Se trata de un polémico traspié comercial, que implica la caída de negocios por u$s 34 millones (la tonelada se llega a pagar hasta u$s 20 mil) y el cruce de acusaciones entre exportadores y el gobierno.

La Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) insiste en que los problemas para cumplir se deben a la falta de animales, motivada por el conflicto del campo, pero el sector privado apunta a las trabas burocráticas que impone el Estado.

Con la Cancillería realizando gestiones, el Ejecutivo apostaba días atrás a que Europa acepte un prórroga de 20 días. La estrategia ahora es intentar que el remanente se sume a la cuota del año próximo.

Incluso también trascendió que se especularía con un potencial canje de carne por ajo, en este caso para intentar aprovechar las 1.000 toneladas que la UE tenía previsto sumar a la actual Cuota Hilton y que se da por descontado no serían otorgadas tras el incumplimiento.

Si bien el gobierno ya había sido advertido formalmente desde Europa a principios de año, no hay -en principio- riesgo de que el país pierda el actual cupo. Aun así, existen países vecinos que aspiran a ampliar sus envíos y podrían hacerlo a costa de la informalidad argentina.

Uruguay posee un cupo de 6.300 toneladas anuales de Cuota Hilton (los productores de carne orientales están en franco ascenso y sus exportaciones crecieron 58% en lo que va de 2008) y Brasil alcanza apenas las 5.000 toneladas. Hasta Paraguay se suma a la lista de espera: ayer se supo que Europa reabrirá la compra de carne a este país, suspendida desde 2003 por causa de un brote de aftosa. La Cuota Hilton paraguaya es de 1.000 toneladas anuales.

Ambito financiero