En el primer día del Congreso Aapresid, los especialistas de la Universidad de Tennessee (UTK) Forbes Walker, David Ader y Deborah Penchoff lideraron el Panel “Alimentos-agua-energía: abordaje circular y climáticamente inteligente”.
Forbes Walker, científico de suelos de la UTK contó las distintas investigaciones que se llevan a cabo en la Universidad, donde una de las grandes líneas de estudio de la universidad es la siembra directa (SD), una práctica adoptada en respuesta a la grave erosión del suelo que enfrentaban los agricultores de esa región en los años 70.
“Estamos muy orgullosos de decir que en Tennessee tenemos la tasa más alta de labranza cero, siendo esta del 93%, la mayor en Estados Unidos”, destacó Walker. Este método no sólo ha mejorado la salud del suelo, sino que también ha aumentado la productividad y sustentabilidad de los establecimientos agrícolas.
También comentó que hoy en día se encuentran estudiando otras temáticas como los cultivos de servicios, con el fin de conocer con mayor claridad cómo impactan en la salud del suelo y en el rendimiento. Pero dejó en claro que estos llegaron para quedarse.
Respecto a la circularidad, el Profesor de agricultura sostenible de la UTK, David Ader, destacó la importancia de tener metas de desarrollo sostenible. “Los desechos no deben existir, hay que encontrar la forma de utilizar cada desecho y darle valor, debemos cambiar nuestra mentalidad”, explicó.
Ader agregó que no sólo los productores deben pensar en la circularidad, sino que también es importante contar con el apoyo del gobierno: “Los políticos deben incorporarla y los niños aprender de esto en la escuela”.
“En la agricultura todos somos hermanos y hermanas, no somos competencia, sino colaboradores en la búsqueda de soluciones sustentables”, concluyó Ader.
En la Universidad, también tienen recursos de computación de alto rendimiento que son utilizados para solucionar problemas agrícolas y ambientales. Deborah Penchoff, Directora del Laboratorio de Computación Innovadora de la UTK, explicó cómo usan recursos de computación de alto rendimiento para obtener soluciones en agricultura y remediación ambiental.
Explicó que la ciencia computacional es un campo multidisciplinario, donde se analizan datos para buscarle solución a problemas sin hacer todo en un laboratorio, evitando posible “contaminación” de los resultados y demoras en la realización de repeticiones.
“Lo más importante para destacar es que las ciencias computacionales pueden acelerar soluciones”, agregó.
“La ciencia de la computación de alto rendimiento creció mucho desde los 90 hasta la actualidad, esto fue en gran parte gracias a la inteligencia artificial (IA). Actualmente estamos en la era de Exaescala, donde las computadoras pueden realizar operaciones a una velocidad que nos llevaría muchísimos años a los humanos", explicó Penchoff.
Uno de los proyectos específicos que tienen en el Laboratorio de Computación Innovadora es la aplicación de IA para remediación ambiental, es decir, utilizan inteligencia artificial para buscar maneras de eliminar contaminantes que fueron introducidos al ambiente por los humanos.
La participación de la Universidad de Tennessee en el Congreso Aapresid ofreció un modelo de cómo la colaboración y la adopción de nuevas tecnologías pueden transformar la agricultura global.