“¿Nueva Zelandia o Angola?”, fue el tema elegido por el catedrático norteamericano. Repasó el crecimiento demográfico de los últimos 50 años y trazó predicciones climáticas poco alentadoras para la Pampa Húmeda. Sin embargo los datos globales de productividad son alentadores para argentina. Desafíos para la agricultura, políticas adecuadas y sustentabilidad son las claves para los próximos años.
Como disparador, Solbrig analizó varias fotos de diferentes partes de mundo. Primero desarrolló los cambios generados post revolución industrial, y la generación –necesariamente- de “mayor cantidad de alimentos para la mayor cantidad de población”. Hizo una escala desde 1750 a la actualidad.
El profesor dijo que, si bien las predicciones mundiales eran “apocalípticas”, del tipo "no podremos alimentar a la humanidad", eso ahora se está modificando.” No hay que preocuparse de que nazca tanta gente, la tasa de nacimiento está bajando”, manifestó.
“La demanda va a tender a un equilibrio, desde 2050 hacia fin de siglo”, explicó. Además del crecimiento demográfico, el especialista hablo del crecimiento económico. “El PBI mundial está creciendo en países antes considerados pobres. En 20, 30 años, las economías se han recuperado”, dijo Solbrig. Menciono el caso de Brasil, Chile, Perú en latinoamérica. Argentina, al igual que Venezuela crecieron, pero con mas altibajos que los países mencionados.
Otro de los cambios –según el profesor de Harvard- se manifiesta en las mejoras del nivel de educación. Solbrig mencionó el analfabetismo de hace décadas. “Aun falta, pero tiene un efecto económico importante. Vamos a tener una población más educada que va a ser más inteligente y será más selectiva en los productos que elija”, destacó.
“Hoy en día, donde hay hambre tiene que ver más con problemas políticos que con factores económicos o de producción. El gran desafío será garantizar que lleguen los alimentos a aquellos que lo necesitan”, recalcó.
Solbrig analizó las repercusiones mediáticas del problema de la desnutrición y más allá de las desigualdades económicas, destacó que el problema es político. “Y claro lo vemos en la TV, que en sitios como en Somalia hay graves problemas de desnutrición. Pero –subrayó- no es como ocurría hace 50 años. Si bien hay muchos problemas de hambre, insisto que es un problema político, de organización, más que productivo”.
En esa misma línea menciono el coeficiente que mide la desigualdad social. “Ha ido aumentando. En argentina eso nos preocupa”. Y preguntó al auditorio: ¿Que prefieren la desigualdad social de 1800?
En la misma línea, argumentó que en “Sudamérica somos los más desiguales. Esto comenzó con la conquista y ha persistido. Todos hablan de terminar la desigualdad, pero parece ser muy difícil. Ningún mandatario de peso internacional está aceptando entregar lo individual y trasladarlo a los ciudadanos”.
En relación al ingreso y la satisfacción de la gente, mostró informes, estadísticas que dan cuenta de los índices de satisfacción de la población mundial. “Es directamente proporcional. A mayor ingreso, mayor felicidad. Y a la inversa”, destacó.
Entre las proyecciones para los próximos años, mencionó el aumento producción, la reducción del hambre, y la mejora del nivel de vida. Para Solbrig, será intensificado el uso de la tierra, aún es alto el nivel de la deforestación para la elección del suelo, y el uso insostenible del agua, tendrá su tremendo resultado cuando desaparezca como todo recurso no renovable.
“Todo tiene su costo. El calentamiento atmosférico es una manifestación del crecimiento económico y demográfico. Es el costo que pagamos, el impuesto. Y la curva va en ascenso”, dijo en forma categórica.
¿Cómo viviremos sin el petróleo?
Tenemos que ver la manera de hacernos cargo de eso. El mundo es como un avestruz, todos saben que hay que hacer algo, pero todos agachan la cabeza. China y EEUU son el ejemplo de mirar hacia otro lado”, disparó el destacado profesor emérito de Harvard.
Para culminar su disertación mencionó a todos los investigadores, quienes pasaron por los distintos congresos de Aapresid en los últimos 20 años, quienes aportaron su mirada frente al calentamiento global y su impacto futuro, en los próximos 50 años.
Trazó predicciones para la zona centro y del litoral Argentino. Para Santa Fe no son para nada alentadoras, según manifestó Solbrig. “En la Pampa húmeda, sobre todo en la zona este esperamos un aumento de las precipitaciones, aunque no mucho. Para la provincia de Santa Fe, los casos extremos de precipitaciones irán en aumento, y las inundaciones también. La temperatura media anual en argentina también crecerá, aunque poco”.
“Los eventos atmosféricos irán en aumento y muchas zonas de la Pampa Húmeda serán afectadas. La producción agrícola será perjudicada”, sentenció.
¿Qué hacer?, interrogó Solbrig. “Es necesario el cambio de paradigma, algo que ya viene implementando Aapresid. Es momento de poner en funcionamiento los nuevos sistemas. La Siembra Directa es importante, pero hay que hacer más”. Resolver cuestiones no menos urgentes como la corrupción, crimen organizado, la pobreza, y la alimentación”, destacó para finalizar.