Junto a él, Romagnoli, Fogante y López Mondo recordaron los inicios de la
Siembra Directa en Argentina y reflexionaron sobre el desafío y el esfuerzo que
significó cambiar el paradigma productivo a finales de los ‘80. Anécdotas,
experiencias y calidez humana en el cierre del vigésimo encuentro de la entidad.
Luego de tres jornadas intensas, con más de 3 mil asistentes, gran cantidad de periodistas acreditados y ponencias on line de las conferencias, cerró este viernes el XX Congreso de Aapresid “20 Veces Sí”.
Para clausurar la vigésima edición del tradicional evento, se dieron cita en el auditorio INTACTA RR2 PRO los miembros fundadores de Aapresid, Rogelio Fogante, Jorge Romagnoli, Mario Nardone y el ingeniero agrónomo Eduardo López Mondo, que distendidos en el living de la sala dialogaron con el periodista de Clarín Campo, Héctor Huergo.
Durante la charla, los cuatro coincidieron en resaltar que cambiar el paradigma de labranza convencional a SD fue un desafío enorme que a finales de los ’80 parecía una locura. Sin embargo, entendieron que la tenacidad y el entusiasmo fue crucial para hacer realidad ese salto cualitativo.
“Labranza era sinónimo de producción y cambiar ese paradigma fue muy difícil, costó mucho. Era extraña la idea de no mover el suelo para sembrar y además hacerlo con rastrojos en la superficie”, rememoró Fogante durante la conversación.
A su turno, Nardone coincidió plenamente con su colega y recordó los trabajos de experimentación en escurrimiento y erosión hídrica que lo acercaron a la SD. “Nos dimos cuenta que no estábamos errados en aseverar que los dos pilares de la SD eran la materia orgánica y el agua. Hoy tenemos nuevas herramientas que nos permiten abordar estos temas con mayor precisión”.
Nardone señaló que a pesar de las adversidades siempre los movió el entusiasmo y parafraseando al cantautor catalán expresó: “Como dice Serrat, hicimos camino al andar”.
Más tarde, Romagnoli celebró que la SD se haya expandido en Argentina a pasos acelerados y destacó los beneficios de este sistema productivo por ser “eficiente y eficaz en términos medioambientales, organizacionales y de rentabilidad”.
El presidente honorario de Aapresid lo planteó en cifras y explicitó que en la década del ’80 se utilizaban entre 70 y 80 litros de gasoil por hectárea y que en la actualidad sólo se usan entre 4 y 5 litros y se cosecha el doble o el triple.
En esa línea, destacó la eficiencia energética de este modelo y sobre ese punto aseguró: “Somos gestionadores de los recursos ambientales y debemos utilizarlos eficientemente para generar alimentos. La SD nos va a permitir alimentar al mundo.”
Más tarde López Mondo recordó anécdotas, experiencias y debates acolarados entre los agricultores que históricamente se definieron por la innovación y el cambio. “El amor y la pasión por el suelo es lo que ha mantenido unido a este grupo de productores durante tantos años”, destacó.