Veinticuatro horas antes de la reunión entre los dirigentes del agro y la ministra Débora Giorgi, el entrerriano Alfredo De Angeli y unos doscientos productores tomaron la sucursal del Nuevo Banco de Entre Ríos en Hasenkamp, un pequeño pueblo en las afueras de Paraná.
Los chacareros denunciaron que, a pesar de la emergencia agropecuaria provincial, la entidad pretende refinanciar los vencimientos con una tasa de interés de alrededor del 35% , cuando la vigente es del 15. El banco, cuyo dueño es el empresario Enrique Eskenazi, dijo que el líder entrerriano recurrió a una acción violenta a pesar de que había negociaciones abiertas para resolver el problema. El conflicto, además, dividió el frente rural la Sociedad Rural local cuestionó, igual que Luciano Miguens, aunque Hugo Biolcati se mostró comprensivo. La Federación Agraria Argentina utilizó el mismo argumento que De Angeli sobre los “intereses usurarios” y la imposibilidad” de pago de cuotas por la crisis para advertir que “puede haber otras toams de bancos”.
El gobierno nacional acusó recibo de la abrupta decisión de los chacareros encabezados por el mellizo entrerriano. El ministro de Interior, Florencio Randazzo, dijo que De Angeli quiere “dinamitar el diálogo”.
“No se tomó el banco para llamar la atención. Lo que queremos son soluciones. Nos reunimos hace 15 días con la gente del banco y ellos se comprometieron a estudiar caso por caso. Pero no cumplieron y ahora quieren cobrar una tasa de interés imposible de pagar”, le explicó a este diario Alfredo De Angeli. “La mayoría de los productores que están en problemas son los pequeños, y la mayoría son de Federación Agraria. Y ésta es la manera más fácil para sacarlos de la producción: ahogarlos con los créditos”, agregó.
Hasenkamp, donde viven unas cinco mil personas, a 80 kilómetros de la ciudad de Paraná, sacudió su calma pueblerina a eso de las diez de la mañana. Unos doscientos productores irrumpieron en la sucursal del banco. Venían de sostener una asamblea en el paraje El Pingo, en el cruce de las rutas 127 y 32. Estaban furiosos. Algunos de ellos habían empezado a recibir intimaciones y a otros les habían “chupado” dinero, destinado a cubrir cheques, de sus cuentas corrientes.
“Es una acción que ya habíamos evaluado a principios de mes. Pero las autoridades nos recibieron y prometieron reconsiderar el tema de la tasa que se aplica para la refinanciación y analizar caso por caso. La tasa que quieren cobrar es impagable. Y los vencimientos recién empiezan. Ésta es casi una acción preventiva”, relató Alfredo Bel.
Los ruralistas ocuparon cada centímetro del local. Por la noche, ya eran casi trescientos. Y sólo quedaban tres empleados bancarios. La versión que ganaba fuerza al cierre de esta edición era que el banco había presentado un recurso judicial para que los manifestantes fueran desalojados. Unos diez policías provinciales hacían de espectadores. Y la tropa de De Angeli prometía, mientras improvisaba en la vereda una parrilla, quedarse a dormir en el lugar si era necesario.
Se estima que el Nuevo Banco de Entre Ríos (BERSA) les prestó unos 500 millones de pesos a productores agropecuarios. Se trata de préstamos de dos tipos: unos son para la compra de maquinaria agrícola –que pueden llegar hasta los cien mil dólares y de plazo más largo– y otros son los llamados “a cosecha”, que sirven para financiar la siembra de cereales, rondan en promedio los cuarenta mil pesos y se pagan con la propia cosecha. Los dos pagos están comprometidos. La campaña en la provincia fue pésima. El gobierno provincial dictó la emergencia agropecuaria y, en algunos casos, hasta la catástrofe agropecuaria.
La ley obliga a los bancos públicos a refinanciar los créditos y a que la tasa de interés sea un 25% más baja de lo normal. El Nuevo Banco de Entre Ríos funciona como el agente financiero de la provincia pero es, de hecho, un banco privado. “Los bancos privados y las escribanías privadas te ejecutan sin contemplación. Hay que volver a un sistema de banca pública en las provincias”, apuntó ayer el director nacional de FAA, Jorge Solmi.