"Si hacen algo así, distorsionan el mercado y le quitan al productor su principal alternativa de inversión", dijo Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Hasta el momento, según Ambrosetti, los productores llevan vendido cerca del 80% de la cosecha de soja, mientras que el año pasado en esta misma época habían vendido el 71 por ciento. La diferencia es el volumen de la cosecha: este año se recolectaron 40 millones de toneladas, contra 49 millones de la campaña pasada.
Según las versiones, el resto de la soja que queda sin vender le reportaría al Gobierno ingresos fiscales por unos 2000 millones de dólares en concepto de derechos de exportación. Ante la necesidad de divisas, hay funcionarios que desean que los productores se desprendan rápidamente de los granos que tienen almacenados.
Con el récord de la cotización que alcanzó ayer la oleaginosa en Chicago (647,89 dólares la tonelada) y en Rosario (1950 pesos la tonelada, con algunas operaciones que llegaron a $ 2000), se estima que los productores estarían dispuestos a vender (ver página 5). "Nadie lo hace cuando el mercado está en suba", dijo, sin embargo, una fuente cercana a los exportadores. "Si quisieran obligar a vender toda la soja de golpe seguramente bajará de precio y eso, en definitiva, también perjudicaría al Estado, porque recaudaría menos que lo esperado por las retenciones", explicó.
Otro motivo por el cual no hay urgencia en volcar la soja al mercado es la falta de alternativas de inversión. "Por los controles sobre el dólar no hay otras opciones atractivas", evaluó un corredor de granos que pidió reserva de su nombre.
Para el productor y consultor Néstor Roulet, no hay una actitud especulativa por parte de los agricultores. "Todos los años se quedan aproximadamente con el diez por ciento de la cosecha como reserva", explicó Roulet. El mes próximo comienza la siembra de maíz de la campaña 2012/13 y en octubre, la de soja. Aunque el cereal presenta muy buenos márgenes en la zona núcleo (norte bonaerense, sur de Santa Fe y sur de Córdoba), se estima que la oleaginosa tendrá un récord de producción y llegaría los 55 millones de toneladas. Claro, siempre que se cumplan las previsiones climáticas de un año del Niño (con lluvias) como el actual.
"Hoy en el mercado ya se está previendo esa situación, por eso la diferencia entre el precio actual y el de mayo del año próximo es de entre 80 y 90 dólares la tonelada [más bajo]", explicó un operador. Es que no sólo la Argentina puede lograr una muy buena cosecha, sino también Brasil, el segundo productor mundial de la oleaginosa. Ambos países son responsables del 50% de la oferta mundial de soja. Después del fracaso de la campaña de los Estados Unidos, que está viviendo la peor sequía en 24 años, los compradores esperan que América del Sur recomponga la oferta global.
"Es posible que haya productores que esperen una mejora del tipo de cambio, pero no parece que lo hagan por mucho tiempo, porque estos precios son buenos", dijo el corredor.
Invitación a Buzzi
Hasta ahora, el Gobierno sólo ha intervenido con la emisión de Registros de Operaciones de Exportación (ROE) en los mercados de maíz y de trigo, ya que considera que la cotización de ambos cereales tienen influencia sobre los precios en el mercado interno (entre el 30 y el 50% de la cosecha, respectivamente). La soja fue exceptuada de esa política, ya que el 95% tiene como destino la exportación.
De hecho, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, convocó para el martes próximo a las mesas de maíz y de trigo para evaluar nuevos cupos de exportación. Una de las invitaciones más llamativas fue la cursada al presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, en representación de los productores. Fuentes de la entidad informaron que la decisión de concurrir se tomará en el consejo directivo de la FAA el próximo lunes.