Si bien los fondos de inversión fueron altamente responsables de la volatilidad vivida durante junio/julio (alzas) y, luego, entre septiembre y octubre (bajas), es necesario reconocer que los avatares climáticos fueron la causa primaria de la explosión de precios verificada en la Bolsa de Chicago en el mencionado período junio/julio.
Ello sucedió como consecuencia de una sequía tan dramática como inesperada en la región núcleo estadounidense durante el momento de definición de rindes de maíz y, en menor medida, de soja en ese país (casi excluyente productor mundial del forrajero). A la "sorpresa" estadounidense ahora se le suma la sudamericana, con una inicialmente preocupante falta de precipitaciones en la región centro-oeste de Brasil (septiembre/octubre, período óptimo para la siembra de la soja) y lluvias tan inesperadas como récord en la pampa húmeda en pleno invierno e inicio de primavera.
Ahora las cosas parecieran haber cambiado favorablemente para los cultivos, tanto en Brasil como en la Argentina. De lo antedicho, surgen las preguntas procedentes: ¿Qué es lo que está pasando con el clima?; ¿Cómo sigue esta historia? Realmente, y a la luz de los acontecimientos relatados, ¿es posible confiar en las predicciones? Ahora resulta que El Niño ya pasó. En consecuencia, ¿nuestra campaña 2012/2013 evolucionará en un año "neutro"? Queda claro que no está fácil el escenario para tomar decisiones.
Por lo tanto, razonemos en base a las pocas certezas que brinda el mercado granario internacional. La plaza triguera se ha complicado en buena medida, debido a las pérdidas en la ex Unión Soviética y en la Unión Europea; a la sequía en Australia; a la pobre cosecha en la Argentina, y a la siembra de las variedades de invierno sin humedad adecuada en las planicies de los Estados Unidos. Esto entona los valores internacionales, pero en nuestro país las colocaciones externas de la nueva cosecha ya estarían superando el eventual saldo exportable, por lo que existe el peligro inminente de un mercado local vacío de exportadores de ahora en más.
La plaza sojera depende del clima en América del Sur en los próximos 3 o 4 meses. Si la producción de la región es la pronosticada por el USDA (casi 150 millones de toneladas, mercando un nuevo récord histórico), las cotizaciones seguramente se recortarán y la rentabilidad del productor argentino se verá seriamente amenazada.
Buen escenario para el maíz
El mercado de maíz, en cambio, es el que mejor escenario de precios propone. La oferta de granos forrajeros en el nivel global está severamente comprometida y la única solución es una cosecha récord en los Estados Unidos allá por septiembre del año próximo. Adicionalmente, el racionamiento de la demanda de maíz estadounidense que propone el USDA es de una magnitud nunca antes vista y, por lo tanto, sólo posible de lograr mediante altos y sostenidos niveles de precios. No caben dudas que el proceso esta en marcha, pero para muchos aún es insuficiente.
Las recetas, entonces:
1) Instrumentar, sin dudar, coberturas en trigo. Podría afirmarse que hay una altísima probabilidad que valores del orden de los 250 dólares por tonelada sean muy difíciles de encontrar en el corto plazo y que la alternativa de esperar el invierno pueda no ser aconsejable en un año electoral.
2) Instrumentar coberturas para la soja de la nueva campaña en un alto porcentaje. También sin dudar, pero con mucha flexibilidad. Esto es, mediante el uso de puts en gran escala, combinados con ventas a nivel forward o en los mercados a término locales. Recomendable (ver formas), acompañar las ventas con calls o calls spreads en Chicago. No obstante ello, es probable que la transición entre los meses de noviembre y febrero pueda brindar nuevas oportunidades de precios similares a los de semanas atrás, toda vez que los Estados Unidos y Brasil ya han comprometido un enorme porcentaje de sus excedentes.
3) Insistimos, no apurarse en efectivizar coberturas en maíz por debajo de los 200 dólares por tonelada. El valor FOB argentino para la nueva cosecha ha comenzado a recortar descuentos que juzgábamos como difíciles de explicar y las nuevas paridades son algo más "decentes" que las ofrecidas semanas atrás. No obstante ello, la plaza forrajera internacional está firme como consecuencia de sus bajísimos stocks finales globales y una demanda que debe racionar. Seguramente este mercado se convertirá en una caldera a medida que avancemos en el calendario.