El gobierno nacional evitó ayer pronunciarse en forma directa sobre el revés que sufrió ayer a la madrugada en el Senado, y diluyó cualquier expectativa sobre posibles anuncios en materia de gestión o bien acerca de la derogación de la polémica resolución 125, que fija retenciones móviles a las exportaciones de granos.

Previamente a un acto de la presidenta, Cristina Fernández, la mesa de enlace de las entidades rurales reclamó "que se derogue inmediatamente la resolución 125" y recordó que el titular del PJ, Néstor Kirchner, y el gobierno se habían comprometido, antes de la votación en la Cámara alta, a "respetar" lo que resolviera el Congreso nacional.

Los dirigentes del campo aprovecharon para agradecer el "gesto democrático" del Parlamento nacional y "un reconocimiento" a concejales, intendentes, gobernadores y "especialmente" al vicepresidente Julio Cobos por su apoyo.

"Podemos ahora sentarnos a una mesa federal" para dialogar sobre una política agropecuaria nacional, exclamaron, en un tono que evitó los triunfalismo.

Indirectas. En su primera intervención pública tras el rechazo al proyecto oficial, de la mano de Cobos, la presidenta, Cristina Fernández tuvo alguna mención indirecta sobre la actitud de su vicepresidente.

"En esta tarea de representar los intereses que toda la vida no solamente estamos nosotros, también me acompañaron otros que pertenecen a otros partidos y defeccionaron algunos que pertenecen al nuestro", advirtió Fernández de Kirchner al hablar frente al público reunido en las afueras del remodelado aeropuerto de Resistencia, en Chaco.

En lo que pareció ser una directa alusión a Cobos, su compañero de fórmula en las últimas elecciones presidenciales, Fernández de Kirchner señaló que algunos "tal vez no hayan entendido lo que le habíamos dicho a la gente, allá por octubre. Bueno, alguna vez entenderán, algunos tardan más, esperémoslos, que algún día se darán cuenta".

El rechazo en el Senado al proyecto de retenciones móviles que venía con media sanción de Diputados a partir del voto en contra de Cobos, quien debió desempatar tras quedar las posiciones igualadas en 36, terminó ayer a la madrugada por enterrar la iniciativa oficial y provocó un fuerte revés al gobierno de Cristina Fernández.

En una resolución estremecedora, Cobos terminó por votar en contra de la propuesta del gobierno tras 18 horas de debate en el Senado y tras verse frustrada su intención de pasar a un cuarto intermedio para intentar lograr un proyecto consensuado entre oficialismo y oposición.

Los representantes del sector agropecuario celebraron en el Monumento de los Españoles, donde habían seguido el debate a través de una pantalla gigante.

Desde el kirchnerismo, durante gran parte de la jornada hubo un silencio sepulcral, que sólo fue roto por algunos gobernadores K, como Daniel Scioli (Buenos Aires), José Alperovich (Tucumán) y Sergio Uribarri (Entre Ríos), quienes intentaron bajarle el tono a lo ocurrido en el Senado.

Sin dramas. Scioli y Uribarri llamaron a "no dramatizar" el rechazo al texto oficial, en tanto Alperovich consideró que "ahora hay que aceptar, se gane o se pierde", lo dispuesto por el Congreso nacional.

Uno de los primeras reacciones del gobierno tras el revés de anoche fue la convocatoria de Fernández de Kirchner para recibir a diputados y senadores que respaldaron el proyecto oficial sobre retenciones móviles, entre hoy y el lunes próximo, según se supo.

Hasta la Iglesia, a través del director de la Pastoral Universitaria, el presbítero Guillermo Marcó, evaluó como "un triunfo de la democracia" la votación en el Senado.

Los elogios a Julio Cobos, por haber votado en contra del proyecto del gobierno que él integra incluyeron un amplio espectro: la Iglesia; Eduardo Duhalde; el radicalismo; los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba), Hermes Binner (Santa Fe), Arturo Colombi (Corrientes), Mauricio Macri (jefe de Gobierno porteño), José Manuel de la Sota, Roberto Lavagna, el ombudsman Eduardo Mondino, Raúl Castells, Francisco de Narváez, Elisa Carrió y los dirigentes agropecuarios, desde ya.