Los precios de los campos agrícolas en la pampa húmeda bajaron el último año en promedio 15%, según operadores del sector inmobiliario rural. El cepo al dólar , que llevó a una retracción de los negocios, fue el principal disparador de la caída de los valores por primera vez desde 2008. Ese año, en el marco de una fuerte sequía y el largo conflicto entre el agro y el Gobierno, también hubo una merma en los precios.
"Lo mismo que ocurre en el sector urbano nos pasa a nosotros, ya que al no haber operaciones se registran bajas en los precios", expresó Eduardo Fitz Gerald, director de Compañía Argentina de Tierras (CAT). "La baja fue paulatina en el último año y se ubicó entre un 10 y un 20 por ciento, según las zonas", añadió.
Una hectárea por la cual se pedían de US$ 18.000 a 20.000 en la zona núcleo, una región del norte de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba donde se encuentran las tierras más productivas para maíz y soja, hoy está en torno a los US$ 16.500 la hectárea. Ése es, precisamente, el valor promedio que publica CAT.
En tanto, ya descontadas las bajas, en la zona triguera de Tres Arroyos, San Cayetano y Necochea una hectárea vale 6500 dólares. Hacia Tandil y Balcarce esos valores se ubican en 9500. A todo esto, en el centro oeste provincial, como en Bragado y 9 de Julio, los precios rondan los US$ 11.000.
"Efectivamente, desde el año pasado comenzó un proceso de baja en el precio de la tierra. Los operadores en general asumimos una baja que puede ir del orden del 10 al 15% para los campos de mejores características ubicados en buenas zonas, llegando a un 20 a 25% para los campos ubicados en zonas más marginales y de menor nivel de producción", señaló Mariano Maurette, de la sección campos de Álzaga & Unzué.
Maurette describió que por las restricciones cambiarias aplicadas a fines de 2011 tuvieron como primer reacción "una inactividad total" durante el primer semestre del año pasado. Luego, en el transcurso del segundo semestre de 2012 "lentamente" comenzaron a surgir conversaciones que contemplaban ofertas con precios combinados, parte en pesos y parte en dólares.
Marcos Lanusse, consultor, coincidió en las estimaciones respecto de las bajas de los precios y en la reducción de las operaciones. "El mercado de compraventa de campos ha ralentizado su ritmo notoriamente a raíz de las complicaciones operativas a partir del cepo cambiario. Por lo tanto, 2012 no ha sido un año fluido en cuanto a operaciones, pero sí se han visto realizar algunas importantes. Creo que las dificultades operativas que existen en el mercado financiero y cambiario han sido el motivo principal por el cual se produjo la baja de precios", opinó. Para Lanusse, la disminución promedio de los valores de la tierra se ubicó en el 15 por ciento.
Federico Nordheimer, de la inmobiliaria rural que lleva el mismo apellido, consideró que "puede ser que caigan un poco en precio" los campos. "Están empezando a verse algunos casos de personas que con tal de vender bajan sus pretensiones", precisó el operador. Para Nordheimer, "los que pueden aguantar" aguardan, en cambio, mejores condiciones.
Para este año, la expectativa entre los operadores es que el mercado por lo menos recupere actividad, aunque algunos imaginan que será a un ritmo lento.
"Esperamos un año con un mercado no muy fluido, que seguirá complicado, pero con un mayor grado de actividad. Intuimos que se va a requerir de mucha paciencia para llegar a acuerdos de precios y condiciones de venta. Esto significará negociaciones más largas. Nos preparamos para que el mercado se reactive y logremos hacer los negocios que quedaron postergados en 2012", afirmó Maurette.