TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Durante el último mes, en forma muy lenta, los desvíos de las aguas superficiales de la cuenca del Pacifico Ecuatorial central, parecen evidenciar un advenimiento del fenómeno La Niña. Este se presenta muy incipiente, el promedio del valor del desvío negativo apenas ha superado por siete décimas de grado el umbral del desvío negativo de 0.5ºC. Esto en términos técnicos es el inicio del proceso de enfriamiento, el cual debe sostenerse por varios meses para tener una influencia marcada en la circulación atmosférica.
Respecto del mes pasado, notamos una zona más homogénea de aguas frías emergiendo desde el noroeste de Sudamérica, moviéndose hacia el oeste. El índice SOI, que monitorea el acople océano-atmosfera, es apenas representativo a la hora de confirmar la injerencia sobre la circulación atmosférica. Si bien los modelos de pronóstico se consensuan en torno a la concreción del evento frío para cerrar el año, también se sostienen las características de su débil intensidad y su corta duración. Hacemos hincapié en que el periodo de acople entre el evento oceánico y la circulación atmosférica, puede ser lento. Esto no quita que el campo pluvial, finalmente pueda verse afectado, pero seguramente lo hará en menor medida y en un período menos extendido que el esperado.
Por otra parte, las costas bonaerenses y del norte de la Patagonia se mantienen algo frías, pero ya con mayor presencia de la corriente de Brasil sobre la zona, que deja una condición bastante heterogénea sobre el sector. La circulación del sudeste, que puede aparecer en este período, no tendría una incidencia significativa como para promover heladas tardías en la zona núcleo. Eventualmente puede haber más riesgo con flujos del sudoeste, pero por lo pronto el viento de esta dirección no ha sido el más persistente en la transición intermensual. Por otra parte, es posible que durante lo que resta de septiembre y durante octubre se observen mayores calentamientos en el litoral uruguayo y brasileño.
La mejora de la condición pluvial de agosto, se vio como una buena noticia. Dentro del complejo escenario que resulta del resumen del trimestre de invierno, estos aportes pluviales en muchas zonas resultan vitales para consolidar la evolución de la fina. En rigor podríamos hablar de un cuatrimestre, dado que el mes de mayo fue un anticipo agresivo de los enfriamientos posteriores, con alguna pausa más templada en junio, pero ya sin recuperar las lluvias normales.
La primera quincena del mes de septiembre, no ha logrado sostener las mejoras de finales de agosto. Se perfilan lluvias para mañana a gran escala pero principalmente recostadas sobre el este y con mejores milimetrajes para el sur bonaerense.
El corto y mediano plazo muestran una circulación que resulta favorable para que las temperaturas ingresen y se sostengan en un proceso ascendente, al menos hasta mediados de la semana próxima. Los vientos se canalizaran desde el sector noreste, con algo de humedad, pero aun sin ser referenciales de una carga que pueda promover lluvias del porte requerido para resolver la escasez de reservas a gran escala.
Por lo que se presenta hacia adelante, el afianzamiento de la primavera, vendrá con más calor y con el potencial aumento de la convección que genera el calentamiento superficial, deberíamos ingresar en un período más húmedo durante la última parte del mes. Si se confirma esta proyección, tendríamos una peformance pluvial mejorada para el mes de octubre, lo cual es coincidente con un crecimiento más marcado en la oferta de agua. El atraso pluvial del último cuatrimestre no será fácil de revertir, pero el panorama se espera mejorado para mediados de la primavera, momento en que no se espera que La Niña sea influyente.