pasar de un 10 a un 16% el volumen de combustible importado sobre su oferta total. Es una medida que les resulta antipática tanto al presidente de la compañía, Miguel Galuccio, como a la presidenta Cristina Kirchner.
Para moderar ese impacto, seis días después del incidente, con fecha del 8 de abril, el secretario de Energía, Daniel Cameron, firmó la nota 1723, que les envió a todas las refinadoras y comercializadoras de combustibles. Además de YPF, que lidera el mercado con un 57% de participación, integran ese lote Shell, Esso (Axion), Petrobras y Oil, la empresa de Cristóbal López.
El funcionario les ordenó aumentar la utilización de biodiésel entre los meses de abril, mayo y junio. "Al respecto -dice la nota- se hace saber que a partir del 1° de abril de este año esta autoridad elevará -en forma progresiva y a razón de 1% por mes- el porcentaje actual de 7% de dicha mezcla hasta alcanzar a partir del 1° de junio el 10%" de participación del biodiésel en "su mezcla de gasoil".
La medida generó molestia entre las petroleras. El jueves de la semana pasada, por ejemplo, los directivos de las empresas del sector se reunieron con Cameron en su despacho para analizar alternativas para suplir la menor oferta de YPF. Entre otros, fueron de la partida Juan José Aranguren (Shell), Henry Nicola (Esso), José Tossi (YPF), Rodrigo Turienzo (Oil), Matías Paz Cossio (Refinor), Luis Alberto Gaspar Domínguez (Petrobras) y Miguel Schvartzbaum (Petrolera Argentina).
Algunos ejecutivos le reprocharon a Cameron que los obligaban a utilizar más biodiésel (un componente más caro que el gasoil) en un momento en que el Gobierno dispuso la fijación de precios máximos para la venta de naftas y gasoil en cada una de las seis regiones que estableció la resolución 35 del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El titular de Energía respondió a los cuestionamientos con una herramienta habitual en su repertorio: sostuvo que esa clase de regulaciones no corresponden a su cartera, por lo que no puede hacer nada ante los reclamos.
También le consultaron si el precio del crudo, la principal materia prima para la producción de combustibles, tendrá un techo por los próximos seis meses.
A los petroleros les preocupa que el barril se vende en dólares y los combustibles en pesos, por lo que a un ritmo de devaluación del 20% anual y con un límite máximo de aumento, sufrirán un recorte en sus márgenes.
Cameron volvió a encauzar la conversación con respecto a YPF. Anotaron un listado de medidas de posible implementación y quedaron en reunirse otra vez esta semana.
AUMENTO DE RETENCIONES
La Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) criticó la modificación de las retenciones móviles sobre esos productos, que pasaron de 19,11 a 20,74 por ciento. La suba les fue notificada a los empresarios por la Aduana cuando realizaron trámites de exportación. "Hoy, el sector productor de biocombustibles necesita que se valoren las inversiones realizadas en el país y que se resguarde esta industria nacional, que agrega valor a nuestro principal producto sojero", remarcó Carbio. Aclaró que en "la industria ve seriamente afectadas sus operaciones de exportación", que cayeron 65% en el primer trimestre.