La industria frigorífica vacuna en Argentina experimentó un repunte en el tercer trimestre de 2024. Durante septiembre, se faenaron 1.192 millones de cabezas, lo que representa un aumento del 29% en comparación con agosto, ajustado por los días laborables, y un 25% más respecto a septiembre de 2023. Esto marcó la primera mejora interanual en la actividad cárnica en diez meses, después de un año difícil afectado por la sequía y la consecuente reducción del rodeo vacuno.
El tercer trimestre cerró con un total de 3.662 millones de cabezas faenadas, una caída leve del 0,9% respecto al mismo período de 2023, lo que muestra una estabilización importante para un sector que venía de descensos más pronunciados. Entre los factores que contribuyeron a esta mejora está el aumento en la faena de machos, que creció un 7,7% anual en septiembre y un 2,2% interanual en el trimestre.
Por otro lado, la faena de hembras, que había alcanzado un pico en mayo, mostró un descenso constante hasta ubicarse en su nivel más bajo en 19 meses. Esto fue impulsado en gran parte por la caída en la faena de vacas, que retrocedió un 16,2% en términos interanuales. Sin embargo, la faena de vaquillonas creció un 7% anual en el mismo período.
El fenómeno climático que afectó la tasa de preñez del stock de madres en 2023 sigue dejando huellas en el 2024, pero las condiciones parecen estabilizarse. En los primeros nueve meses del año, se faenaron 10.225 millones de cabezas, lo que representó una caída del 7,2% en comparación con el mismo período de 2023. Aunque esta cifra es la más baja de los últimos 45 años, la disminución ha sido menos aguda que en trimestres anteriores, lo que sugiere una lenta recuperación del sector.
El impacto de la sequía en 2023 también se sintió en la producción de carne vacuna. La producción en los primeros nueve meses de 2024 fue de 2.336 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h), un descenso del 6,4% respecto al año anterior. A pesar de esta caída, en septiembre se observó una mejora del 2,9% mensual, impulsada tanto por el aumento en la faena como por el mayor peso promedio de los animales.
El consumo interno de carne vacuna también ha disminuido. En los primeros nueve meses de 2024, el consumo per cápita cayó un 12,3%, ubicándose en 46,8 kg por habitante por año, lo que representa el nivel más bajo en los últimos 26 años. Sin embargo, las exportaciones de carne vacuna aumentaron un 7,8%, compensando en parte la caída del consumo doméstico y apuntalando la producción total.
A medida que el sector cárnico argentino avanza hacia el último trimestre del año, las señales de recuperación moderada son alentadoras, pero aún persisten desafíos significativos, especialmente en términos de la reposición del rodeo vacuno y el incremento de la faena de hembras.