De manera muy contundente, retomando un reclamo que fue muy álgido hace meses, este lunes varias entidades de productores de Francia se manifestaron en contra de las nuevas negociaciones que la Unión Europea retomaron con el bloque del Mercosur.

Firmada por la Fédération Nationale des Syndicats d’Exploitants Agricoles (FNSEA), Jeunes Agriculteurs, Fédération Nationale Bovine (FNB), Confederation Francaise de l´Aviculture (CFA), Confédération Générale des Planteurs de Betteraves (CGB), Association Générale des Producteurs de Maïs (AGPM) y la Fédération Nationale de Producteurs de Lait (FNPL), la comunicación de rechazo es muy contundente en su mensaje hacia las autoridades europeas.

Según indican estas organizaciones, la Comisión Europea tendría la intención de concluir las tratativas con el Mercosur para la próxima Cumbre del G-20, que se realizará entre el 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro; y donde además participará la Unión Africana. A esto lo consideran “inaceptable”.

El temor radica en “concesiones importantes en términos de volúmenes, aunque no existe ninguna medida de reciprocidad relativa a las condiciones de producción, en detrimento de nuestra soberanía alimentaria, de nuestras economías y la salud de los consumidores”, manifiestan sobre un reclamo que ya cuenta dos décadas.

Lo que entienden es que “el acuerdo abriría la puerta a 99 mil toneladas de carne vacuna, 180 mil toneladas de carne avícola, el equivalente a 3,4 millones de toneladas de maíz, 180 mil toneladas de azúcar (la producción completa de una industria azucarera francesa), hasta 8,2 miles de hectolitros de biocombustibles (la mitad de la producción francesa)”.

Agregan sin mucha precisión que esto está todo ese volumen fue “producido en condiciones inaceptables, con el uso de antibióticos activadores de crecimiento, falta de trazabilidad, sustancias activas fitosanitarias prohibidas en Francia, ausencia de derechos sociales, deforestación, etcétera”.

Aluden a la aceptación que hace algunas semanas la UE tuvo frente a un trabajo de consulta, como parte del diálogo estratégico, remarcando que con esto se “ignora la oposición de los agricultores europeos, e ignora la salud de los consumidores. Deja de lado las expectativas de la sociedad civil en materia de cuestiones económicas, bienestar ambiental, climático y animal”.

Sin la certeza de las diferentes formas de producción que se desarrollan en esta parte del planeta, toman como referencia un artículo periodístico publicado en Francia en el que se sugería una “provocación”, la de “vender nuestra agricultura y condenar la sostenibilidad de nuestras granjas, importando alimentos que Europa no quiere”.

“Es inconcebible que la agricultura europea sostenible sea sustituida por la de otros continentes, incluidas las prácticas prohibidas en Europa, que son menos costosas desde el punto de vista social y medioambiental”.

Concluyen el comunicado indicando a Emmanuel Macron y a Michel Barnier que “nuestras organizaciones exigen el cese total de estas negociaciones y piden al Jefe de Estado y al Primer Ministro francés hacer cumplir la posición de Francia de poner poner fin definitivamente a estas discusiones”.

Esta intransigibilidad manifiesta de los productores franceses de diferentes cadenas expone que el malestar creciente podría derivar en nuevas protestas en las próximas semanas, mientras el camino a Río de Janeiro no detiene los acuerdos.

De este lado del Atlántico hay producciones que se hacen de forma muy responsable, lejos de las acusaciones francesas y que quizá deberían ajustar protocolos para poder asegurarlas, pero de ninguna manera limitar los negocios, ya que aquí no se condiciona de igual forma en la actualidad la llegada de productos y lo que se entiende es que se quiere llegar a condiciones equiparables entre ambos bloques.


Fuente: Elida Thiery - Bichos de Campo